Campeón en tiro, triunfador en el debate de ideas

Carlos Boza es un deportista destacado en tiro, disciplina que practica desde que tiene uso de razón, pero profesionalmente desde los 18 años. También estudia Derecho en la Universidad de Lima y nos ha representado en el Modelo de Naciones Unidas, un concurso de debate en el que universitarios de diversos países simulan un proceso de negociación, tal cual lo harían los países miembros de la ONU, debatiendo y negociando para llegar a un acuerdo. Y fue premiado por su intervención. Sobre la práctica de tiro y este logro obtenido en el Modelo de Nacionales Unidas, Carlos habla en las siguientes líneas.

Vienes de una familia de deportistas.
Mi abuelo fue uno de los pioneros en el tiro al platillo, y mi padre, Francisco Boza, ha creado un nombre en este deporte gracias a su esfuerzo. Actualmente, continúa compitiendo, y en agosto se va a las Olimpiadas de Río.

¿Qué logros has obtenido con este deporte?
El año pasado tuve la oportunidad de salir campeón juvenil de Sudamérica, en un campeonato organizado por una marca importante de escopetas, Krieghoff. Este año, por mi edad, estoy en una etapa de transición para pasar al equipo adulto, el nivel es más alto. Me siento motivado y con miras a ganar.

¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
Entreno una hora y media todos los días. Básicamente, el entrenamiento se divide en tres partes: el aspecto físico, que es importante para mantener un buen nivel de concentración durante toda la competencia, y consiste en correr, hacer ejercicios de resistencia, de fuerza y agilidad. Por otra parte, las ejecuciones, que son repeticiones del mismo movimiento, cuya finalidad es que el cuerpo quede automatizado. Por último, los disparos, el tiro literal.

Cualquiera diría que basta practicar los tiros, pero el entrenamiento es muy completo en realidad.
Es como el automovilismo, en donde el competidor está siempre bajo tensión, debe mantener una velocidad, un ritmo y una concentración que le demandan un buen estado físico. También es muy importante el trabajo psicológico, la mente juega un papel importantísimo. Tengo una coach deportiva, que es mi madre, y agendamos sesiones de entrenamiento en donde me da tareas, visualizamos, nos ponemos metas y organizamos mis actividades en función de los objetivos que quiero lograr en el año.

¿Puedes trabajar bien este tema con ella, considerando que es tan cercana a ti?
Al principio tenía dudas de si mi madre podría influir en mí, pero todo ha salido bien, he visto buenos resultados. Yo, realmente, siento que este trabajo me ayuda. Pocos lo saben, pero al practicar tiro se necesita estar muy concentrado y el ritmo en competencia es agotador.

¿Toda tu familia es buena en tiro?
Tengo dos hermanas, las dos tienen nociones de tiro, pero ninguna practica este deporte. La mayor estudió Administración y la menor es tenista, muy buena en su categoría, tiene 16 años y quedó entre las tres mejores a nivel de Sudamérica.

Participaste en el Modelo de Naciones Unidas, en Roma, ¿podrías comentar de qué trata?
Es un campeonato de debate y negociación internacional, donde se simula un escenario de las Naciones Unidas. Los estudiantes se organizan en parejas y a cada pareja se le asigna un tema a debatir y un país al que debe representar. En mi caso, representé al primer ministro de Gran Bretaña. Esto es organizado por alumnos de la Universidad de Harvard anualmente y se invita a universitarios de todo el mundo. Esta vez congregó a 2.400 universitarios de 100 países. Se promueve la diplomacia y la pluriculturalidad en la juventud.

¿Cuál es la dinámica de esta conferencia?
Hubo 120 delegaciones organizadas en comités. Mi comité era uno legal, porque yo estudio Derecho. El tema que debatí fue un conflicto de dos derechos que se enfrentan actualmente: acceso a la salud y propiedad intelectual.

¿De qué manera se enfrentan estos derechos?
Las empresas farmacéuticas más grandes del mundo patentan sus remedios y durante 20 años estos se venden a precios muy elevados. Por otro lado, en los países subdesarrollados la gente no puede acceder a estos medicamentos, debido a que son muy caros. En este contexto, se discutió si se debería priorizar el derecho a la salud o a la propiedad intelectual.

¿Qué argumentos sostuviste?
Desde mi posición, que era la de Gran Bretaña, defendí la propiedad intelectual. Comenté que ninguna empresa va a invertir billones de dólares en años de investigación para obtener un medicamento si luego no va a poder recuperar ese dinero. Si se eliminara el derecho de patentes, a corto plazo seguramente se evitaría que mucha gente muriera, pero dentro de 20 años, cuando surjan nuevas enfermedades, no habrá medicamentos que usar, porque ningún laboratorio va a querer desarrollar una cura, porque no va a ser rentable.

¿Qué decían quienes defendían posiciones contrarias a la tuya?
Se mostraban en contra de la frialdad de los países desarrollados, que ven la salud como un negocio y dejan de pensar en las vidas humanas, abogaban por bajar los precios, sostenían argumentos humanitarios. Con todo esto, planteamos algo muy interesante: llegar a un punto medio. Propusimos que si un país subdesarrollado se encuentra en estado de emergencia, con una enfermedad fuera de control, y si en ese país no hay industria farmacéutica para desarrollar la medicina, esta se vendería a un precio muy bajo.

¿Fuiste con la idea de que en algo debías ceder?
Por supuesto. Ahí todo se rige por la diplomacia y creo que eso jugó a nuestro favor, porque en todo momento jugamos limpio, buscamos solucionar el tema y dejamos lo personal de lado, cedimos mucho, porque si nadie cede no se llega a nada. En el plano real de Naciones Unidas, muchos países no están dispuestos a ceder, pero la idea es crear un consenso internacional y trabajar en equipo.

¿Cómo fue el debate en sí?
Normalmente, las conferencias duran de 4 a 5 días, se realizan 2 sesiones por día. La primera comienza con un discurso sobre la posición del país al que representas, para que el comité vea cómo la defiendes. Luego se pasa al plano de las negociaciones, hay que buscar aliados internacionales que piensen igual que tú. En este campeonato no solo expones ideas, también se negocia y se crean alianzas estratégicas. Yo hice un 60% de negociación y 40% de discusión. Mi pareja —como dije antes, se trabaja de a 2—, 40% de negociación y 60% de discusión. Se premia a los que mejor trabajan, debaten y negocian durante toda la conferencia. El jurado está compuesto por alumnos de Harvard.

Tú fuiste uno de los premiados este año.
Recibieron el premio 5 o 7 parejas de mi comité, que se componía de 120 personas, y hubo 2 menciones honrosas. Tuve la suerte de obtener un diploma junto a mi compañera. Ella es peruana, nos complementamos muy bien. Tuvimos la dicha de que nos premiaran.

¿Cuánto tiempo tienes para preparar el tema?
Te asignan el tema y el país al que representarás seis semanas antes. Debes informarte acerca de ese país, la política que tiene, el jefe de Estado, luego sobre el tema específico y el vínculo entre la política de ese país y el tema planteado, además de crear propuestas y soluciones.

¿Fueron otros alumnos de la Ulima?
Sí, y algunos han recibido reconocimientos, como José Gallegos, Cassia Arellano, Sebastián Vidaurre y Carlos Neyra, que obtuvieron diplomas en sus respectivos comités. Y no quisiera dejar de mencionar a los ex alumnos de la Universidad que nos asesoraron acerca de cómo prepararnos para rendir de la mejor manera en este campeonato, entre ellos José Carlos Franco.

¿Te gustaría seguir estudios de diplomacia?
Ahora estoy en séptimo ciclo, no sabría decirte con certeza en qué me voy a especializar, pero esta experiencia me ha traído grandes satisfacciones y le ha dado un valor agregado a mi vida, no solo porque he mejorado mis habilidades de negociación, de expresar mis ideas, de dar un discurso, de organizar mis ideas y redactar documentos formales, sino también porque me ha ayudado en la parte personal, en el sentido de ser más receptivo a las diferentes culturas y a las diferentes posturas que tienen las personas. Aprendí a pensar no solo en lo que me conviene a mí, sino a escuchar nuevas ideas y aplicarlas, a querer trabajar en equipo. Esta experiencia, definitivamente, le ha sumado muchas cosas positivas a mi vida. Por otro lado, estoy muy agradecido a la Universidad de Lima por el apoyo que siempre me da.

¿Cómo te apoya la Universidad?
Me da muchas facilidades en todo tipo de campeonatos, incluido el debate. Me da facilidades para poder matricularme cuando no pude hacerlo en la fecha indicada, por estar compitiendo; me ayuda a que mis cursos no se crucen con mi entrenamiento. Realmente creo que a la Universidad le importa el desarrollo integral de sus alumnos, promueve todos los aspectos de la vida.