“Los sueños se vuelven objetivos cuando das los pasos para llegar ahí”

Camila Flores Bueno siempre tuvo claro que quería retarse profesionalmente, conocer otras culturas y vivir experiencias diferentes. Por eso, se trazó la meta de trabajar en el extranjero y cumplió este objetivo. Actualmente, vive en Holanda, donde se desempeña profesionalmente como Programme Manager Fintech - Product & Technology para Just Eat Takeaway.com.

En la siguiente entrevista, comparte las características de sus labores profesionales; su primera experiencia internacional en Tribal, una fintech de San Francisco, y sus inicios en Pacífico Seguros, donde comenzó a trabajar con metodologías ágiles. Su carrera de Administración la llevó en la Universidad de Lima, donde se preparó para enfrentar retos globales.

Coméntanos por qué motivo te fuiste de Perú y cómo te va en Holanda.
Desde que estudiaba en la Universidad de Lima, tenía el sueño de vivir en otro país, de salir de mi zona de confort, de crecer personal y profesionalmente. En octubre del 2021, me fui a Europa como turista y me enamoré del ambiente, del estilo de vida y de la cultura tan internacional que había en Ámsterdam. También, me di cuenta de que había muchas empresas top globales que tenían sus sedes centrales ahí, y vi que había muchas oportunidades profesionales. A partir de ese viaje, me impuse el objetivo de internacionalizar mi carrera. Siempre he pensado que los sueños se convierten en objetivos cuando tienes un foco de atención y sabes qué pasos dar para llegar ahí. En ese momento, yo trabajaba en Pacífico Seguros y conseguí mi primer trabajo internacional para una empresa estadounidense, una fintech, con base en San Francisco, en Silicon Valley. Eso representó un cambio en mi carrera. Por primera vez, trabajaba comunicándome al 100 % en inglés y con equipos de otros países. Fue un momento muy importante para mí.

¿Cómo conseguiste ese trabajo y qué hacías?
Postulé a través de LinkedIn, la empresa se llama Tribal. Durante el año que estuve ahí adquirí mucho soporte, crecí muchísimo y viajé a Egipto, porque parte de mi equipo estaba allá. Fue una oportunidad. Al poco tiempo, ingresé a mi trabajo actual, Just Eat Takeaway.com.

Explícanos cómo funciona Just Eat Takeaway.com.
Takeaway es una plataforma digital líder en Europa que tiene presencia en más de veinte países. Permite que los consumidores se conecten con restaurantes o supermercados para ordenar. Esta es una empresa global con una cultura fantástica. Mi rol tiene mucha visibilidad, es muy retador, y algo que me encanta es que la cultura es internacional. En mi día a día, trabajo con personas de al menos quince nacionalidades. Eso me fascina porque la dinámica es muy diversa. Es una gran oportunidad para crecer porque me enfrento a diferentes formas de comunicación, distintos enfoques y perspectivas, lo que me ayuda a tener más herramientas y a elevar mi capacidad de adaptabilidad y de comunicación. Me da la posibilidad de desarrollar un estilo de trabajo cooperativo.

¿Cómo es tu día a día? ¿Qué obligaciones implica tu posición?
Trabajo en proyectos de desarrollo de software, lo que implica liderar a personas para que estén alineadas con lo que necesitamos lograr. Intervengo desde el momento en el que recibimos la idea, y veo cómo convertirla en una solución sólida para lanzarla al mercado. Es un rol que requiere mucho stakeholder management, comunicación efectiva y liderazgo.

¿Podrías darnos un ejemplo de uno de los proyectos que has trabajado?
Actualmente, me desempeño en el desarrollo de un producto para una aplicación, que se lanzará en dos países de Europa. Recibimos el proyecto como idea y armamos un caso sólido para pronosticar el impacto. Eso fue vital para contar con el compromiso de los stakeholders comerciales, para que apoyen el proyecto. A partir de ahí, empezamos con la lluvia de ideas para proyectar cómo pasar de una idea muy amplia a una visión sólida y qué pasos dar en la planificación y el desarrollo del proyecto. 

Es un trabajo que requiere mucha estrategia, liderazgo y adaptación al cambio. La industria en la que estoy es muy rápida, muy dinámica, hay que tener una mentalidad ágil para lanzar, aprender, monitorear resultados y añadir más características y más funcionalidades al proyecto para mejorarlo. Además, intervienen diferentes equipos y tengo la responsabilidad de estar a lo largo de todo el proceso y de todo el progreso de ese proyecto. El lanzamiento también es muy interesante: planear la estrategia para darlo a conocer, probarlo con un grupo pequeño de usuarios para ver qué tal responde y luego lanzarlo de manera global. Como digo, se requiere mucho dinamismo y sentido crítico.

Esta es la segunda vez que trabajas en una fintech.
Hay muchas oportunidades y creo que el mundo fintech recién comienza a explorar todas las cosas que se pueden hacer de mano de la tecnología. Y van a venir muchas más. En este rubro todo cambia rápidamente, hay que adaptarse, aprovechar el cambio y asumirlo como una oportunidad.

¿Cómo ha sido el proceso de adaptación al estilo de trabajo en el que estás y al ritmo de vida?
En general, he tenido una experiencia magnífica. Me mudé con un objetivo claro y estaba muy consciente de lo que dejaba en el Perú, donde era feliz, sinceramente. Pero vine segura de que daba el paso adecuado para crecer y estaba mentalizada para asumir cualquier adversidad como una oportunidad. Trabajar en Holanda me ha hecho crecer en muchos aspectos, en lo profesional y lo personal; me ha dado madurez; y me ha permitido fortalecer muchas habilidades que son muy importantes, incluida la de ser agradecida con las cosas que suceden y la actitud abierta al aprendizaje constante.

¿Cómo fue tu proceso de practicar por primera vez?
Recuerdo muy bien que estaba en séptimo ciclo de la Universidad cuando me inicié como practicante de Entel. Conseguí ese trabajo por la Bolsa de Trabajo de la Ulima, que es excelente. Ingresé al área de tecnología y, después de un año, pasé a Pacífico Seguros como practicante de Productos, un área comercial muy dinámica basada en campañas comerciales. Cuando estuve cerca de terminar mis estudios en la Universidad, fui contratada como analista comercial de la cuenta Mibanco. Ahí aprendí a trabajar con metodologías ágiles. Para mí era algo desconocido, pero tuve la fortuna de que me ofrecieran un puesto de scrum master para ser parte de un cambio, y me capacitaron por dos meses con una consultora estadounidense para entender cómo era ese nuevo marco de trabajo. El scrum master es una especie de project manager para el equipo y un agente de cambio. Fue muy interesante, retador y gratificante esa experiencia, aprendí muchísimo sobre agilidad.

¿Qué son metodologías ágiles?
Trabajar con metodologías ágiles requiere mucha colaboración, cambiar tu mindset totalmente, lanzar rápido, aprender y luego seguir lanzando productos al mercado. Los proyectos de tecnología trabajan con el marco ágil. Trabajar con agilidad significa trabajar con un enfoque flexible en el que tú adaptas y tú das la bienvenida a los cambios, no los rechazas, los ves como oportunidades. Trabajar con agilidad requiere soñar en grande, pero empezar en pequeño, con proyectos que puedas trabajar de manera rápida para aprender de las respuestas del cliente y luego añadir cosas.

Eso es importante en el mundo de hoy, porque muchas veces no se lanza algo por esperar a tener el producto perfecto, entonces se espera un año y, al llegar el año, resulta que ya es muy tarde, porque la competencia ya hizo eso mismo o porque el cliente cambió. La agilidad te ayuda a lanzar, aprender y seguir lanzando más valor de manera continua. No solamente se trata de una manera diferente de trabajar, sino también de una forma distinta de pensar. El scrum master promueve estos principios en los proyectos. Eso es lo que yo hacía en Pacífico, y no lo he dejado de hacer en mis siguientes trabajos.

¿Cómo viviste tu etapa de estudiante en la Universidad de Lima?
Esa etapa fue fantástica, me encantó y la recuerdo con mucho cariño. Siempre digo con orgullo que estudié en la Universidad de Lima, porque tiene profesores de primera, no solamente con estudios académicos muy importantes, sino también con una carrera corporativa muy valiosa. Recuerdo que muchos profesores dictaban cursos y, a la par, eran directores o gerentes de empresas muy importantes en el Perú, lo que nos permitía aprender también de sus experiencias. Tuve profesores que se volvieron mentores, eran personas a las que yo admiraba por el lado profesional y por ser excelentes personas. Además, creo que la malla curricular es muy completa. Cuando salí de la Universidad, me sentía muy preparada para desenvolverme en el campo profesional. Me siento muy agradecida también con los amigos que hice, con quienes sigo en contacto.