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Feria de comida saludable en la Ulima
El campus de la Universidad de Lima se vuelve a impregnar de aromas y sabores. Desde el 28 de noviembre y hasta el día de hoy, 2 de diciembre, se lleva a cabo la Bioferia Ulima, con nueve puestos de comida sana, apetitosa y al paso.
Entre los negocios que se han reunido en esta ocasión, encontramos algunos administrados por graduados y amigos cercanos de la Universidad de Lima, como Café Don Luis, Freshco y Calletana Food Truck.
Con aroma de café
Marcial Peñaloza y Mary Rodríguez son egresados de la Universidad de Lima. Él estudió Ingeniería Industrial y ella Derecho (actualmente sigue la Maestría en Derecho Empresarial). También son novios y comparten un proyecto: innovar y poner en el mercado nuevos productos del Café Don Luis.
Este no es un negocio nuevo. Desde hace 12 años la familia de Mary tiene un fundo en Villa Rica, Oxapampa, donde cultivan café. Desde ahí exportan grano verde a diversos países. Y a partir del 2013, al ver la creciente demanda local, su familia decidió abrir el negocio Café Don Luis, como marca propia de producto final de café gourmet tostado en grano y molido. Cuenta Mary:
“Mi participación en el negocio tiene que ver con los temas propios de mi carrera. Me dedico a la parte legal comercial y actualmente tengo a mi cargo, conjuntamente con Marcial, el área de Innovación y Desarrollo de Nuevos Productos”.
Así, en la Bioferia, venden bolsas de café gourmet, preparados de cafés clásicos (americano, capuchino, expreso, etcétera), así como especiales (honey y natural en grano y molido).
Además, Marcial cuenta que en la línea de aperitivos y cocteles han desarrollado el PisCoffee, aperitivo a base de pisco y café, una combinación de dos productos peruanos bandera con denominación de origen. También el Coffee Sour, el tradicional pisco sour, pero a base de café. Y en dulces tienen chocotejas de café y dulces veganos a base de café.
Como proyección, Marcial y Mary tienen pensado crear una Estación Café Cultura, que difundirá la cultura del café en distintos ambientes académicos y laborales. A la par, pretenden desarrollar una línea de productos de belleza. Su energía, buenas ideas y disciplina los llevarán lejos.
Salud para todos
Después de una amplia experiencia en el mundo de la contabilidad, Sergio Cárdenas Dall’Orto decidió tomarse un año sabático para explorar el mundo del emprendimiento y abrió un food truck de comida saludable. Él cuenta:
“Lo tengo en propiedad con un amigo, desde julio de este año. Vendemos jugos de fruta, ensaladas de frutas, jugos verdes (una combinación de frutas con vegetales), una línea de café ‘gourmet’, queques orgánicos endulzados con panela, de harina integral, de cacao, etcétera. También tenemos una línea de helados de yogur”.
Para él, la Universidad de Lima es un lugar especial. Por un lado, su papá estudió aquí y, por otro, él mismo ha enseñado en el Diplomado de Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) del Centro Integral de Educación Continua.
Es la primera vez que ingresa con su empresa, Frescho, a la Universidad, pero ya ha llevado sus productos a otras ferias y eventos de distinta naturaleza.
Frescho es prácticamente un restaurante. Dice Sergio:
“Por dentro está enchapado en acero, tiene un tanque de agua, una zona de desagüe, es como una cocina. Siempre voy al Pentagonito, llevo mesas, sillas, alfombra, y mi carro se convierte en un restaurante al aire libre”.
Este camión de comidas promete seguir desplazándose por diversos puntos de la ciudad, a fin de promover una vida saludable.
Sabor casero
Un sueño que siempre albergaron Carlos Pinillo y Claudia Gutiérrez, egresados de Comunicación de la Universidad de Lima, fue abrir un restaurante propio. A los dos les apasiona la cocina, seguramente influenciados por sus familias, ya que la de Carlos tiene una arraigada tradición culinaria, y la de Claudia, un restaurante.
Fue así que, hace nueve meses, ambos abrieron Calletana Food Truck. Dice Claudia: “Calletana surgió bajo un concepto de comida criolla. La comida de nuestras mamás, pero modernizada, servida en los wraps (una variante del taco o burrito)”. En efecto, en este camión de comidas se puede pedir un lomo saltado, un ají de gallina o un chancho nikkei, pero como un enrollado. Todo sale con chicha y papas artesanales.
¿Cómo eligieron el nombre? Buscaban una marca que se relacionara con un nombre de mujer, fuerte y antiguo. Cayetana les pareció bien, pero al querer relacionarlo con la calle, decidieron escribirlo con doble ele.
Y desde que ingresaron al mercado, nadie los para. Carlos cuenta que están en ferias, cumpleaños y reuniones privadas con Calletana Food Truck, llevando ese sabor casero que pretende marcar la diferencia en el rubro. “La experiencia es divertida, hay bastante adrenalina al momento de la atención. Hemos tenido muy buena aceptación en todos lados”, comenta Claudia.
Eso sí, les resulta un tanto complicada la preproducción, ya que “tenemos que hacer los cortes de las carnes previamente a cualquier evento, hacer las compras y coordinar toda la logística para tener todo listo al momento de la atención al público”, cuenta Carlos.
Estos chicos tienen proyectado hacer crecer su negocio en un local sin ruedas, pero antes de eso, adquirir más camiones.
Hoy es el último día de la Bioferia. Es una oportunidad no solamente para disfrutar de buena comida, sino también para inspirarse con la energía de estos emprendedores.