Una gran pérdida para nuestra Casa de Estudios. Esta semana falleció Antonino Espinosa Laña quien fuera muy apreciado profesor emérito, secretario general y maestro ejemplar de muchas generaciones de nuestra Universidad. Fue profesor universitario, abogado, diputado, director del Banco de la Vivienda y cofundador del Partido Popular Cristiano.
Desde febrero de 1970, cuando ingresó a la Universidad de Lima, el doctor Espinosa Laña dictó los cursos de Sociología, Sociología del Perú, Historia del Perú, Historia de la Cultura, Ideologías Contemporáneas y Cultura Política. También enseñó en las universidades Católica, Cayetano Heredia y Femenina, en la Escuela Militar de Chorrillos, en el Senati y en la Escuela Superior de Turismo. Fue secretario general de nuestra Universidad entre 1976 y 1994.
Fue militante político, hombre leal a su partido, pero era, sobre todo, un demócrata consecuente, defensor del pluralismo político, del propio y del ajeno. Apoyó y contribuyó a organizar el Movimiento Popular Democrático de Bustamante y Rivero; escribió sobre la política; redactó el ideario de la Democracia Cristiana y el ideario del Partido Popular Cristiano y expuso un sinfín de postulados doctrinales; pero nunca los impuso a sus alumnos. De ahí el sentido moral de su defensa de la autonomía universitaria, hecha vocación, fidelidad y magisterio.
En 1981, retomó esa visión al fundamentar y debatir en la Cámara de Diputados la nueva Ley General de Educación y, luego, en 1982, al fundamentar la nueva Ley Universitaria, ambas logradas bajo su autoría.
Ejerció un auténtico espíritu universitario, favoreciendo animadas técnicas de participación y de conversatorio entre los propios alumnos. Así, por ejemplo, organizó el “Sociodrama del cambio en el Perú”. Una escenificación teatral, efectuada con ayuda del grupo de teatro de la Universidad, en el curso de Sociología del Perú, para discutir y definir cómo avanzar hacia un país con dignidad. También siguió al padre Lebret, aquel que cambió la teología por la economía y desplazó el sermón desde el púlpito por la prédica y el estudio a favor del desarrollo social. De sus enseñanzas, recogió aquella “pedagogía de lo concreto”: preparó a los alumnos para realizar y analizar la realidad social de Lima. En cultura política aplicó el método del “testimonio significativo”, un estudio de la subjetividad de las personas a partir de su entorno. Retó al alumno a buscar, recoger y exponer vivencias interesantes de personas no necesariamente reconocidas para analizar el sentido que le otorgaba la vida.
En nuestra Universidad, el doctor Antonino puso en alto el espíritu universitario. Lo entendió como la pieza fundamental del campus. Y así lo ejerció, sin perder la sonrisa. Peruanista integral, gran conocedor de nuestro arte, amante incansable de partituras y sinfonías, coleccionista de libros antiguos y pesados, y sobre todo, humanista.
Doctor Antonino Espinosa Laña: siempre será parte de nuestro espíritu universitario. Gracias, maestro.