30 of November of 2015

El éxito es cuestión de decisión

Sebastián Cuya y Karen Tambini.

El año acabó con buenas noticias, así como con el anuncio de un prometedor 2016, para Sebastián Cuya y Karen Tambini. Quizá sus nombres no suenen conocidos, pero pronto figurarán en los registros de los cursos que llevarán en la Universidad de Lima, registros que desean llenar con puras buenas notas. No sería raro, pues ellos ya han demostrado su disciplina, compromiso y talento al obtener los primeros puestos en los procesos de admisión. Sebastián, quien confiesa que se sintió algo angustiado luego de ver la larga fila de postulantes cuando llegó a rendir su examen, cambió de humor cuando se enteró de que había obtenido el primer lugar en el examen de escolares 2016-1A. Karen, por su parte, no se sorprendió tanto cuando se enteró de que había alcanzado la primera posición en el Centro Preuniversitario 2015-2, ya que ese siempre había sido su objetivo y se esforzó diariamente para lograrlo. Ella sueña con ser economista, aunque también con estudiar luego en el extranjero y seguir una segunda carrera; él quiere trabajar optimizando procesos y por eso eligió la Carrera de Ingeniería Industrial. Quizá sean caminos distintos, pero ambos marchan firmes y saben que quieren llegar lejos.

Mentalidad ganadora

Karen cuenta sobre lo que la impulsó a elegir Economía:

“Desde un comienzo yo estaba muy segura sobre qué estudiar, porque soy buena en letras pero también en números, así que tenía muchas carreras para elegir. Como me encanta el conocimiento, estaba buscando una carrera en la que deba saber sobre todo un poco, y la Economía trata de eso para mí. Me puse a averiguar y supe que la Universidad de Lima es muy buena en Economía, además la malla curricular es muy amplia, y a mí me interesa estudiar en el extranjero en un futuro, entonces eso me convenía bastante”.

Y luego añade que entre los cursos le llamó la atención Macroeconomía, pues si bien le agradan los números, como también presenta gráficos le entusiasma la idea de interpretarlos. Curioso que le atraiga un curso que suele asustar a muchos, pero ella definitivamente no es una chica que se deje llevar por lo que opinan los demás.

Tampoco fue común su desempeño en el Centro Preuniversitario, más bien resultó sobresaliente; pero nadie describe su experiencia allí como ella misma:

“En la Pre era supercansado porque venía después del colegio, todos los días tenía que ir desde las cuatro hasta las ocho o nueve. Luego en mi casa debía seguir estudiando. Mucha gente me decía que no me meta a la Pre porque sabían que tenía el potencial para dar el examen de admisión, pero yo quería demostrar que podía sacar el primer puesto, además sabía que había una beca y quería conseguirla. Entonces me esforcé y la conseguí al final. Me gustó el apoyo constante de mis amigos, que me animaron en todo momento”.

¿Su estrategia? Pues simplemente dedicación, ya que confiesa que llegaba a su casa y se concentraba en estudiar y avanzar las separatas, y si lo necesitaba pedía ayuda a sus amigos y profesores. No fue tampoco una batalla sencilla, antes del examen final estaba nerviosa porque se había enterado de que solo aventajaba al segundo puesto por algunas décimas. Confirmó que había logrado cumplir su objetivo durante un almuerzo familiar, y su padre le dedicó unas palabras en medio de todas las felicitaciones. Él, además, va a abrir una cuenta en donde depositará todo el dinero que ahorre gracias al esfuerzo de su hija, y ella piensa utilizar esa suma en una maestría o un viaje al extranjero. Y es que Karen quiere exigirse para mantener la beca a lo largo de toda su vida universitaria.

Optimizador

En el caso de Sebastián, él también la tenía clara sobre su carrera, pues siempre supo que la Ingeniería Industrial se enfoca en mejorar y optimizar procesos, y eso es precisamente lo que quiere hacer; hasta afirmó que siempre anda pensando en cómo mejorar el funcionamiento de las cosas en su casa, así que es un tema de vocación. Él explica:

“No me veo tanto en el área de gestión sino más en planta. Cuando fui a una charla en la Universidad, dijeron que podía ver el tema de planta, optimizar los procesos dentro de la planta en sí, no tanto en el plano de gestión sino en el plano técnico, ver las cosas de lleno y por dentro. Luego me gustaría hacer un MBA o especializarme en una ciencia determinada, química o física”.

Su hermano, quien estudia Ingeniería de Sistemas, le recomendó ingresar a la Universidad de Lima, por la calidad de su educación, sus buenos profesores y los convenios que posee. “Si te metes vas a tener buenos estudios y trabajo asegurado”, le dijo, así de directo y contundente. Claro que también ayudó que representantes de la Universidad de Lima visitaran su colegio para brindar charlas para promocionar las carreras, en las que recuerda con emoción cuando dijeron que en la Carrera de Ingeniería Industrial la clave era la optimización. Música para los oídos de Sebastián, quien optimizó él mismo su método de estudio para ingresar en el primer puesto del examen de admisión:

“Hablé con mis padres y mi hermano, les comenté que había decidido prepararme por mi cuenta. Mi familia está un poco ajustada económicamente y dije que no quería una academia, que tenía mis libros y mi potencial, así que estudiaría con dedicación. Desde principio de año estuve preparándome, lento pero seguro, con constancia”.

Sobre cómo recibió la noticia de que había ingresado primero, comentó que estaba en su casa, caminando algo inquieto y pensando, cuando de pronto aparecen los resultados en su celular. Instantáneamente comenzó a gritar y saltar, y sus padres se sorprendieron al principio y luego se emocionaron, mientras que su hermano también lo felicitó. Asegura:

“Así como diseñé mi plan de estudios para ingresar, haré lo mismo dentro de la Universidad. Adelantar cursos, sacar la mejor nota posible. Además, es un alivio para mi familia, la beca ha sido como una bendición; entonces nos conviene a mí y a mi familia conservarla. Va a ser una experiencia bonita porque he visto los ambientes y son todos muy agradables, no es un ambiente tétrico, sí da ganas de estudiar”.