10 of March of 2021

Fanfarrias y melancolía, homenaje biográfico de Federico Fellini

En el 2020 se conmemoró el centenario de Federico Fellini, una de las figuras más importantes del cine italiano. Con ese motivo, el Fondo Editorial de la Universidad de Lima publicó el libro Rondas, fanfarrias y melancolía. Aproximaciones a la obra de Federico Fellini, editado por Ricardo Bedoya, crítico de cine y profesor de la Facultad de Comunicación de esta Casa de Estudios.

El libro es un conjunto de ensayos sobre diferentes aspectos de la obra del afamado cineasta, director de obras como La dolce vita, Casanova, Julieta de los espíritus Boccaccio 70. En la siguiente entrevista, Ricardo Bedoya nos adelanta el contenido de la publicación.

¿Cómo era Fellini como director?
Fellini es un director muy personal y obsesivo con algunos temas, algunos motivos visuales y determinados asuntos en su carrera. Él se inició como guionista, al lado de un cineasta muy importante del neorrealismo italiano, Roberto Rossellini. Luego se distanció de la estética neorrealista para hacer una obra muy personal, muy vinculada con el imaginario, los sueños y la libertad expresiva. En 1960 hizo una película que en su momento fue muy polémica: La dolce vita, en la que se mostraba la vida de la alta burguesía romana, la vida de las estrellas del cine de Hollywood que iban a Roma para filmar películas y se desenvolvían en un clima de libertades eróticas y demás. Fellini hizo un gran fresco de ese estilo de vida y fue en esa película que nació un término que es muy usado actualmente: paparazzi o fotógrafos intrusos. En la película, el periodista Paparazzo les tomaba fotos a las estrellas. La obra tuvo un éxito mundial. Fellini ya era un director muy famoso en Italia, pues había ganado dos Óscar a la mejor película extranjera con La calle y Las noches de Cabiria, pero con La dolce vita se convirtió en una celebridad internacional. Sin embargo, como pasa con todos los artistas, después de un éxito muy grande, todo el mundo les exige cosas muy grandes, y él entró en un estado de incertidumbre, miedos e inseguridades, y decidió hacer una película, precisamente, sobre eso, sobre un director que ha tenido gran éxito y no sabe cómo abordar su siguiente película.

¿Cuál película es esa?
Se trata de 8 ½, del año 1963. Es una metaficción: nunca sabemos si estamos en el plano de la realidad, los recuerdos, los sueños o la fantasía. Apareció en un momento en que el cine revolucionaba con la presencia de nuevos cineastas jóvenes que, en diferentes países, fueron rompiendo con el cine tradicional. Fellini tuvo un éxito muy grande con esa película, que es clave para entender el concepto de modernidad en el cine. Fue un autor muy importante en el sentido de que controlaba cada elemento de su producción, y así el resultado es lo que exactamente él buscaba. No son películas del productor, del que puso el dinero o de una superestrella: son las películas que él quería hacer, muy personales, como Julieta de los espíritus ⎯en la que actúa su actriz preferida y quien fue su esposa, Giulietta Masina⎯ o Satiricón, Roma, Casanova.

¿Cómo quedó Fellini en la etapa en que surgían nuevos directores jóvenes?
Las películas de Fellini eran distribuidas incluso por sellos americanos, así que se estrenaban en el mundo a través de las compañías distribuidoras americanas. Pero eso cambió: sus últimas producciones, las que hizo en los años 80, ni siquiera se estrenaron en el Perú. El mundo se transformó; empezó la era de los blockbusters en los años 70, con las películas de grandes presupuestos y éxito comercial, que fueron copando el mundo del cine y su distribución desplazó las películas de autor. Y Fellini es un autor fundamental.

¿A qué se refiere “ronda, fanfarria y melancolía” en el título del libro?
Fellini era un gran aficionado al circo como espectáculo, y en sus películas está muy presente lo circense, lo carnavalesco, la música circense. Incluso dedica una película a los payasos del circo: Los clowns. El mundo del circo es el mundo de la representación y de la ilusión, elementos muy importantes en toda la obra de Fellini, cuyas películas siempre tienen un toque de melancolía, el recuerdo por la provincia, porque él era provinciano, de Rímini, y se fue a vivir a Roma, donde se convirtió en un gran artista; pero siempre tuvo esa fascinación por recordar, por evocar su origen. Una de sus mejores películas se llama Amarcord (“yo me acuerdo”), una recreación de su juventud en su pueblo. Es una suerte de memoria autobiográfica, por supuesto, llena de fantasía. Trata de su adolescencia, que es la época del fascismo italiano.

¿Cuáles eran sus temáticas favoritas?
Abordaba diferentes asuntos relacionados con el clima político y social de la época de un modo indirecto. Por ejemplo, trató el tema de la televisión que se convirtió en un espectáculo banal a partir de la privatización y con la llegada de un empresario como Silvio Berlusconi, que luego fue primer ministro italiano y quien impulsó lo que se conoce como la neotelevisión. Fellini hizo películas que satirizaban ese tipo de televisión, como Gingery Fred, en que se ironiza sobre el mundo de los concursos, con gente que imita a otra o que quiere ser como otra. Pero también tiene películas que hablan sobre el feminismo, como La ciudad de las mujeres; películas que hablan de los problemas políticos y la inestabilidad institucional de Italia, como Ensayo de orquesta; o Casanova, que retrata a un famoso seductor del siglo XVII, al que consideraba el prototipo del macho italiano, pues despreciaba esa idea del hombre que colecciona conquistas eróticas como si fueran piezas de caza, por lo que hace una película muy crítica sobre este personaje. La obra de Fellini es muy particular, además de muy estilizada: los rostros de los actores y los figurantes de las películas de Fellini son siempre singulares y llaman la atención el maquillaje, la ropa... Es un mundo muy visual. Fue un cineasta muy notorio, con mucho poder en el cine italiano. Tenía productores que lo satisfacían en lo que él quisiera. Algunas de sus películas eran sumamente costosas, pero lograba hacerlas.

¿Quiénes escriben los ensayos del libro?
Son varias personas las que intervienen. Tenemos una presentación del rector Óscar Quezada; una presentación del embajador de Italia, Giancarlo Maria Curcio; un artículo de Gabriele La Posta, el director del Instituto Italiano de Cultura, en que habla de la obra de Fellini, y yo hago un texto introductorio. También hay artículos de Isaac León Frías y Javier Protzel, quienes fueron profesores de la Universidad; de Giovanna Pollarolo, guionista y poeta; Giancarlo Cappello y José Carlos Cabrejo, profesores de la Universidad. Hay también colaboradores extranjeros, como Eduardo Russo, profesor de la Universidad Nacional de la Plata, de Buenos Aires; Miguel Marías, crítico español; Ana Carolina Quiñónez Salpietro, exalumna de la Universidad, comunicadora con una maestría en análisis cinematográfico por la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona; Fernando Vivas, periodista de El Comercio; Enrique Silva, aficionado al cine y periodista; Natalia Ames Ramello, profesora de la Maestría de Comunicación de la Universidad de Lima, y Gabriel Quispe Medina, crítico de cine. De otra parte, tenemos un homenaje a dos críticos fallecidos: Rafaela García Sanabria y Federico de Cárdenas, quienes fueron profesores de la Universidad, y publicamos artículos que ellos escribieron para la revista Ulima La Gran Ilusión.

 

Rondas, fanfarrias y melancolía. Aproximaciones a la obra de Federico Fellini está a la venta en Libun, El Virrey de Miraflores, Sur y Communitas.