Silvia Mazuelos, capacitadora de docentes universitarios en temas de metodologías de evaluación, organizó un taller de rúbricas, que son herramientas diseñadas para la evaluación de trabajos académicos.
La capacitación, llevada a cabo el 8 de abril en el Edificio Q, estuvo dirigida a docentes de todos los programas de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima. “La mejor rúbrica es la que hace el propio docente, sobre todo si es acerca del tema del que es experto”, dijo Mazuelos al inicio de su presentación.
Así, antes de diseñar una rúbrica, el profesor tiene que hacerse preguntas claves acerca de su objetivo, su metodología y las habilidades que busca desarrollar en los alumnos. Asimismo, debe definir cuáles son sus criterios más relevantes, cuáles son complementarios y definir las cualidades de estos dos criterios. Una vez respondidas esas preguntas, se debe identificar la estructura que da forma al trabajo que será evaluado y organizar un sistema para hacerlo, usualmente compuesto de una escala de evaluación (el rango de puntaje que se va a otorgar), los criterios que se van a tomar en cuenta para la evaluación, los niveles de logro y las observaciones.
Una vez diseñada la rúbrica, esta no solo servirá de herramienta de análisis y evaluación al profesor, sino que le explicará al alumno el origen de sus notas. Por ello Mazuelos consideró que las rúbricas del profesor deberían ser públicas.
“Las rúbricas han evolucionado significativamente”, concluyó Mazuelos, y por ello consideró que su diseño es un proceso de alto nivel, pues implica recordar, revisar, crear, plantear objetivos y organizar. Un proceso que enfrenta el profesor sin importar el tipo de rúbrica que utilice (analítica u holística, por ejemplo) y que demanda tiempo. Sin embargo, sus ventajas exceden a sus costos, lo que ha hecho que la Universidad de Lima recomiende su uso para una evaluación más objetiva y una relación con los estudiantes que implique mayor retroalimentación.
