El 20 de abril el Instituto de Investigación Científica (IDIC), la Facultad de Comunicación y el Fondo Editorial de la Universidad de Lima presentaron, en el Aula Magna B, el libro Ética de la comunicación cinematográfica, del docente José Perla Anaya. Durante la velada los comentarios estuvieron a cargo de Ricardo Bedoya, abogado y reconocido crítico e historiador del cine, así como profesor de la Universidad de Lima; y el sociólogo Javier Protzel, quien también fue profesor e investigador en nuestra Casa de Estudios.
Tres lecturas
Bedoya llamó la atención sobre las tres posibles entradas de la publicación de José Perla Anaya. En primer lugar, manifestó que se trata de un libro de derecho que analiza e interpreta leyes, reproduce resoluciones y mira cómo ha sido la evolución legal de la censura en el Perú, desde los años veinte hasta su desaparición en 1994. En segundo lugar, destacó el alcance histórico de la obra, ya que consideró que el libro reconstruye la evolución de la censura misma y el panorama de lo que ha sido el cine en los últimos 80 años, aproximadamente. “Una historia del cine como presencia cultural y espectáculo masivo, pero también como motivo de preocupación para los gobernantes de una forma que ya no existe más”, puntualizó.
La tercera lectura a la que se refirió, y que advirtió era muy personal, fue que el libro ofrece un sentimiento casi luctuoso respecto al cine como presencia cultural en nuestro país. “En realidad el libro es un réquiem al cine que ya no existe”, sentenció, y agregó que se trataba de un cine que preocupaba porque podía ser conflictivo y problemático, algo que ya no sucede con el cine en el Perú.
Estética ética
A su turno, Javier Protzel comentó: “Pienso que el libro de Pepe es una proeza por la opacidad de su objeto, por la transversalidad, pasar del terreno ético al terreno jurídico, la historia del derecho, la historia política, y contar con una erudición en materia de cine”. Luego dijo que el fenómeno de la censura podría abordarse desde tres niveles: primero, el desplazamiento del control del Estado hacia el sector privado; en segundo lugar, en el plano de la historia cultural de larga duración; y en tercer lugar, desde las enormes transformaciones de la subjetividad.
También manifestó que el cine ético no es pensado por los empresarios, sino que se trata del que todos pensamos, el que pueden pensar los directores, guionistas, críticos o espectadores. Recalcó:
“Se me ocurre pensar que en la estética hay una ética; quien ve una película tiene que ser consecuente con el goce que el cine le puede dar, el director que hace una película maneja una ética cuando está haciendo una afirmación estética. En toda comunicación cinematográfica que vaya a ser correcta, hay este compromiso ético que Perla nos presenta y analiza”.
La nostalgia de una época
Finalmente fue el turno del autor, el docente e investigador de la Universidad de Lima José Perla Anaya, quien comenzó anunciando que este sería el último libro que iba a presentar en la Universidad de Lima, con lo que empezaba a despedirse de su labor académica en esta Casa de Estudios. Así que aprovechó para agradecer a la Universidad de Lima por el apoyo que le dio en el trabajo de esta área desde 1978, con la publicación de varias obras. Dijo Perla:
“Lo que aparece en el libro es la nostalgia de una época que se fue, ese cine del colegio, las películas prohibidas, el hermano proyeccionista que había cortado los besos y todos nos dábamos cuenta de que lo había hecho, así que empezaba la silbatina en todo el cine. Íbamos aprendiendo el lenguaje cinematográfico, ese beso era más largo y ese corte lo ha hecho el hermano y no el director. Ese cine, como dice Ricardo, merece un réquiem, y en parte el libro se lo ha ofrecido. Surge otra época y en ella la regulación deja de tener sentido y nadie la extraña”.