Responsabilidad social empresarial en foro de la Ulima

El 10 de septiembre, en el Auditorio S, se llevó a cabo el Foro de Responsabilidad Social Empresarial, organizado por la Oficina de Planificación de la Universidad de Lima. En esta actividad diversos representantes de reconocidas empresas presentaron las buenas prácticas de responsabilidad social que se llevan a cabo en ellas, así como su efecto en el desarrollo de la comunidad. 

Gestión ética transversal 

La primera expositora fue Emma Rojas Arana, jefa de Responsabilidad Social y Comunicaciones Externas de Austral Group, quien empezó comentando que en dicha empresa el área de Responsabilidad Social se creó hace cinco años y se encarga de gestionar cada uno de sus impactos en cada uno de sus grupos de interés. Luego comentó que la función de la compañía consiste en generar ingresos y permitir que sus stakeholders crezcan y se desarrollen, pero que esto genera impactos, como efluentes y emisiones. Además, afirmó que ellos se desempeñan en un sector en el que el cumplimiento de las leyes está muy regulado, y que actualmente concentran sus esfuerzos en que los recursos con los que trabajan, como la anchoveta, perduren, y que para conseguirlo pretenden trabajar muy estrechamente con el Estado.

Más adelante, la ponente se hizo la pregunta que muchos se formulaban en el auditorio: ¿por qué trabajar en responsabilidad social? Y dentro de las razones que compartió se hallaban la actitud moral de no ignorar la realidad social; la preocupación por la imagen corporativa, la reputación y la generación de valor agregado; la prevención de conflictos; y el hecho de participar en un área transversal que analiza cada acción de la empresa y su impacto en cada stakeholder, desarrollando acciones según prioridades.

Rojas también enfatizó que Responsabilidad Social es un área transversal, es decir, un modelo de gestión socialmente responsable que refuerza cada una de las acciones y procesos de la empresa teniendo en cuenta el impacto en todas las partes interesadas: los colaboradores y el Estado en el aspecto económico; los proveedores y clientes en el ámbito social; y las comunidades y accionistas en la dimensión ambiental.

Comunidad saludable, empresa saludable 

La siguiente expositora fue Michelle Salcedo Teullet, gerente de Desarrollo Sostenible de Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston. Ella se refirió a una nueva estrategia de desarrollo sostenible, denominada “prosperar”, que explicó se enfoca en cinco pilares: mundo próspero, mundo sociable, mundo resistente, mundo limpio y mundo productivo. A través de ella buscan encontrar sinergias y el reordenamiento de prioridades. Acerca del pilar de un mundo próspero, afirmó que “una empresa saludable no puede subsistir en comunidades enfermas”, por eso buscan desarrollo local, económico y social, así como valor compartido. Para ello trabajan desde distintos frentes con iniciativas que incluyen la promoción del emprendimiento, el desarrollo económico, garantizar un mundo sociable, afianzar que los menores de edad no deben consumir bebidas alcohólicas, trabajar por la seguridad vial, garantizar el consumo moderado de alcohol y consolidar un mundo limpio y productivo.

Modelo de desarrollo sostenible 

La última participación fue la de Clara Indacochea, jefa de la Unidad de Gestión Social del Departamento de Desarrollo Sostenible de Petroperú, quien se refirió a cómo el paradigma de desarrollo ha ido cambiando, pues antes solo se concentraba en la acumulación de bienes y servicios, lo que generaba mucha contaminación. Hoy, en cambio, aclaró que ha surgido un nuevo paradigma de desarrollo sostenible, que presta especial atención a la preservación de la sociodiversidad y la biodiversidad, la profundización de la democracia y construcción de ciudadanía, y la ética de producción, que implica la responsabilidad social y la justicia productiva y distributiva.

Acerca de cómo Petroperú trabaja su modelo de desarrollo sostenible, Indacochea comentó que todas las comunidades con las que trabajan presentan diferentes características y necesidades, por ello no se pueden aplicar las mismas medidas o estrategias con todas y se debe seccionar para tener éxito. Además, sostuvo que tienen un compromiso con los pueblos indígenas, reconociendo la interculturalidad del Perú, y que se comprometen a fortalecer y preservar las culturas e identidad de las comunidades aledañas, a fin de buscar el desarrollo de cada una de ellas.

La ponente también compartió las lecciones que su trabajo le ha dado, entre las que destacó que hay que romper el paradigma de la diferencia de estructura cerebral; aceptar que solo podremos involucrarnos hasta donde la comunidad lo permita, coadyuvando a construir espacios de diálogo en los que, de manera participativa, tomen la decisión de qué futuro quieren para sus hijos. Otro aprendizaje que consideró fundamental fue que “no deben ignorarse las cosmovisiones, el autogobierno y la libre determinación de los pueblos indígenas. El desarrollo sostenido de las comunidades nativas debe estar basado en la valoración de la identidad cultural, el ambiente, el territorio y los recursos naturales”.

La representante de Petroperú también reflexionó sobre el hecho de que la experiencia de haber trabajado con comunidades, conocer y respetar las culturas indígenas, estar familiarizado con los problemas locales y tener un vasto conocimiento de las operaciones de hidrocarburos por desarrollar resulta mucho más valioso que los títulos y la capacitación de los profesionales de responsabilidad social.

Puntos en común 

El foro culminó con una mesa de diálogo en la que los invitados llegaron a importantes conclusiones, como que la sostenibilidad empresarial implica nuevas formas de relacionarse; la responsabilidad social no es el único factor para la gestión social empresarial; las comunidades ya no se conforman con ser representadas por sus autoridades, sino que actúan sobre ellas, presionan y exigen al gobierno con acciones de fuerza; las decisiones implican mayores consensos y soluciones mancomunadas; y que se debe establecer el sincretismo cultural (aporte y fusión de dos o más culturas) como base de la relación con los stakeholders.