“El primer número de Limaq busca ser, sobre todo, una plataforma abierta al diálogo, donde las ideas se intercambian y discuten, y pretende enseñar que, a pesar de estar en una realidad en la que el intercambio no siempre es la primera opción, la educación y la formación empiezan con escuchar y reconocer a quien está frente a uno”, señaló Octavio Montestruque, docente y editor de esta primera edición de Limaq —que tendrá un editor invitado y asignado especialmente para cada número—, de la Carrera de Arquitectura de la Universidad de Lima, durante la presentación de esta publicación efectuada en el Auditorio Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional del Perú.
Montestruque añadió que este primer número está dividido en tres secciones. La primera de ellas incluye los ensayos de colaboradores que reflexionan sobre la pedagogía, la arquitectura y la importancia de la investigación para aproximarse al conocimiento y a la innovación. En la segunda sección, profesores Ulima meditan sobre el ejercicio de la docencia a partir de sus experiencias en los cursos de Dibujo y Proyecto de Arquitectura, y en el tercer apartado los alumnos Ulima expresan sus conocimientos e inquietudes.
Miradas reflexivas
También intervino María Teresa Quiroz, directora de nuestro Instituto de Investigación Científica (IDIC). Ella comentó:
“Este número de ‘Limaq’ está dedicado a la pedagogía en la arquitectura. Es una decisión editorial que creo que es oportuna porque invita a pensar y a aprender de la experiencia y de la responsabilidad en la formación de una nueva generación de arquitectos que la Universidad de Lima ofrece a la sociedad. Y no se trata solo de artículos que piensan o se refieren a las formas de enseñar, sino que se anclan en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, en entender la arquitectura como un hecho cultural. Y en segundo lugar, en pensar en el sentido que tiene enseñar e investigar en tiempos en los que los muros universitarios se disuelven y los referentes para pensar la arquitectura y también la mayor parte de las carreras trascienden esos muros y, a través de parámetros globales, establecen relaciones con las imágenes de las arquitecturas del mundo y recuperan lo nuestro o lo que es de la sociedad de la que se es parte”.
Luego tomó la palabra el arquitecto Wiley Ludeña, quien elogió la pertinencia del tema elegido por el primer número de Limaq en un contexto en el que la reflexión sobre la pedagogía y la arquitectura es “francamente minoritaria”. Ludeña acotó que siempre es bienvenida una reflexión crítica sobre el “difícil oficio de enseñar”.
Por último, Enrique Bonilla, director de nuestra Carrera de Arquitectura, se refirió sobre el significado de la palabra Limaq. El arquitecto Bonilla indicó que, según el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios reales de los incas, en la que entonces era la Ciudad de los Reyes del Perú había, en época incaica e incluso antes, un oráculo al que los antiguos peruanos consultaban y le llamaban Limaq, que quiere decir ‘el que habla’. Además, precisó que, también según el Inca Garcilaso, los españoles recogieron esta palabra con la erre inicial, que luego derivó —según su pronunciación débil o fuerte— en ele o en erre, lo que dio origen a palabras como Lima para el territorio y Rímac para el río. Sobre este aspecto, Bonilla puntualizó: “Fue alentador que Limaq tenga una conexión con Rímac, el río hablador, porque nosotros necesitábamos un medio de difusión que nos permita hablar”.