Gianina Jiménez lidera estrategias de comunicación global, sostenibilidad y economía circular en el Grupo AJE. Su trabajo le da grandes satisfacciones porque le permite impactar directamente en comunidades amazónicas.
Recientemente, fue reconocida en el ranking Top 20 de directivas digitales 2024, elaborado por Verne Future Mindset. Ella destaca como una profesional versátil, característica que —sostiene— desarrolló en la Universidad de Lima, donde estudió la Carrera de Comunicación.
¿Podrías compartir cómo es tu experiencia como jefa de Comunicaciones, Sostenibilidad y Asuntos Corporativos en el Grupo AJE?
Trabajo en el Grupo AJE desde hace dos años y dos meses, y estoy muy contenta. El Grupo AJE es una compañía peruana presente en más de veinte países, y es la cuarta empresa de bebidas en el mundo. Me encuentro en la casa matriz, donde se definen los lineamientos, las políticas y las estrategias en términos de sostenibilidad, economía circular y descarbonización. Mi trabajo me da la oportunidad de impactar directamente en comunidades amazónicas a través del liderazgo de proyectos de sostenibilidad.
Además, me encargo de la estrategia de comunicación de la compañía y de la marca corporativa en el plano global, lo que incluye posicionamiento, manejo de crisis y relacionamiento. Asimismo, ejecuto la estrategia de sostenibilidad en el Perú. Asumí el reto de contribuir al posicionamiento de la marca corporativa como referente en sostenibilidad en áreas como economía circular y preservación de la biodiversidad y cultura, un objetivo que hemos logrado. Muestra de eso es que fuimos reconocidos como la empresa número uno en medioambiente en el ranking Merco.
¿Te encargas directamente de visitar los proyectos que desarrollan en comunidades?
Sí, el año pasado viajé mucho tiempo para visibilizar nuestro trabajo en comunidades. Realizo viajes con stakeholders a lugares como Pacaya Samiria, Machu Picchu y Galápagos, donde tenemos proyectos significativos. También, representamos a la empresa en eventos internacionales, como la COP en Dubái, donde fuimos la única empresa peruana con presentaciones.
¿Cuál consideras que es tu aporte clave en tu área y en los temas que manejas?
Gracias a mi formación en la Universidad de Lima, tengo habilidades para abordar diversos aspectos de la comunicación. Mi aporte radica en tener una visión amplia de esta materia, desde la sostenibilidad hasta la gestión de asuntos públicos. Participo activamente en reuniones con la Sociedad Nacional de Industrias y en mesas de conversación sobre regulaciones y políticas, y contribuyó a la generación de medidas de economía circular para el país. Creo que mi formación como comunicadora es el principal valor que aporto a la empresa.
¿Qué estudios de posgrado has llevado a cabo?
He completado varios posgrados y diplomados. El último que realicé fue en la Universidad de Berkeley, en California, sobre economía circular. Es un tema que me apasiona y es el nuevo paradigma que debemos vivir. No podemos agotar nuestros recursos, necesitamos aplicar el concepto de economía circular.
¿Dónde has trabajado antes?
Después de terminar la Universidad, comencé mi carrera en periodismo en el canal 7. Trabajé durante dos años en la realización de reportajes y la producción para el programa Somos Empresa. Fue una experiencia muy enriquecedora, centrada en la minería y la producción de documentales. Tras esto, pasé a Plus TV, donde trabajé en la producción de A la vuelta de la esquina. Luego, estuve cuatro años y medio en Apoyo Comunicación. Ahí, me enamoré de la comunicación corporativa. Entendí la importancia del rol de un director de este tipo en todos los ámbitos, desde el relacionamiento con stakeholders clave hasta la adición de valor a las marcas, a través de una sólida estrategia de comunicación. Además, me relacioné con clientes de diversos sectores, desde el extractivo hasta el automotor, y lideré la estrategia de ciudadanía corporativa.
Hace diez años, la evolución de la sostenibilidad comenzó con la responsabilidad social, que luego se denominó ciudadanía corporativa (citizenship), especialmente en empresas norteamericanas y tecnológicas. Este concepto implica que la empresa genere un impacto positivo tanto interna como externamente, pero siempre alineado con el núcleo del negocio.
¿Puedes compartir más sobre tu experiencia y los proyectos que lideraste en Microsoft y Samsung?
En Microsoft, me enfoqué en proyectos con el Ministerio de Educación en los que se utilizaba la tecnología como herramienta para potenciar el desarrollo de los niños. Implementamos programas que proporcionaban tecnología gratuita en colegios, aulas piloto y cursos de capacitación para profesores, especialmente en zonas rurales, donde la brecha digital es amplia. Participé en el proyecto de traducción de Windows y Office al quechua, lanzado en Cusco, que incluyó un piloto con tablets en un colegio rural. Fue impactante ver cómo esto contribuyó a preservar la lengua. También, trabajamos en proyectos de salud que empleaban la tecnología y la computación en la nube para facilitar la telemedicina en zonas remotas.
Sin embargo, después de casi cinco años en Microsoft, me ofrecieron un rol similar en Samsung, que fue un desafío emocionante porque se trataba de abrir una nueva posición basada en mi experiencia. En esta empresa, fui gerente de Ciudadanía Corporativa y Relaciones con el Gobierno, y desarrollé proyectos en diferentes áreas. Lideré iniciativas de educación, seguridad y cultura en los que la tecnología era un habilitador clave para colaborar con el gobierno.
Después, diste el salto a Coca-Cola. ¿Cómo fue esta transición y qué proyectos lideraste?
Después de casi cinco años en Samsung, Coca-Cola me llamó y me propuso ser gerente de sostenibilidad. Me pareció interesante complementar mi perfil, al pasar del sector tecnológico al de consumo masivo. Trabajé en Coca-Cola durante dos años y medio, como líder de proyectos de sostenibilidad y relaciones con el gobierno. Luego, llegó la pandemia, un momento que me dio la posibilidad de trabajar desde casa y estar más presente en los procesos de aprendizaje de mi hijo. Tras esto, asumí mi posición actual.
¿En qué momento decidiste realizar el posgrado en economía circular?
La decisión surgió cuando ingresé al sector de consumo masivo. En mi experiencia en tecnología, se empezaba a hablar sobre el pacto de residuos electrónicos en el planeta. Aunque en Microsoft no se abordaba tanto, ya que la empresa vende software, el Data Center generaba un impacto significativo en la huella de carbono y en el planeta. Microsoft ya había comenzado a utilizar energía eólica para reducir la huella de carbono, y estos temas captaron mi atención, porque normalmente no cuestionamos lo suficiente la disponibilidad infinita de recursos. Abrimos el grifo y damos por sentado que el agua vendrá, sin cuestionarnos de dónde proviene y que podría agotarse. O el aire que respiramos, ¿hasta cuándo será respirable sin necesidad de protección? También, las frutas que consumimos, ¿hasta cuándo estarán disponibles?
Así fue que decidí que la mejor manera de contribuir al cambio era adentrarme en el núcleo del negocio y entender que hoy en día podemos fabricar botellas con un 100 % de material reciclado. Las botellas de vidrio, plástico y latas pueden convertirse en materia prima para nuevos productos. No necesitamos consumir nuevos recursos cuando ya hay suficientes botellas en el planeta. Es importante crear conciencia y acelerar una cultura de consumo más sostenible para comprender hacia dónde van los recursos que consumimos y cómo podemos darles circularidad. El planeta ha vivido mucho sin nosotros y somos la especie que acaba sus recursos. La economía circular es una respuesta urgente para que el planeta se recupere y genere recursos de manera eficiente, sin agotarlos.
Recientemente fuiste listada en el ranking de las Directivas Digitales 2024, de Verne Future Mindset. ¿Cómo recibiste esta noticia?
Para mí, es un honor estar al lado de Inés Temple, Beatriz Boza, Rosario Bazán y otras mujeres líderes en diferentes ámbitos. Me llena de orgullo que me hayan incluido en esa lista por los contenidos que genero y por el impacto que estos tienen. Como comunicadora, trato de ser vocera de los temas que me apasionan, y comparto información y artículos de opinión en LinkedIn y mis redes sociales. Siempre recibo mensajes de personas que leen algo que publiqué y me dicen que está genial. Hay chicas que son estudiantes y me consultan sobre mi carrera, y yo trato de hacer un espacio en mi agenda para hablar con ellas.
Por último, ¿cómo fue tu experiencia en la Universidad de Lima?
Tengo los mejores recuerdos de mi etapa universitaria. Estoy muy orgullosa de haber estudiado Comunicación en la Universidad de Lima, donde se formaron mis capacidades y mi visión de ser una comunicadora versátil, capaz de funcionar en diversos ámbitos y contribuir a diferentes organizaciones, ya sean del Estado, sociales o privadas. Valoro mucho a los profesores que tuve. Algunas compañeras de la Universidad hasta ahora son mis mejores amigas. Estoy feliz de haber estudiado en la Ulima.