“Lo que importa son las competencias de la persona”

Desde enero de este año, Nicolle Simich es gerente general para el Perú de la empresa de reclutamiento Ackermann International. Tiene diez años de experiencia en este rubro, pues antes trabajó en Loguercio y Asociados. Previamente, estuvo en el mundo de las telecomunicaciones. La Carrera de Ingeniería Industrial, que estudió en la Universidad de Lima, le dio la versatilidad necesaria para pasar de un rubro a otro y para ser una líder con una amplia visión del negocio.

¿Cuáles son los retos que has asumido como gerente general en Ackermann International Perú?
Hacer crecer el mercado para Ackermann, posicionarla como una firma de reclutamiento top, capaz de competir con las mejores firmas, sobre todo en las posiciones altas, como las de directores y gerentes.

¿Cuáles son los perfiles que se requieren en estas posiciones altas?
Se necesita capacidad de liderazgo, una buena comunicación, asertividad, empatía y una inteligencia emocional bastante desarrollada. Pero, por supuesto, dependiendo de la cultura de cada cliente, yo podría identificar otras competencias que necesiten estos ejecutivos.

De entre los ejecutivos que ustedes entrevistan, ¿qué es lo que crees que, en general, requieren desarrollar?
Creo que lo que más deben desarrollar, y que en este momento marca la diferencia en una posición de liderazgo, es la inteligencia emocional, el poder manejar a sus equipos de una manera asertiva, empática, y saber escuchar a la gente. Obviamente, ahora, en el mundo global ejecutivo, se demanda mucho todo lo relacionado con la transformación digital, el capitalismo consciente, la economía circular y la necesidad de ser más responsables, socialmente hablando. Son tendencias que, definitivamente, deben tener en cuenta todos los profesionales, y más aún la plana gerencial.

¿Hay diferencias entre hombres y mujeres al momento de reclutar?
Sigue habiendo diferencias, pero nosotros no nos fijamos en el género del candidato. Hubo un caso en que una empresa nos pidió sólo hombres, porque su área de recursos humanos estaba llena de mujeres y querían equilibrar un poco esa situación. Por otro lado, en algún momento, un cliente me dijo que la industria a la que pertenecía era dura, pues se trataba de una planta de producción y había que lidiar con operarios. Sin embargo, lo que importa son las competencias de la persona, sea hombre o mujer.

¿Dónde has trabajado anteriormente?
Terminando la carrera, estuve en empresas de telecomunicaciones como DirecTV y Claro. Luego me fui a estudiar un MBA al IE Business School, en Madrid, y, al terminar, me quedé en Europa un tiempo, trabajando en una empresa de telecomunicaciones, Vodafone, en Luxemburgo. 

¿Qué te hizo volver al Perú?
Mi madre me trajo de regreso al Perú. Ella es Mary Stagnaro de Loguercio, una de las mujeres referentes en el tema de reclutamiento en nuestro país. Trabajó 13 años en Pricewaterhouse como directora de reclutamiento, y 12 años en Korn Ferry como Client Partner. Mucho más adelante, abrió Loguercio y Asociados, una empresa peruana que pertenecía a una organización con sede en Inglaterra. Esta compañía agrupaba diferentes headhunters del mundo. En el 2012, mi mamá me convocó para que venga a trabajar con ella y me encargue de la empresa. Fue así que entré al mundo del reclutamiento.

¿Fue difícil ingresar a este rubro?
Yo soy de las más jóvenes en temas de reclutamiento, los socios dentro de estas organizaciones me llevan 15 o 20 años. Me ha costado ganarme un lugar dentro del mercado peruano, hacer que me conozcan a mí, y no solamente a mi madre. Considero que tengo mucha iniciativa, no me quedo con los brazos cruzados frente a algún problema, sino que siempre trato de resolverlo y de buscar oportunidades. También soy bastante creativa, lo cual me ayuda en este negocio, porque no solamente se trata de buscar perfiles tal cual los pide el cliente, sino de ir más allá. 

Como líder, ¿qué te caracteriza dentro de la empresa?
Soy una persona muy sensible, trato de generar crecimiento y desarrollo sostenible en las personas y en las empresas. Sé que puedo impactar en la vida de las personas, manejo una comunicación bastante efectiva y, además, soy muy perseverante. El líder de una organización debe innovar y aportar para construir un mundo mejor.

¿Cómo es el clima laboral en tu trabajo?
Acá trabajamos como si fuéramos una familia. No somos muchos, pero la idea es que mis consultoras se sientan motivadas, que sientan que hay una cercanía, que las escucho, porque este es un trabajo en equipo, una persona sola no lo puede hacer. 

¿Cómo organizas tus tareas del día?
Primero, debo supervisar los procesos que tenemos en cartera; luego, hay que ver la parte comercial, tengo que reunirme con posibles clientes y comentarles acerca del servicio que les podemos ofrecer. También superviso a mis consultoras, a mi equipo, que maneja los diferentes procesos que tenemos en cartera. Y hay que hacer las entrevistas cuando los candidatos están ya en la etapa más avanzada.

¿Cómo fue tu experiencia como estudiante en la Universidad de Lima?
Yo siempre he sido muy buena en números y, mientras estudiaba en la academia preuniversitaria, varios de mis profesores me preguntaron por qué no intentaba estudiar ingeniería industrial, que es una carrera muy completa. Así que probé en la Universidad de Lima, y la verdad es que me gustó, sobre todo que la Ulima se enfoca más en la gestión, cuando otras universidades se enfocan más en temas de planta. Eso me ha servido mucho hasta ahora. Luego, al comenzar a trabajar, me di cuenta de lo valiosa que es esta carrera. Mucha gente piensa que para trabajar en recursos humanos hay que estudiar otras carreras, pero no necesariamente es así. Ingeniería Industrial me da el plus de entender los procesos, comprender la gestión y conocer el lenguaje de los gerentes. Fue una excelente decisión estudiar Ingeniería Industrial y hacerlo en la Universidad de Lima.