Desde marzo del 2022, Masaki Masuda es Global Risk Management Latin America Senior Manager en Scotiabank Canadá. En ese país se encuentra la matriz de esta institución financiera y desde ahí se dedica a analizar los créditos de empresas y a supervisar este trabajo en los diferentes países donde este banco tiene una sede, dentro de Latinoamérica. Masaki estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Lima y, desde que empezó a trabajar en el mundo financiero, sintió una gran atracción por este sector. Además, le gusta participar en voluntariados y en programas culturales, donde ha apoyado a grupos de jóvenes.
¿Cómo así fuiste a trabajar a Scotiabank en Canadá?
Me gradué en la Universidad en el 2012, tuve algunos trabajos y, en el 2014, entré a trabajar en Scotiabank. Estuve en la parte comercial, mayormente en créditos corporativos. Pasaron ocho años y postulé a una plaza en Canadá, donde se encuentra la matriz de esta institución financiera. Desde marzo del 2022, estoy en Canadá.
¿Qué haces desde ahí?
Soy funcionario sénior. Estoy enfocado en el tema de riesgos. Mis actividades son similares a las que hacía en el Perú, solo que me ocupo de casos más grandes. En el Perú veía riesgos de banca corporativa, es decir, aprobaba créditos de clientes de banca corporativa. Acá hago lo mismo, en el sentido de que también apruebo créditos, pero no solo del país, sino de toda Latinoamérica, de todos los lugares donde el banco tiene presencia. A la vez, supervisamos el tema crediticio, damos entrenamiento, aprobamos créditos grandes de acuerdo con las políticas de Scotiabank, vemos el tema de mejores prácticas y supervisamos la labor de los equipos de riesgo que están en los diferentes países.
¿Qué implica el análisis que realizas para otorgar un crédito?
Es fundamental analizar la capacidad de pago y ver en qué condiciones se solicita el crédito. Puede haber empresas con una cantidad de riesgos, pero al mismo tiempo con una cantidad de mitigantes que nos indican que podemos aprobar el crédito. Día a día, llegan casos grandes que debemos revisar y hacer pasar por todos los comités que correspondan en Canadá, para ser aprobados. Todo ello de acuerdo con las políticas de Scotiabank. Los países tienen que funcionar como lo hace Scotiabank globalmente. Tenemos contacto constante con las sedes ubicadas en otros países, a fin de responder consultas, para efectos de entrenamiento y para guiarlos.
¿Cómo es tu proceso de adaptación a la vida en Canadá y al trabajo con personas de diferentes culturas?
La mayoría de las personas con quienes trabajo son de Latinoamérica. Somos más o menos veinte en el equipo, sobre todo de México y Colombia. También hay gente de Perú, El Salvador y Argentina. Como somos latinos, tenemos puntos en común, aunque la cultura de cada país tiene sus particularidades, que van desde la comida hasta la forma de hablar y las palabras que empleamos. He pasado de juntarme con peruanos a convivir con personas de diferentes países. En cuanto a la ciudad, estoy en Toronto y es completamente diferente de Lima, el estilo de vida es muy distinto. Es interesante conocer otras costumbres y estilos de vida.
¿Dónde has trabajado antes?
Mi primera práctica fue en La Fiduciaria, una empresa que hace fideicomisos. Mi primer trabajo como contratado fue en DirecTV. Era asistente de administración, veía temas administrativos y también asuntos de mejora continua, desde el lado administrativo. Luego regresé a La Fiduciaria como asistente comercial y de ahí di el salto a Scotiabank, que también tiene un área de fideicomiso, pero fui asumiendo distintos roles.
¿Cuando estudiabas tu carrera de Ingeniería Industrial pensabas que ibas a terminar desarrollándote en este campo?
No, realmente no. Mi primera idea era trabajar en procesos, en mejora continua, en temas de calidad, en planta, pero esta carrera es muy amplia, puedes trabajar en la planta de una fábrica o en una oficina y en diferentes sectores. Lo interesante es que esta carrera te da la opción de trabajar en muchas rubros y empresas. A mí me impactó el sector financiero, por eso volví a La Fiduciaria.
También has participado en voluntariados y en organizaciones donde apoyabas a grupos de jóvenes. ¿Podrías comentar esas experiencias?
La verdad es que me hubiera gustado hacer más voluntariado. Mi trabajo me encanta, pero me gusta también trabajar en voluntariados y apoyar a los demás. Provengo de una familia japonesa, así que he participado mucho en actividades culturales japonesas, he estado en clubes de jóvenes, donde he ayudado a realizar eventos y proyectos. Me gusta la música también, así que con mis amigos con los que estudié el idioma japonés armamos un grupo de canto para participar en una actividad cultural de la comunidad japonesa. Estuve seis años apoyando en la realización de eventos de la cultura japonesa relacionados con la música. También he participado en voluntariados en las empresas donde he trabajado, donde siempre he encontrado grupos de personas a las que les gusta colaborar y apoyar a la comunidad. Cuando estaba en Lima, tuve la oportunidad de hacer un voluntariado desde que entré a Scotiabank: hacíamos proyectos enfocados sobre todo en temas de educación. Les planteábamos a los jóvenes de zonas de escasos recursos realizar actividades seguras, nuevas, donde podían seguir desarrollando sus habilidades. Era también una forma de ayudarlos a evitar malas influencias.
¿Qué te pareció tu carrera y experiencia en la Universidad de Lima?
Me pareció excelente. Hice muchos amigos para toda la vida, con quienes he trabajado durísimo en las clases y para entregar trabajos. La infraestructura de la Ulima es estupenda. He llevado cursos muy interesantes con profesores muy buenos. He aprendido no solamente dentro de las aulas y en los laboratorios de la Universidad, también visité plantas y he tenido una formación integral que me ha permitido desenvolverme en diferentes rubros. Tuve una gran experiencia de vida en la Universidad de Lima.