“A la hora de conseguir financiamiento, los responsables de un proyecto deben tener una idea clara de cuáles son los tipos de crédito que van a solicitar para conformar la respectiva línea de crédito, que es el conjunto de créditos que una empresa necesita. Es decir, deben haber definido para qué está destinado cada crédito”, señaló Roby Arbe, economista por la Universidad de Lima que cuenta con un MBA por la Universidad de Illinois, en el cuarto Taller de Incubación de nuestra Oficina de Emprendimiento, que estuvo dedicado al financiamiento de proyectos.
En el Aula Q 604, Arbe sostuvo que crédito proviene del latín credititus, que significa ‘cosa confiada’, por lo que algunos sentidos de la palabra crédito son confiar o creer. Al respecto, añadió que para ganarse la confianza de la entidad que emitirá el crédito, se debe adjuntar una serie de informaciones que evidencien que la empresa está calificada para cumplir con los pagos y otros requisitos. El ponente acotó: “Se puede creer cuando se está bien informado. Si no, se trata de fe”.
El experto agregó que una línea de crédito tiene un carácter temporal o estacional y es renovable. Asimismo, precisó que se suele entregar una línea de crédito por el lapso aproximado de un año. Además, indicó que la presentación del estado o las proyecciones de un flujo de caja de un proyecto es uno de los requisitos más importantes para acceder a un crédito, especialmente si se toma en cuenta que el flujo de caja otorga la disponibilidad de efectivo que un accionista puede retirar del negocio sin afectar su marcha.
Del mismo modo, Arbe afirmó que otros aspectos relevantes del proceso de evaluación de un crédito son el resumen del estado financiero, el flujo de efectivo, los ingresos y gastos, las referencias bancarias, las referencias de los proveedores y clientes, la garantía, el resumen patrimonial, la posibilidad de que una persona o una entidad garantice un aval, los índices financieros, los estados de los activos y los pasivos, entre otros.