Daniela Lira y Gonzalo Castillo atendían entre dos y tres proyectos de arquitectura en paralelo en su estudio de arquitectura Tangram. Todo iba bien hasta que la llegada de la pandemia de la COVID-19 les hizo salir de su zona de confort.
Descubrieron un nicho en la remodelación de viviendas, ya que las personas pasaban todo el tiempo en sus casas. Así, comenzaron a manejar hasta veintiún proyectos en paralelo. Les asustaba la idea de crecer, pero dieron el paso de contratar personal y ahora nada los detiene.
Ambos jóvenes estudiaron Arquitectura en la Universidad de Lima. Se dedican a la arquitectura, el diseño interior y la construcción, y trabajan proyectos tanto en el Perú como en el extranjero.
¿Qué servicios ofrece Tangram?
Daniela: En Tangram hemos aprendido a adaptarnos a la demanda del mercado. Empezamos diseñando, pero con el tiempo decidimos ampliar nuestros servicios a la construcción. Para ello, la tarea más difícil fue formar nuestro propio equipo, a través de un proceso de prueba y error, para finalmente conformar el equipo que somos ahora. En Tangram nos dedicamos a la arquitectura, el diseño interior y la construcción. Abarcamos el proceso de diseño desde su concepción hasta hacerlo realidad para el cliente.
¿Cuándo decidieron unirse para este emprendimiento?
Gonzalo: A Daniela la contactaron unos clientes para encargarle el diseño de un proyecto muy grande en el Centro de Lima. Ella se puso en contacto conmigo para trabajar el proyecto juntos. En ese momento cada uno trabajaba para otras empresas. Daniela y yo somos mejores amigos desde la Universidad, y la idea de trabajar juntos nos entusiasmaba muchísimo.
Daniela: Ninguno de los dos tenía experiencia trabajando de forma independiente, así que desde el inicio fuimos aprendiendo juntos. Algo que nos ayudó fue que formalizamos la empresa desde el primer día. La constituimos para el proyecto y nos sirvió como incentivo para abrirnos a otros proyectos.
¿Cómo les ha ido hasta el momento?
Gonzalo: Tenemos la suerte de que nunca nos han faltado proyectos. En general, siempre nos ha ido bien; pero sentimos que el mes de mayo del 2020 marcó un antes y un después. Antes no trabajábamos nuestras redes sociales. La mayoría de nuestros clientes, como en todo emprendimiento, era de nuestro entorno. Ellos nos recomendaban con sus conocidos y así sucesivamente. Manejábamos entre dos y tres proyectos en paralelo y estábamos bien así. Sin embargo, a partir de la pandemia, decidimos potenciar nuestras redes sociales y descubrimos un público importante que podíamos captar por ese medio. A diferencia de otros rubros, sorprendentemente, el nuestro se convirtió en una necesidad para muchos usuarios.
¿En qué sentido se volvió una necesidad para muchos usuarios?
Daniela: Como la gente pasaba todo el día en casa, empezó a notar que algunos espacios no funcionaban o no le gustaban. La remodelación interior residencial se convirtió en nuestro rubro más solicitado. Pasamos de trabajar en dos proyectos a la vez a manejar veintiún proyectos en paralelo. Fue una locura. No nos alcanzaban las manos ni el tiempo, nos amanecíamos trabajando. Fue así que decidimos agrandar nuestro equipo. Nos asustaba la idea de dar ese paso, ya que es una responsabilidad muy grande, pero decidimos lanzarnos a la piscina y actualmente somos cuatro personas en el equipo. Como parte de ese crecimiento, llegaron más responsabilidades. Salimos de nuestra zona de confort y asumimos nuevos compromisos. Así, decidimos dejar de lado el home office para alquilar nuestra primera oficina.
¿A qué se refieren con el lema “Arquitectura con propósito”?
Gonzalo: Como arquitectos, sentimos que cada proyecto, por grande o pequeño que sea, es único y cumple con necesidades específicas de cada usuario. Cuando conversamos por primera vez con nuestros clientes, nos gusta entender las dinámicas que se dan en sus espacios, qué se imaginan y qué esperan del proyecto. Con “Arquitectura con propósito”, nos referimos a que cada proyecto tiene la personalidad de quienes lo habitan.
¿Qué estilos de diseño les gusta trabajar?
Daniela: No tenemos un estilo definido. En nuestro proceso de diseño, el primer paso es explorar diferentes posibilidades. Creemos en las múltiples combinaciones. Captamos lo mejor de cada uno, lo filtramos, lo fusionamos, lo dividimos y, finalmente, lo aterrizamos, conectando elementos clave que nos ayudan a darle personalidad a nuestros espacios.
¿Cómo llevan a cabo sus proyectos en otras ciudades y en qué ciudades han trabajado?
Gonzalo: Al inicio, pensábamos que nuestros proyectos se desarrollarían únicamente en Lima. Recién empezábamos y nuestra visión era un poco limitada. A mediados del 2019, nos contactaron desde Santiago de Chile para preguntarnos si podíamos trabajar un diseño a distancia. Nos pareció increíble, pero aceptamos el reto muy emocionados. Desarrollamos el diseño de un juice bar en el centro de Santiago de Chile. Fue muy motivador para nosotros, porque nos hizo creer que sí es posible trabajar a distancia. Entonces nuestros límites desaparecieron. Tuvimos que desarrollar todo al mínimo detalle, buscar proveedores en Chile y estar en constante comunicación con el contratista para que el diseño se ejecute de la mejor manera posible.
Daniela: Unos meses después, nos contactaron desde Arequipa para encargarnos el diseño de nuestra primera casa. Fue muy emocionante que los clientes confiaran en Tangram. Y hace un mes estuvimos allá supervisando la ejecución, y ha sido una gran alegría ver nuestro diseño hecho realidad. Y bueno, la última gran noticia para nosotros es que estamos diseñando nuestro primer proyecto en Europa, en Barcelona específicamente. Todavía no podemos creer que nuestro trabajo pueda llegar tan lejos y que es valorado por gente que está al otro lado del mundo, que nos elige y confía en nosotros, a pesar de la distancia.
¿Cómo han sido los trabajos de diseño de las tiendas que han hecho?
Daniela: El mundo del retail va a un ritmo completamente diferente al que trabajamos en los proyectos residenciales. Hasta el momento, hemos diseñado e implementado dos locales comerciales, en el Jockey Plaza y en el Centro Comercial Caminos del Inca, y vamos por un tercero en Yoy Lima Box Park. Para hacer una propuesta de un local comercial, es necesario estudiar la dinámica y el flujo del usuario dentro de la tienda. La prioridad de todas las marcas es vender. El gran reto siempre es lograr que el cliente ingrese a la tienda, que la recorra y tenga ganas de quedarse.
Gonzalo: Muchas marcas piensan que mientras más exhiban, más venderán, porque así le dan un abanico de posibilidades al cliente. Sin embargo, hemos descubierto que no es así. Menos es más, como diría Mies van der Rohe. Es muy importante estudiar la exposición del producto. En el caso de las tiendas de ropa, todo debe estar a la altura de los ojos y no hay que saturar el espacio. Las puntas nos alejan, mientras que el mobiliario curvo nos acerca. Nos gusta proyectar el ADN de la marca en todos los elementos, por eso consideramos fundamental diseñar cada pieza en lugar de comprarla. Estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
¿Cuál ha sido su experiencia laboral antes de Tangram?
Daniela: Hemos trabajado en diferentes empresas. Yo tuve la oportunidad de explorar rubros completamente distintos, desde arquitectura paisajista hasta análisis estructural; pero el trabajo que me entusiasmó más fue cuando participé como arquitecta en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Fue muy enriquecedor poder trabajar con gente tan preparada. Me dediqué a la supervisión de diseño y ejecución en la sede de la Videna, la más grande de los Panamericanos, donde tuve la suerte de trabajar con empresas como Pattern Architects (arquitectos de la FIFA) y Arup. Adopté el modelo de trabajo de ellos y, junto a Gonzalo, lo aplicamos en el desarrollo de proyectos en Tangram. Fue una experiencia única e irrepetible.
Gonzalo: Por mi lado, me he desempeñado también en distintos rubros, desde investigación hasta diseño y gestión de proyectos en empresas inmobiliarias. Mi última experiencia laboral antes de formar Tangram fue bastante enriquecedora: estuve en una de las mejores inmobiliarias del país, Armando Paredes. Fui parte del equipo de diseño y vi proyectos de diferente tipo, como oficinas, edificios residenciales y hoteles. El proyecto hotelero fue con el que más crecí profesionalmente. El diseño interior fue elaborado por un estudio de Brooklyn, con el cual manteníamos una comunicación constante y el aprendizaje fue inmenso durante este tiempo. De esta experiencia, rescato que no debemos limitarnos a lo que el mercado nos ofrece, sino que podemos pensar fuera de la caja y diseñar nuestras propias piezas.
¿Cómo recuerdan su época de estudiantes en la Universidad de Lima?
Gonzalo: Nos fue muy bien a los dos en la Universidad. Fue una época en que nos exigimos al máximo y tenemos muy buenos recuerdos. La Ulima nos dio muchas herramientas, incluso nos brindó una base muy sólida en gestión, lo cual nos llevó a atrevernos a emprender.