Alberto García tiene el espíritu de los emprendedores. Empezó a hacer negocios cuando tenía 18 años y, aunque estos no permanecen al día de hoy, los considera parte de su aprendizaje, el peldaño necesario que lo llevó a abrir cuatro negocios exitosos que operan actualmente.
Estudió Negocios Internacionales en la Universidad de Lima. Trabajó más de siete años en Hapag-Lloyd y ahora su propósito es hacer crecer sus cuatro empresas: Blinders, ACPA Logistic, Barber2house y Centurión.
¿Qué empresas creaste primero?
Las primeras fueron Blinders y ACPA Logistic. Las constituí hace dos años, cuando todavía me encontraba laborando en Hapag-Lloyd. Después creé dos en plena pandemia: Baber2house y Centurión.
¿Qué necesidades te motivaron a crearlas?
En el caso de Blinders, detecté una demanda insatisfecha de uno de mis accesorios favoritos: los lentes de sol. Antes de crear esta empresa, si me quería comprar unos lentes de sol, tenía pocas opciones, y esas eran marcas de otro país, cuyos precios oscilan entre 400 y 500 soles. Eran muy caros para un gran porcentaje del mercado peruano. Fue así que, junto con mis socios, nos enfocamos en un producto con las tres b: bueno, bonito y barato. Incluyendo una logística que permita llevar el producto a cualquier parte del Perú en 48 horas. Actualmente, Blinders se encuentra en tres tiendas de Lima, así como en Cusco, Arequipa y Trujillo. Estoy convencido de que es una de las marcas nacionales más representativas.
Tú no haces los lentes, los compras, ¿verdad?
Exactamente. Yo estudié Negocios Internacionales y llevé cursos sobre compras en el exterior. Además, he trabajado más de siete años en Hapag-Lloyd, de manera que conozco de comercio internacional, un factor importante en la mayoría de mis empresas. Con Blinders, lo que hacemos es importar los lentes, mientras que las cajas, las fundas, el manual y los stickers los hacemos en el Perú. Blinders es la empresa con más tiempo en el mercado y me ha llevado a dar conferencias, por ejemplo, en Ádex.
¿Qué miedos venciste con la primera importación que realizaste?
Bueno, gracias a mis estudios de Negocios Internacionales y la experiencia que gané con mis primeros emprendimientos, ya tenía conocimiento de la importación. También aproveché las facilidades que otorga el Estado a través de ImportaFácil, que permite importar productos por un valor menor a 200 dólares y con impuestos especiales. La inversión inicial fue de unos 1.000 dólares entre los tres socios. Trajimos el primer lote de lentes y vimos que tenía demanda, así que luego trajimos más. Actualmente tenemos un stock de aproximadamente 5.000 lentes, repartidos en diferentes tiendas y en el almacén. Pero al principio no teníamos las tiendas, vendíamos mediante el comercio electrónico, que ahora es un boom, producto de la pandemia. Hace dos años, en cambio, era un terreno inhóspito. Hoy, casi el 65 % de las ventas se realizan a través del comercio electrónico, por nuestra página web y nuestras redes sociales, como Facebook e Instagram.
¿Cómo iniciaste ACPA Logistic?
Esta es una empresa importadora de productos innovadores. Uno de ellos es la bomba de agua táctil. Se trata de un dispensador que sirve agua al apretar un botón.
¿Con qué criterio elegiste este producto para importar?
Yo creo que el éxito depende de haber buscado un producto con un elemento diferenciador. Este dispensador no lo encuentras en el mercado peruano. Hicimos un estudio de mercado para ver qué podríamos traer, consideramos todos los pros y contras, buscamos a los competidores, analizamos la posible demanda y después las tiendas.
¿Cómo te va con la barbería?
Me va muy bien con Barber2house. Este negocio se creó en plena pandemia. Debido a la cuarentena, todas las barberías tuvieron que cerrar y recién en mayo les autorizaron brindar servicios a domicilio. Con mi socio, detectamos esta oportunidad de negocio y la aprovechamos. Nos enfocamos únicamente en el servicio de barbería a domicilio y les ofrecimos a los clientes la tranquilidad de un protocolo estricto de bioseguridad. Todos los barberos llevan mascarillas, protectores faciales, cobertores de zapato, guantes, capas desechables y mameluco. Además, les hacemos una prueba de COVID-19 periódicamente. Es un servicio que les ahorra tiempo y dinero a los clientes.
¿Crees que este negocio se mantenga en una etapa pospandemia?
Pienso que sí, definitivamente. Uno de los factores negativos de ir a una barbería es el tiempo que toma. En este caso, resulta mucho más cómodo y ventajoso porque el cliente elige el lugar y la hora. Puede ser en su casa de la ciudad, en su casa de playa, en el sótano o el balcón; el cliente decide. Y tenemos mucho éxito. Actualmente llegamos a 18 distritos y el objetivo a largo plazo es estar en cada provincia del Perú.
¿Cómo contactaste a los barberos?
Mi socio y yo acudíamos a barberías y, debido a la pandemia, hasta mi barbero preferido se quedó sin trabajo. Este fue el punto de partida: teníamos los contactos de nuestros barberos que estaban en barberías top, tenían mucha experiencia y hacían muy bien su trabajo. Empezamos con ellos. Lo demás consistió en comunicar el negocio a través de redes sociales y de un planificado marketing de influencers, que también aplicamos en Blinders.
¿De qué se trata el cuarto negocio?
Centurión nace de la problemática de que el 88 % de las tarjetas de presentación que recibimos terminan en la basura en dos semanas, según Business Consulting Group. Cuando trabajaba como dependiente, tenía reuniones con frecuencia y recibía una cantidad considerable de tarjetas de presentación, las cuales se acumulaban en mi escritorio. Gracias a la radiofrecuencia, que es el chip insertado en las tarjetas de Centurión, y al avance de los teléfonos móviles, que ya cuentan con la tecnología NFC, la tarjeta Centurión puede transferir de manera inmediata, sin descargar ninguna aplicación, el contacto de la persona. Es decir, yo acerco mi tarjeta al teléfono celular de una persona y puedo transferir la información de contacto. Se dirige un comando a mi celular para que guarde el nombre, el número de teléfono, la foto y el correo de la persona. Funciona con la misma lógica que cuando quieres pagar algo en el supermercado sin necesidad de insertar una tarjeta de crédito al POS. Yo no he inventado la tecnología NFC ni la radiofrecuencia, todo ello ya existía, yo solo he unido esos componentes para conseguir mi objetivo. Una tarjeta Centurión te va a durar toda la vida. Es de acero inoxidable y lleva el chip incorporado. Esto lo he trabajado con una agencia digital por más de siete meses.
¿De dónde viene tu espíritu emprendedor? ¿Tus padres tienen sus propios negocios?
En realidad, no. Todos tienen sus trabajos. Se podría decir que yo fui la excepción en la familia. En el negocio propio los ingresos son variables, pero lo que yo hice fue emprender y continuar con mi trabajo en Hapag-Lloyd, hasta que llegó un punto de inflexión en el que debí arriesgarme y optar por el negocio propio. Puede que ahora trabaje más horas, pero es por algo mío.
¿De qué te encargabas en Hapag-Lloyd?
Me encargaba de la logística de los contenedores, coordinaba el abastecimiento de ese tipo de contenedores con otros países. Hapag-Lloyd es una naviera alemana, la séptima naviera más importante del mundo. El Perú elabora muchos productos perecibles y necesita este tipo de contenedores.
¿Qué representó la Universidad de Lima para ti?
Para mí fue una experiencia muy buena. Sentó las bases de mis conocimientos y gracias a ello he podido crecer. Mis primeros emprendimientos no funcionaron en gran medida, precisamente, por falta de conocimiento. Al culminar la Carrera, mi situación era diferente y pude hacer estas empresas que ahora son exitosas.