Gonzalo Duany participa en un programa de emprendimiento internacional llamado Trepcamp. Junto con su equipo, compuesto por personas de diferentes países, ha elaborado un plan de negocio para poner en uso un equipo que mide diferencias en la masa cerebral de los niños, procedimiento que podría detectar indicios de un tumor cerebral. El proyecto ya ha pasado cuatro etapas de evaluación y está en la recta final. En caso de ganar, su equipo recibirá un estímulo económico para hacer realidad su plan de negocio.
Gonzalo es administrador por la Universidad de Lima. Paralelamente a su emprendimiento, trabaja en Roche como parte del equipo de Marketing, de la división que comercializa productos y pruebas de diagnóstico in vitro.
¿De qué se trata el proyecto con el que compites en Trepcamp?
Participo con un equipo de seis personas de distintas nacionalidades. Nosotros decidimos continuar el proyecto de uno de nuestros compañeros que ya estaba bien avanzado. Se trata de un equipo de diagnóstico médico que permite identificar diferencias en la masa cerebral de los niños, para posteriormente hacer un despistaje y saber si presentan algún tumor cerebral. El equipo ya está hecho y la tecnología ya está patentada. Nosotros nos dedicamos a armar el plan de negocio. La idea es que este equipo se use en ciudades remotas de Latinoamérica, donde los servicios de salud son escasos y los pobladores deben recorrer grandes distancias hasta las ciudades grandes para hacerse una resonancia magnética. Además, una resonancia es bastante costosa y los síntomas de un tumor cerebral se manifiestan luego de 3 a 4 años. Con el equipo que nosotros tenemos se podrían realizar exámenes anuales.
¿Cómo les ha ido en el concurso?
Ganamos el programa en Nueva York, donde concursamos 10 equipos. Pasamos a otra ronda con las diferentes ciudades, y de 120 equipos pasamos 50 a la siguiente etapa de evaluación. En ese momento hicimos un video en el que se explica nuestro proyecto y lo sometimos a votación online. Los 10 proyectos más votados pasamos a la tercera etapa; ahí obtuvimos el noveno puesto. Lo que nos espera es una presentación online frente a un jurado, el 27 de septiembre. Solo 5 equipos pasarán a la etapa final, que consiste en una presentación ante inversores en Los Ángeles. Al equipo ganador se le entregarán 10.000 dólares para desarrollar el proyecto.
¿Quiénes conforman tu equipo?
Somos 6 en total: 3 de Brasil, 1 de Colombia, 1 de México y yo, de Perú. Nos conocimos en el marco de este programa el pasado julio en la Universidad de Nueva York, donde estuvimos todos juntos por el lapso de un mes. Ahí formamos equipos para desarrollar proyectos de impacto global, previa capacitación. Ahora nos seguimos comunicando, pero de manera online.
Anteriormente también desarrollaste un emprendimiento en la Universidad de Lima, ¿verdad?
En el 2017 concursé en Primer Paso, con el proyecto de reciclaje Ecly. Se trataba de otorgar incentivos por reciclar, a través de un sistema en que las personas se inscribían mediante una aplicación y el sistema le daba puntos a cada familia. El proyecto se quedó en la etapa semifinal; pero fue un gran aprendizaje. Si no hubiese tenido la experiencia de Primer Paso, quizá no hubiese llegado a este programa.
¿Cómo llegaste a trabajar a Roche?
Comencé como practicante en marzo de este año, en el equipo de Marketing, apoyando principalmente con la gestión e implementación de canales digitales. Tuve la suerte de ser parte del primer proyecto de transformación digital del Área. Al culminar mi período de 6 meses de prácticas, me ofrecieron oficialmente formar parte del equipo como asistente de canales de comunicación, puesto que he asumido desde el 1 de septiembre.
¿Cuáles son tus principales responsabilidades?
Trabajo en diagnóstico in vitro, que se caracteriza por la constante innovación tecnológica; buscamos la excelencia en el servicio de posventa y una experiencia ágil e impecable. Mis principales responsabilidades consisten en construir e implementar la estrategia de comunicación externa y la ruta de transformación digital del Área, integrando las diferentes herramientas y canales de comunicación. También me ocupo de implementar y gestionar los canales de comunicación con el cliente externo, con énfasis en los canales digitales, así como de implementar y gestionar herramientas digitales que permitan la automatización de los principales procesos del Área.
¿Qué te gusta de tu trabajo?
Mi rol es una posición nueva en la compañía, lo cual es muy bueno y desafiante al mismo tiempo. Es muy bueno porque tengo la oportunidad de desarrollar una estrategia desde cero y proponer muchas cosas; desafiante, porque Roche se ha caracterizado por ser una empresa tradicional, y ahora se encuentra en una etapa de transformación y cambio de mindset, con el objetivo de convertirse en una organización ágil. Toda transformación empieza por las personas y el reto para mí es generar conciencia e influencia sobre la importancia del uso de la comunicación y los canales frente a los distintos stakeholders.
¿Hay algún proyecto en el que hayas participado que te haya dado mucha satisfacción?
Para mí es muy importante formar parte del primer proyecto digital del Área. Hemos logrado ser el primer país en Latinoamérica (de la firma) en implementar el proyecto. Eso ha sido muy gratificante. Yo ingresé a esta compañía en pleno período de transformación organizacional. Desde que fui por primera vez a las entrevistas hasta el día de hoy, percibo a Roche como un lugar de trabajo en el que todos somos valorados y donde la diversidad es un elemento clave para desarrollarnos internamente. Trabajamos por proyectos con equipos multidisciplinarios, lo cual permite generar un aprendizaje integral; eso es muy motivador.
¿Has tenido oportunidad de practicar en otro lugar?
Antes de ingresar a Roche, practiqué en Kantar Millward Brown, empresa de investigación de mercado. Formé parte del equipo de Client Management, que analiza la data de los estudios y elabora los informes y presentaciones para los clientes. Ahí aprendí muchísimo tanto a nivel profesional como personal. Lo que más destaco de esa experiencia es el trabajo en equipo y la escucha activa, pues entender las necesidades de los clientes es esencial en esa industria.
¿Tienes algún pasatiempo?
Sí. Toda mi vida jugué bádminton. Tuve la oportunidad de ser parte de la selección nacional por 15 años y de participar en distintos torneos internacionales. Ha sido una experiencia increíble para mí, pues conocí a muchísimas personas de diferentes lados del mundo e interioricé el significado de la disciplina y el compromiso. A los 20 años tuve la oportunidad de ser entrenador de las academias de bádminton del Club Regatas Lima por 3 años, en donde entrenaba a niños desde 6 hasta 18 años. Actualmente, ya no me dedico al bádminton de manera profesional, pero es un pasatiempo y lo practico en algunas ocasiones. Actualmente, mis principales pasatiempos son viajar, leer y tomar una buena taza de café.
¿Qué puedes decirnos de tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Fue una gran época. La calidad de los docentes y las clases tan dinámicas fueron lo que más disfruté. Pude ver que la Universidad de Lima realmente se esfuerza por escuchar y entender las necesidades de los alumnos, con el fin de mejorar y entregar una propuesta de valor cada vez mejor. Por otro lado, recuerdo que participé en el concurso Primer Paso, en el año 2017. Me gustó mucho porque me inspiró a querer emprender y desarrollar propuestas propias para el futuro.