Medios digitales: ¿usuarios o usados?

Umberto Roncoroni es un estudioso de los medios digitales y acaba de publicar el libro Rutas de escape. Contra el conformismo digital en política, arte y educación, con el Fondo Editorial de la Universidad de Lima. Ahí desmitifica nuestras capacidades tecnológicas y digitales, expone cómo nos dejamos llevar por la tecnología que unos cuantos producen y cómo esto nos genera una ilusión de conocimiento y nos conduce hacia una colonización tecnológica.

A lo largo de su vida profesional, Roncoroni ha trabajado como escenógrafo en el teatro La Scala de Milán, como ilustrador y diseñador digital, y ha estudiado programación. Asimismo, organiza Artware, la bienal de arte digital en Lima, e investiga el proceso de transformación digital y sus repercusiones en la sociedad. También enseña el curso de Dirección de Arte en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima.

Su libro se presentará en la Feria del Libro de Lima, el 19 de julio a las 18.00 horas en el Auditorio César Vallejo.

Su libro dará mucho de qué hablar por sus afirmaciones sobre los medios digitales y la forma como los consumimos, con poco o ningún poder sobre ellos.
¡Ojalá dé de qué hablar! Ojalá que lo lean, ya que los libros son objetos en vías de extinción. Mi libro surge por una realidad concreta, y es que actualmente se habla mucho de tecnología y se cree que los millennials dominan la tecnología, pero en realidad lo que saben manejar es el teléfono. Actualmente se usa mucho la tecnología, pero sin un propósito, más bien sin pensarlo, sin programar ese uso e inclusive con efectos contrarios a los que se esperan. Este libro trata de mostrar lo que realmente son los medios digitales.

¿Qué es el medio digital?
Muchos creen que son los celulares, las computadoras, el programa de Photoshop, pero todo eso no es más que la superficie de los medios. Nos hemos vuelto simples usuarios de estos medios, se cree que lo digital consiste solamente en las aplicaciones que descargamos, pero no es así. No niego que estas aplicaciones tienen una utilidad práctica, pero el poder del medio digital va mucho más allá de eso. Si uno no entiende cuál es este potencial, entonces se tergiversa completamente su aplicación educativa.

¿Cuál es su verdadero potencial?
Siempre pensamos que el medio digital es un producto que se puede comprar, descargar o piratear, cuando el medio digital es algo que sirve para que nosotros creemos nuestras propias herramientas; ahí está el gran poder de este medio. El verdadero medio digital es el software, porque permite crear. El verdadero know how no está en el Photoshop o en Excel, sino en el desarrollo de tecnología original, no en el uso de una tecnología que se compra afuera o que se baja de internet. Tampoco es importante cuántos celulares compramos, sino cuánto producimos en tecnología original.

¿A quién le correspondería producir tecnología?
Esa es una cuestión institucional. Lo que yo analizo en el libro son temas filosóficos, epistemológicos y estéticos, a fin de pensar cómo debemos prepararnos. Pero si simplemente distribuimos computadoras y enseñamos Word, Excel o Photoshop, no vamos por un buen camino.

¿Qué opina de la educación virtual?
Se habla mucho de la educación virtual, pero no hay un estudio que compruebe que los medios digitales hayan aportado un resultado positivo a los procesos educativos. Es más, muchas veces los medios digitales están mal utilizados.

¿Hay algún país con esta misma preocupación suya y que emplee los medios digitales de manera adecuada?
Se cuentan con los dedos de las manos los estudiosos e investigadores de las ciencias de la computación y de las humanidades que se aproximan de un modo crítico a los medios digitales. Esto sucede por dos razones: la primera es que unos no conocen el medio digital, creen que lo conocen, pero en realidad lo asumen como usuarios, salvo poquísimos casos; en segundo lugar, quienes saben de ciencias de la computación no tienen, en general, una perspectiva que vaya más allá de lo técnico, para ellos el medio digital es una cuestión puramente tecnológica, informática, numérica, algorítmica.

¿Cómo deberíamos ver el medio digital?
Desde el punto de vista práctico, las aplicaciones tienen una utilidad, por supuesto. Dentro de una aplicación están entendidos una serie de principios, conocimientos e ideas que condicionan el modo en que el usuario usa estas herramientas. Si uno aprende a usar Photoshop, solo aprende a usar una aplicación. Hay que saber cómo escribir Photoshop.

El software no es solo una herramienta, es también un medio de comunicación y debemos tener claro que la tecnología condiciona potentemente la manera como pensamos y trabajamos. Se requieren habilidades y conocimientos para acercarse a la programación en un modo creativo. De lo contrario, se puede devenir en un empobrecimiento cultural y hasta en un control político. Esto debe ser tomado con mucho cuidado, habida cuenta de que el mercado digital está en manos de monopolios como Apple, Google, etcétera, empresas privadas que tienen, obviamente, intereses comerciales.

No hay mucha conciencia de esto, ¿verdad?
No la hay. Por un lado, los medios de comunicación y el mercado nos empujan al consumismo tecnológico. Por otro lado, hay una separación entre las disciplinas humanísticas y las científicas, y eso impide que los humanistas entiendan realmente la tecnología y que los científicos entiendan los efectos culturales que tienen los medios.

¿Le parece que estamos indefensos frente a la producción tecnológica, de la cual no conocemos nada, y cada vez podríamos avanzar más hacia una dependencia de lo que otros producen?
Bueno, es como decía Umberto Eco: apocalípticos o integrados. Yo, lamentablemente, soy de los apocalípticos en este tema. Creo que la educación tecnológica va hacia un camino meramente aplicativo, hacia un uso etéreo de los medios tecnológicos y hacia una banalización cada vez mayor de los contenidos educativos. Yo creo que habrá una generación de personas sumisas a los dictámenes de la tecnología, con su celular en la mano y sin ninguna capacidad crítica. Es preocupante, porque el verdadero conocimiento y el know how creativo van a ser cada vez más sectarios.

Es muy difícil cambiar esta realidad.
Sí, bueno, soy pesimista al respecto. Al final ganará el mercado y los monopolios gigantescos que controlan todo. Veo en los estudiantes la ilusión de la sociedad del conocimiento, creen que en internet está todo, pero ahí las cosas están filtradas y sesgadas de una manera. Si haces una búsqueda en Google, salen más o menos los mismos resultados en los diez primeros sitios. Por eso es importante aprender a conectar ideas, relacionar un término con otro, buscar senderos informativos vinculados con ciertas cuestiones o conocimientos. Aparentemente, basta encontrar lo que a uno le interesa, pero esto es como un juego de Lego en el que necesitas diferentes piezas para armar… y si vas siempre a la misma tienda, vas a armar las mismas cosas siempre.

En su libro critica el hecho de que los contenidos digitales son homogéneos para diferentes grupos y diferentes contextos. ¿Qué efecto puede tener esto en la educación y en otros ámbitos?
Es verdad, no contamos con diseños personalizados de estas herramientas y así se genera una forma de colonización tecnológica.

¿Podría comentar qué estudios ha realizado usted?
Empecé a trabajar en imágenes de animación 3D cuando las herramientas disponibles para hacerlo eran muy primitivas y el mercado recién estaba comenzando en el tema digital. Me vi obligado a crear mis propias herramientas, aunque los sistemas no eran amigables y todo era complicadísimo. Quienes trabajábamos un proyecto para una animación para publicidad necesitábamos a un programador al costado. Eso me facilitó entrar al mundo de la informática. Ahora creo que soy un buen programador, me interesa la programación en el campo artístico y educativo, y enseño en la Facultad de Comunicación.