Cultivando experiencia en el derecho administrativo y regulatorio

Carolina Vivanco empezó a estudiar Derecho con la idea de especializarse en el área corporativa. Sin embargo, bastó que experimentara la problemática de las regulaciones y la relación entre las empresas privadas y el Estado para que encontrara ahí el lugar perfecto donde realizarse profesionalmente. Sobre todo, le gusta destrabar administrativamente cualquier proyecto de negocio, para que las empresas puedan desarrollar su actividad.

Ella estudió en la Universidad de Lima y actualmente trabaja en el estudio Lazo & De Romaña Abogados, desde donde asesora y ayuda a sus clientes en temas de sanciones, regulaciones, control de barreras burocráticas, etcétera. Además, participó recientemente en un programa de mentoría de Women in the Profession (WIP), en el que una abogada con experiencia compartió con ella su aprendizaje en la vida y le hizo ver el camino por el cual ella comienza a transitar.

¿De qué trata el derecho administrativo y regulatorio?
Abarca varias ramas del derecho, y se encarga de la regulación de varios sectores, como pesquero, farmacéutico, de telecomunicaciones, de educación, etcétera. Es muy amplio, y eso es lo que más me gusta de esta área, porque puedes ver muchos aspectos. Me encargo de temas de infraestructura y barreras burocráticas, que son las trabas que impiden que un negocio siga adelante, como los cobros ilegales o un requisito que no figura dentro de la ley. Por ejemplo, puede ser que a una hidroeléctrica se le pida una clase de licencia que no le corresponde y que por eso no pueda iniciar operaciones. Esa sería una barrera para realizar su actividad económica. Problemas como estos pueden presentarse en todos los sectores y no solo entre empresas. Esta rama se orienta a personas tanto naturales como jurídicas que desarrollan actividades económicas.

De todos los casos en que has trabajado, ¿cuál es el que mejor experiencia te ha dejado?
Hay uno que me llamó mucho la atención, pero no por el caso en sí, sino porque su solución demandó un esfuerzo especial de creatividad. Era el caso de una corporación y presentaba muchas aristas, había que tener mucho cuidado, porque las decisiones regulatorias podían impactar en la estructura corporativa en general. Fue necesario imaginar varios escenarios para evaluar qué convenía hacer, si vender activos, transferirlos a terceros, etcétera. Si no se solucionaba el problema, la empresa iba a tener que parar sus operaciones. Al final, se decidió dividirla en dos. Fue un caso muy interesante, que demandó que consultara con abogados de otras especialidades. En el derecho administrativo y regulatorio es así, siempre estás conversando con otras áreas y cada caso es un aprendizaje.

¿Cómo actúas cuando a un cliente lo sancionan con justa razón?
Tienes que ser sincero con el cliente y decirle que ha cometido una infracción. Pero siempre hay que ver cómo se arman el caso y la defensa, se busca que la multa que se imponga sea apropiada para el incumplimiento. Por otro lado, hay casos en los que sabes que no vas a conseguir una exoneración de la multa o no podrás librar al cliente del cierre del local; entonces, hay que explicarle qué hizo mal. Y, por supuesto, hay que revisar si le notificaron bien al cliente, porque la autoridad debe cumplir ciertos requisitos también.

¿Cómo decidiste dedicarte a esta área?
Al principio quería dedicarme al derecho corporativo o al procesal. En el segundo año de la carrera empecé a practicar para probar y decidir en qué área especializarme. Probé el derecho laboral y no me gustó. Luego trabajé en el tema ambiental y me gustó, pero no me encantó. Después probé el área corporativa, siempre pensé que esa sería mi área de trabajo, pero no. Cuando probé el derecho regulatorio, me llamó mucho la atención. Es más emocionante, en ocasiones ves temas que no dominas y tienes que aprender, es más retador, más entretenido, y llegas a conocer varios aspectos de diferentes industrias.

¿Qué proyecto tienes para el futuro?
Me gustaría hacer una maestría en el extranjero, tal vez en Europa y en inglés, para perfeccionar el idioma. El estudio Lazo tiene buenas relaciones con estudios de la región, en Chile, Colombia, México y Estados Unidos, y promueve el hecho de que sus asociados pasen unos meses trabajando afuera.

¿Qué tema te gustaría estudiar?
Mi maestría sería en el tema de financiamiento de proyectos de inversión. Quiero hacer un LL. M. (legum magister), que es una maestría en derecho, un programa donde no te enseñan una regulación de un lugar en específico, sino algo más general. Eso te ayuda mucho.

¿Cómo te fue en el programa de mentoría que llevaste?
Me fue genial. Esa mentoría fue organizada por Women in the Profession (WIP), que busca potenciar las habilidades de abogadas mujeres. Para eso, seleccionan a una cantidad de mentoras abogadas con cierto perfil, muy exitosas, que hayan tenido un recorrido en la vida, como haber seguido una maestría, tener hijos, etcétera. Y también se selecciona a un grupo de profesionales más jóvenes, para que formen parte del programa. A todas las abogadas jóvenes nos asignaron una mentora. La mía fue Catherine Pacheco, gerente legal de Lima Airport Partners. La mentoría duró seis meses y nos reuníamos cada tres o cuatro semanas ella y yo para discutir materiales que WIP nos proporcionó, hablar de cómo hacer una red de contactos, de la mejor forma de lidiar con el estrés, etcétera. Fue una experiencia excelente. Tuve oportunidad de hablar con alguien que me entendía y que había experimentado las cosas que yo recién voy a vivir.

Ahora que han pasado algunos años, ¿sigues pensando que fue bueno comenzar a practicar muy temprano?
Sin duda. Es bueno practicar lo antes posible, porque al llegar a una clase yo ya sabía muchas cosas y estaba más en control de lo que iba a aprender, tenía otro tipo de visión y aprendía mejor. A mí me gustó mucho mi carrera. Tuve profesores que me enseñaron muy bien. Un aspecto que resalto es que las clases son prácticas, varios de los exámenes eran casos y muchos profesores te dejaban usar el Código Civil, porque así es como se hace en la vida real. Los conocimientos de la Universidad de Lima te sirven mucho para conseguir un buen trabajo en derecho y para mantenerte en él.