Su vocación por comprender el comportamiento humano y por ayudar a los demás a superar sus dificultades no tiene fecha de inicio. Natalia Ferrero, egresada de la Carrera de Psicología de la Universidad de Lima, se ha especializado en terapia racional emotiva conductual, que se enfoca en ayudar a los pacientes a entender que los problemas no están en las situaciones mismas, sino en cómo ellos los ven.
A través de Psicotrec, instituto fundado por Natalia, se encarga no solo de aplicar esta terapia, sino también de formar a otros psicólogos en esta especialidad. En la siguiente entrevista nos cuenta más sobre su labor y explica cómo una visión realista de la vida puede darnos más estabilidad emocional.
¿Cómo ha sido tu trayectoria como psicóloga?
Mi primer trabajo fue en el Nido Casuarinas; empecé como psicóloga educativa. Trabajé con niños pequeños, padres y maestros. Luego me interesé por la psicología clínica y viajé a Estados Unidos para estudiar una especialización en terapia cognitiva conductual, en Filadelfia, y también la terapia racional emotiva conductual (TREC), en el Instituto Albert Ellis, en Nueva York. Esta terapia fue creada en 1956, por Albert Ellis, y tuve la suerte de formarme a su lado. Obtuve el grado de asociada y psicoterapeuta supervisora en la terapia, lo que me permite brindar capacitaciones y certificaciones a nivel internacional y nacional. Así que regresé y fundé Psicotrec en marzo del 2002.
¿Qué servicios ofrece Psicotrec?
Tenemos un programa de Escuela de Formación para psicólogos y psiquiatras que deseen formarse en la terapia cognitiva conductual y en TREC. Damos certificaciones internacionales, porque fuimos reconocidos como un centro afiliado al Instituto Albert Ellis. También ofrecemos cursos en el extranjero.
¿Dejaste por completo la consulta?
No. Tengo un pie en la capacitación y otro en la parte clínica, ya que no puedes enseñar si no tienes pacientes. Además, hacemos la supervisión de psicólogos en formación y capacitación en el exterior. Viajo a México, Paraguay y Brasil, principalmente para dar las certificaciones.
¿En qué consisten las capacitaciones en el exterior?
Reunimos a psicólogos de otras ciudades interesados en formarse; ellos nos convocan, yo viajo y doy la capacitación. Quienes aprueban obtienen una certificación nuestra y del Instituto Albert Ellis de Nueva York. Eso lo hacemos desde que somos centro afiliado a ellos. También dicto cursos en Ecuador, Estados Unidos y otros países. Hay un interés latinoamericano por formarse en este modelo.
¿Por qué decidiste formarte en esta terapia?
Mi interés por esta terapia parte de lo personal, se orienta al presente y a identificar las necesidades actuales de las personas, con el fin de prepararlas para resolver sus situaciones actuales y prevenir las del futuro.
¿Qué aspectos puntuales podrías resaltar de la TREC?
La filosofía que hay detrás de ella. Por un lado, aprendes a conocerte a ti mismo y a identificar tus creencias, tu forma de pensar, de ver la vida… A partir de eso podemos elegir cómo sentirnos y aceptar incluso lo que no se puede cambiar. No hablamos de resignación, sino de aceptación con el mayor bienestar posible, además de influir en lo que uno puede mejorar. Esta terapia se centra en el elemento cognitivo (el sentir y el pensar) y en la solución de problemas emocionales. Ayuda a desarrollar la parte emocional y a sobreponerse ante las dificultades. Es bastante útil.
Ayuda a aceptar la realidad…
Sí; la idea es que, a corto o mediano plazo, uno deje de lado ciertas formas de pensar que no nos ayudan o no son realistas. Es decir, no se trata de pensar de una manera positiva, sino más realista; no vivimos de una utopía, no podemos esperanzarnos en que algo va a ser como deseamos, porque no siempre será así.
¿A qué pacientes se puede aplicar esta terapia?
Se trabaja con chicos desde temprana edad, pero cuando hablamos de niños pequeños hay mucho por hacer con los padres. Son ellos las principales influencias, porque son modelos de patrones de pensamiento y de formas de ver la vida. Por ejemplo, si un padre no soporta esperar por algo, el niño va a aprender eso, será más intolerante y se provocará frustraciones.
¿Cómo ves el interés de parte de los psicólogos por formarse en TREC?
En realidad, hay bastante interés. Es una formación de dos años, y ellos vienen todas las semanas a clases. Ahora tenemos como meta tener 30 personas por promoción.
¿Cómo recuerdas tu paso por la Universidad de Lima?
La Ulima siempre ha sido un ambiente al que llegaba con gusto, era muy cómodo y familiar para mí. Yo entré cuando la Facultad era nueva; el trato con los profesores era bastante cercano y horizontal. Siempre hubo mucho acceso a la información y podíamos conversar con los maestros fuera de las horas de clase. Además recuerdo que en esa época se trataba de balancear lo académico con lo deportivo; yo misma lo hice, y eso me ayudó a manejar mis tiempos, pues yo jugaba vóley en la Universidad. Y hace tres años retomé ese deporte, que me ayuda a combatir el estrés y que combino con la consejería, la terapia, las capacitaciones y el tiempo para la familia. Es excelente poder encontrar un balance. Poder hacerlo demanda mucha disciplina. Creo que es sumamente importante combinar el estrés del trabajo con un deporte que disfrutas.