Augusto Ortiz de Zevallos pertenece a ese grupo ilustre de arquitectos que son también pensadores, escritores y divulgadores, y que cumplen una misión esencial: reflexionar sobre la pertinencia de las ideas y la renovación de sus sentidos según los tiempos y las circunstancias, lo que es imprescindible en el Perú, donde las crisis de urbanismo y de identidad se profundizan incesantemente. Sus apuntes han sido reunidos en el libro Augusto Ortiz de Zevallos. Textos y contextos. 50 años de arquitectura escrita, publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima y presentado hace unos días en la Librería El Virrey, en Miraflores.
La urgencia de esclarecer y viabilizar una agenda de desarrollo para Lima, las oportunidades perdidas de nuestra capital a nivel urbanístico, la desidia de las autoridades para ejecutar los lineamientos de numerosas propuestas (AOZ es el autor del Plan del Centro de Lima de 1987), entre otros temas, son abordados en una publicación que corrobora la coherencia de sus ideas. Durante la presentación, él comentó:
“El libro recoge estos textos escritos a lo largo de 52 años. Descubro —y eso me gusta— que estoy de acuerdo conmigo mismo. Estos 52 años no me han cambiado tanto. No he cambiado mis convicciones. Creo que la arquitectura tiene que ser cotidiana, verdadera, tangible y útil. La arquitectura puede ser importante, representativa y de todos, y no un espacio marginal, ajeno y distante”.
También, persiste el reclamo de AOZ por una Lima mejor. El arquitecto señaló:
“El nombre de Lima proviene del río Rímac. La ciudad nace en el río, que debería ser el generador y ordenador de la ciudad, pero Lima es un basural y vertedero. Tenemos una historia triste de vacío de liderazgo. Lima debería ser una ciudad policéntrica y un espacio integrador, y no una colección de guetos de ricos y pobres”.
Por su parte, Enrique Bonilla di Tolla, decano de la Facultad de Arquitectura de la Ulima, valoró la relevancia del papel de divulgador de AOZ, que lo ejerce desde hace décadas, cuando el acceso a la información era limitado. Bonilla contó que eran muy esperadas sus columnas publicadas en revistas como Caretas o Debate, y que llamaba la atención que un arquitecto peruano también escriba y se presente en los medios de comunicación, dispuesto a cumplir la misión urgente de hablar de arquitectura, explicarla, darle la trascendencia debida y referirse a su utilidad. Nuestro decano remarcó:
“La presencia de Augusto amplió el universo de lo que los arquitectos podíamos hacer. Ya no solo éramos proyectistas o dibujábamos. También, podíamos escribir y leer textos sobre temas que eran importantes en el mundo y que, de algún modo, estaban aterrizados en nuestra situación”.
Abelardo Sánchez León, escritor y periodista, señaló que el libro nos recuerda que Lima puede ser mucho mejor, a pesar de que la noción del respeto por el otro parece seriamente degradada. Asimismo, indicó que la modernidad es una preocupación recurrente de la publicación y que su lectura suscita reflexiones: “¿Cómo puede haber una crisis de la modernidad si ella no ha sido plena en el Perú?”.
Además, el comentarista destacó que AOZ es un arquitecto ilustrado que no se ensimisma en las dinámicas de su oficio y que tiene el hábito cada vez menos frecuente de leer. Esa apertura y curiosidad están acompañadas de un sentido crítico y reflexivo, con el que AOZ repasa las ideas de la historia de la arquitectura, además de ejercer la docencia de manera generosa.
Más adelante, Augusto Álvarez Rodrich, economista y periodista, celebró que el libro rescate un tipo de periodismo que se explaya y ayuda a entender las cosas, lo que contrasta con un tiempo actual en que esa alternativa periodística se extingue y las redes sociales acostumbran a sus usuarios a leer textos cortos. Asimismo, valoró que los artículos de AOZ —escritos en épocas en las que era posible el debate entusiasta— fomenten el diálogo público, el cual escasea en medio de las polarizaciones y las confrontaciones actuales.
Ya se puede encontrar el libro Augusto Ortiz de Zevallos. Textos y contextos. 50 años de arquitectura escrita en las librerías Libun.
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