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Movilización política desde las redes sociales
El rol de las redes sociales como plataformas de movilización política fue analizado durante el primer Intermedio del período académico 2015-1 en la Sala Ventana Indiscreta, bajo el título “Movilizaciones juveniles: de las redes a las calles”. Una actividad que organizó la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima en el marco de la Cátedra UNESCO en Comunicación y Cultura de Paz, y que contó con la participación de Sayuri Andrade, dirigente estudiantil y vocera de la Coordinadora Juvenil 18D por un Trabajo Digno; Augusto Rey, activista y regidor de la Municipalidad de Lima; Gabriel de la Cruz, director de la campaña No Tengo Miedo; Franco Pomalaya, activista del Colectivo Dignidad; Franco Mori, vocero y miembro del equipo de comunicación de Marcha por la Vida; Enric Rodon Lara, estudiante del doctorado en Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona; e Iris Jave, experta en comunicación política, profesora e investigadora de la Ulima.
Julio César Mateus, docente de la Facultad de Comunicación y secretario académico de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima, cumplió el papel de moderador y explicó que el tema abordado durante este Intermedio se vincula con una investigación que viene desarrollando para el Instituto de Investigación Científica (IDIC) junto con Ana María Cano, Teresa Quiroz, y Rosario Nájar sobre la participación política de jóvenes universitarios. Mateus mencionó que uno de los elementos que abordan en el trabajo es, precisamente, el uso de las redes sociales y las plataformas digitales como parte de ese entramado que representa la participación política.
Política informal versus política formal
Franco Pomalaya comenzó con la discusión relatando que se inició en el activismo político a raíz del conflicto en Conga, cuando en el 2002 se realizó, en el mes de febrero, la Gran Marcha por el Agua y por la Vida. Comentó:
“Desde ahí no he parado y recuerdo que la protesta más importante que se formó en las redes fue la Marcha contra la Repartija. Aquel fue el punto clave, cuando los jóvenes, que tienen a las redes como espacio de socialización, comenzaron a unirse y conocerse. Son jóvenes que rechazan los partidos políticos y dudan de los líderes, pero nos une ese fuego de indignación que surge frente a las injusticias. Después vinieron las marchas contra la 'Ley Pulpín' y a raíz del impacto aparecemos en los medios públicos”.
Luego fue el turno de Augusto Rey, quien se refirió a la distinción entre la política formal y la informal, manifestando que esta última termina siendo un elemento muy potente para poder persuadir, difundir y llevar a cabo una participación realmente activa en la sociedad. Aunque comentó que el cargo político que actualmente desempeña le impide participar de las marchas, porque muchos dicen que al hacerlo politizaría las manifestaciones.
Por su parte, Sayuri Andrade aclaró:
“Si bien las redes sociales ayudan a convocar, creo que no son el elemento principal, creo que el elemento principal es la organización. Y, en ese sentido, no se puede visibilizar el trabajo de muchos colectivos, de algunos partidos y de personas que sin estar organizadas asumen un rol preponderante para hacer efectivo el reclamo en las calles. Creo que en las últimas manifestaciones, como por ejemplo en contra del nuevo régimen laboral juvenil, ayudaron muchísimo, pero no fueron el único factor que aseguró que las marchas sean masivas”.
También confesó que desde su lugar en un partido político afronta el reto de combatir la desconfianza que muestran los jóvenes frente a la clase política, desconfianza que, según ella, no debe convertirse en una virtud, sino que hay que reconciliar los canales formales e informales. El reto para los jóvenes, entonces, gira en torno a cómo resignificar la forma de hacer política.
El reflejo de la realidad desde las redes
Franco Mori se refirió a lo que pudo observar desde su participación en la Marcha por la Vida, donde admite que las redes sociales jugaron un papel predominante. Descubrieron todo el potencial que hay en las redes sociales cuando, por ejemplo, pasaron de tener 32.000 seguidores a 52.000 en solo un mes. Además, el 22 de marzo, día de la marcha, según las propias estadísticas de Facebook las publicaciones llegaron hasta las 250.000. Aunque también llamó la atención sobre la gran cantidad de perfiles falsos que existen en estas redes y que se dedican simplemente a atacar causas como la que él apoya.
Otro que compartió una experiencia concreta en las redes sociales fue Gabriel de la Cruz, que describió lo que plantearon en la campaña No Tengo Miedo:
“Las personas compartían, a través de las redes sociales, sus historias y sus vivencias por el hecho de ser gays, lesbianas o transexuales. Lo hacían por medio de nuestra página web y nosotros las llevábamos a Facebook. Sus familiares daban mensajes de apoyo y también había espacio para la reconciliación. Lo que hicimos con estas 300 historias que llegaron fue crear un documento que se llamó 'Estado de violencia', donde como parte de los resultados descubrimos que el 90% de las historias que recibimos estaban vinculadas con la violencia”.
Esta campaña los puso en contacto con los candidatos a la alcaldía de Lima y hasta conversaron con Carmen Omonte, ministra de la Mujer, lo que representa un claro ejemplo de cómo una iniciativa que comienza en las redes sociales se puede transformar en un hecho político.
Alcances y limitaciones de las redes sociales
En su participación, grabada en video, Enric Rodon Lara se concentró en las potencialidades y debilidades de las redes sociales como catalizadores y movilizadores de personas desde el punto de vista político. Al respecto, dijo: “Está claro que las redes sociales son muy importantes, pero no son determinantes, por dos factores: uno por el factor de la brecha digital, ya que no todo el mundo tiene internet ni sabe usarlo o forma parte de las redes sociales. Segundo porque los medios de comunicación tradicionales todavía tienen mucho peso y generan muchos contenidos, cuentan con muchos recursos humanos como económicos”. Aunque sí destacó que “lo impresionante de las redes sociales es su capacidad de marcar tanto la agenda política como la agenda mediática, y eso permite que aumente el alcance del impacto en un caso concreto”. Rodon también mencionó el concepto de slacktivism, aquella creencia de que ya estás cambiando al mundo por dar un par de clics o compartir una publicación en tu muro de Facebook. “Las redes sociales nos pueden dar una visión sesgada de la realidad y hacer creer que somos unos superhéroes desde el sillón de nuestra casa”, sentenció.
Nuestra docente Iris Jave también aportó con sus reflexiones:
“Creo que lo que se está mostrando con toda esta acción política es que se está poniendo en tela de juicio la representatividad de los ciudadanos. No es suficiente ir a votar para ejercer nuestro derecho a ser representados, no sentimos que las autoridades nos representan del todo, nuestras demandas no están comprometidas en las políticas públicas de una manera mucho más integral. Entonces buscamos otras formas para ejercer el poder e intervenir, para buscar una interlocución con las autoridades, para dialogar con la sociedad y que se empiecen a visibilizar las demandas que tenemos desde distintos grupos sociales”.
Asimismo, resaltó que a través de las redes sociales los partidos políticos también buscan nuevas formas de convocar jóvenes y que los medios de comunicación han tenido que incorporarlas a sus plataformas.