El acné y su tratamiento

La aparición del acné —que se produce generalmente en la adolescencia, entre los 12 y 21 años— no es un suceso que deba tomarse a la ligera, sobre todo porque afecta a quienes atraviesan una etapa delicada de sus vidas, ya que recién están construyendo su personalidad. Por eso, como cada semestre, el 4 de septiembre, en el Aula Magna A, Fernando Magill, director de Bienestar y especialista en dermatología, brindó la charla “El acné y su tratamiento”, en la que explicó a los jóvenes presentes cómo prevenir las consecuencias estéticas y emocionales que puede generar esta afección y les informó acerca de las causas principales del acné y las opciones para su tratamiento.

Magill explicó que el acné es una enfermedad cutánea que afecta casi al 80 % de la población y que se presenta en la zona de la piel con mayor densidad de glándulas sebáceas. Entre las causas principales de su aparición se hallan diversos factores, como la herencia genética, las variaciones hormonales, el ciclo menstrual, el uso de maquillaje, los cambios emocionales, los períodos de estrés, entre otros. Asimismo, prestó especial énfasis a explicar cuáles son los tratamientos que se pueden seguir para evitar las espinillas y granos, así como para prevenir cicatrices. Fue claro al establecer que un especialista no puede garantizar que curará el acné, pero sí ayudar al paciente a mitigarlo luego del diagnóstico adecuado, tomando en cuenta que la condición dura aproximadamente 10 años y la idea es mantener las lesiones bajo control.

A propósito de los tratamientos, el especialista señaló que hay distintos tipos de acné y que cada uno requiere de un tipo de tratamiento distinto, y que cada persona reacciona de forma diferente a los mismos. Por ello recomendó visitar a un dermatólogo antes de medicarse, pues un tratamiento improvisado podría generar efectos contraproducentes. Mencionó que usualmente el acné leve se trata de manera tópica con exfoliantes; el acné severo, a través de antibióticos, hormonas y retinoides; y el acné grave, con tratamiento quirúrgico. Finalmente, el doctor Magill también se concentró en las técnicas que ayudan a reparar las secuelas que esta afección puede dejar en la piel; entre ellas mencionó la infiltración con colágeno, la extirpación con punch, la dermoabrasión, el peeling químico, entre otras.