Alumnos Ulima entre los finalistas del Concurso “Joven Emprendedor Surcano”

Cuando se juntan cinco jóvenes empeñosos y entre tantas conversaciones aflora una idea creativa, es señal de que ese equipo puede llegar lejos. Es el caso de Bárbara Aveggio, Rosario Arellano, Juan Lucho, Stephanie Schultz y Ramiro Watanabe, estudiantes de cuarto ciclo de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima, quienes quedaron finalistas en el Concurso “Joven Emprendedor Surcano”, organizado por la Municipalidad de Santiago de Surco. Ellos presentaron el proyecto de un centro cultural que pretende ofrecer espacios gratuitos a los artistas de escasa solvencia económica, como un apoyo para que puedan iniciar su carrera.

¿De qué se trata su proyecto?

Stephanie: El objetivo era crear una empresa que ayudara económicamente al distrito de Surco. Nosotros propusimos un centro cultural.

Juan Lucho: El nombre que escogimos es Centro Cultural Mi Primer Paso, y la idea es que los artistas del distrito de Surco tengan la posibilidad de exhibir sus aptitudes. Hay muchos artistas talentosos que no tienen la oportunidad de mostrarse y nuestro proyecto plantea que la municipalidad les dé el primer apoyo. Es una especie de mutualismo, se beneficia tanto la municipalidad como los artistas. 

Bárbara: Cada individuo que desee compartir sus habilidades artísticas en un lugar público y a un precio mínimo podría acceder a este centro cultural. Proponemos que el centro tenga varios escenarios, como un anfiteatro, un auditorio, salas de exhibición y un espacio para asesorías gratuitas con profesionales del área de interés. Nuestra intención es fomentar el arte entre las familias y sociedad limeña, acercar expresiones de cultura a todos.

¿Cómo se les ocurrió la idea?

Bárbara: La idea nació luego de investigar las necesidades del distrito y de relacionarlas con aspectos sociales y económicos. Como grupo, nos dedicamos a realizar una lluvia de ideas de bienes o servicios que podrían satisfacer a las personas de la zona.

Ramiro: En un momento de todo este proceso agregamos una herramienta tecnológica, un juego donde la gente recolecte códigos QR con su celular, y al final les daríamos unas preguntas sobre Surco; si respondieran bien, ganarían entradas.

¿De dónde se conocen ustedes?

Rosario: Todos somos futuros ingenieros industriales. Nos juntamos gracias a este proyecto en el Taller de Creatividad e Innovación.

Juan Lucho: El curso tiene por objetivo enseñar cómo emprender un negocio. Se piensa una idea y se estudia toda la evolución económica y social.

Bárbara: A la hora de formar grupos para realizar la propuesta del concurso, por coincidencia, estábamos sentados los cinco en un mismo rincón del salón y, sin hacer muchas preguntas, decidimos trabajar en equipo. Propusimos varias ideas para el concurso hasta que surgió la del centro cultural.

Juan Lucho: Hicimos un pequeño debate sobre qué podría ayudar a las personas y fue saliendo la idea. En cada clase fuimos aportando algo, todos aportamos.

Stephanie: Armamos la idea, la presentamos a la profesora y luego fuimos a la Oficina de Emprendimiento, donde los profesores nos dieron varias recomendaciones que nosotros tomamos en cuenta y discutimos.

¿Cómo se animaron a participar en el Concurso “Joven Emprendedor Surcano”?

Stephanie: La profesora del taller, Cynthia Gutiérrez, nos habló del concurso y todos participamos.

¿Qué actividades plantearon que se desarrollarían?

Bárbara: Se desarrollaría una variedad de actividades, dependiendo de las exhibiciones que los artistas deseen presentar. Se buscaría mantener todas las secciones del centro en todo momento; es decir, una exhibición de arte, una obra de teatro cada mes (monólogos, escenas cortas, teatro interactivo, improvisación, etcétera) y una banda de música con fechas determinadas para la presentación.

¿Quiénes los han apoyado?

Ramiro: Nuestra profesora del curso, Cynthia Gutiérrez, quien nos asesoró durante todas las clases con este proyecto.

Stephanie: También la Oficina de Emprendimiento de la Universidad. Nosotros les dimos el proyecto para que lo revisen y ellos nos dieron algunas pautas para mejorarlo.

Juan Lucho: Antes no se dictaba este curso, pero de seguro va a beneficiar a muchos estudiantes. Quizás algunos tienen ideas, pero los detiene el miedo de hacer un negocio. Yo he salido motivado, me dan ganas de poner una empresa, no quiero ser un trabajador dependiente siempre, quiero tener mi propia empresa.

¿Qué han aprendido con este emprendimiento?

Ramiro: Hemos aprendido a trabajar en equipo, a pensar como grupo y dar ideas en conjunto. También a analizar qué hace falta en ciertos lugares, para así poder pensar en algo que pueda cubrir esa necesidad.

Stephanie: Hemos aprendido sobre organización, cálculo de costos, demanda, etcétera. Es un curso que nos ha enseñado la parte financiera.

Juan Lucho: Más que nada, hemos aprendido cómo empezar un negocio. No se trata solo de pensar en algo que te gusta, sino que antes se debe hacer un estudio de mercado, no se trata de lanzarte a la aventura.

Rosario: También aprendimos que si tienes una idea en mente, entonces tienes la capacidad de llevarla a cabo. Nunca debemos permitir que un sueño se esfume sin hacer algo por realizarlo.

Bárbara: Pensamos que un proyecto de centro cultural como este podría ser un espacio para iniciar un verdadero movimiento artístico en las generaciones jóvenes, ya que al disminuir la educación artística se está perdiendo algo esencial. Creemos que podría ser un buen aporte a la cultura.