El libro explora el concepto de incapacidad moral permanente, utilizado en ocasiones para destituir a altas autoridades, como presidentes, según el criterio de abuso de principios éticos. A través del análisis de las tres capacidades fundamentales de la ética tradicional —cognitiva (conocer el bien), volitiva (elegir el bien) y empática (desear el bien de los demás)—, el autor plantea preguntas sobre la existencia de personas que, aun cuando reconocen el bien, eligen el mal o desean el mal ajeno, lo que sugiere la posible existencia de personas moralmente incapaces.