Una Lima más sostenible este verano
En un contexto mundial que promueve prácticas sostenibles para mitigar y solucionar diversas problemáticas que afectan al planeta, es importante hablar sobre la huella ecológica. Esta se centra en el impacto negativo que las actividades humanas tienen en el medioambiente, de forma que agotan recursos naturales y generan emisiones contaminantes. Algunas de las principales preocupaciones asociadas están relacionadas especialmente con tres aspectos ambientales: el consumo de agua, el consumo de electricidad y la generación de residuos sólidos.
El agua es el recurso fundamental para el desarrollo de la vida, pero actualmente enfrenta a nivel mundial un desafío considerable en su gestión. De acuerdo con el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), los ciudadanos de la capital realizan un consumo excesivo de agua, equivalente a 175 litros diarios. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el consumo promedio por persona para satisfacer sus necesidades básicas debe ser 100 litros de agua por día.
La adopción de prácticas sostenibles emerge como una necesidad para preservar este recurso, con mayor énfasis en la temporada de verano. Por ejemplo, se puede empezar con pequeños, pero significativos hábitos que permitan aprovechar las condiciones climáticas de la estación, como regar las plantas al amanecer o atardecer para minimizar la evaporación, tomar duchas cortas de 5 minutos, o aprovechar el clima cálido para secar la ropa al aire libre.
Por otro lado, ante el incremento de la demanda energética mundial, la sobreexplotación de fuentes no renovables y las emisiones de gases de efecto invernadero han contribuido significativamente al calentamiento global y a la degradación de los ecosistemas. Esto generó un alto impacto en el ambiente que nos obliga a reflexionar sobre nuestras prácticas cotidianas.
De acuerdo con el Balance Nacional de Energía del Ministerio de Energía y Minas del Perú antes de la pandemia, solo el 60 % de la energía es bien utilizada y el otro 40 % se desperdicia. Por eso, en época de verano, se recomienda implementar acciones para disminuir el consumo de energía, como aprovechar la luz natural durante el día, optar por la ventilación natural en lugar del aire acondicionado y prescindir de la secadora de ropa. Así, no solo contribuimos a la eficiencia energética, sino a la preservación de nuestro entorno; de modo que el vínculo directo entre nuestras acciones diarias y el impacto ambiental sean el primer paso para abordar esta problemática.
Con relación a la generación de residuos sólidos se han revelado cifras alarmantes. Según la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), el país genera aproximadamente 8 millones de toneladas de residuos al año. Esta situación se agudiza en las playas, donde el 46 % de los desechos sólidos son plásticos, lo que constituye una amenaza directa para la biodiversidad marina y la salud de los ecosistemas costeros. Los residuos plásticos, como sorbetes o aros de plásticos pueden lastimar físicamente a los animales. De la misma manera, pueden afectar los microplásticos que, al ser ingeridos por los peces, se acumulan en su organismo y en el de otros seres vivos que los consumen: esto implica daño también en la salud del ser humano.
En este escenario, la concientización sobre el tema cobra mayor importancia en la temporada de verano en Lima, especialmente por las actividades al aire libre y la afluencia de personas en las playas. Debemos enfocarnos en evitar el uso desmedido de productos desechables, optar por alternativas reutilizables y respetar las normas de conservación. En el caso de las playas, se deben fomentar prácticas responsables, como llevar consigo una bolsa para recoger la basura. De esta manera, inspirar cambios en el comportamiento y fomentar prácticas más sostenibles se convierten en elementos clave para enfrentar la problemática global de forma localizada y eficaz.
Este verano, Lima se embarca en la transformación hacia una ciudad más sostenible, con un papel crucial desempeñado por el Gobierno, la academia y las empresas. El Gobierno Municipal impulsa políticas ambientales, que promueven el uso de transporte público y la gestión de residuos. Las universidades lideran investigaciones para soluciones sostenibles, de manera que educan a la sociedad sobre prácticas ecoamigables. Y las empresas locales, conscientes de su responsabilidad, adoptan prácticas comerciales sostenibles, que contribuyen a la construcción de una Lima más verde y resiliente.
Citar esta entrada de blog (APA, 7.ᵃ edición):
Fischer, R. (19 de enero de 2024). Una Lima más sostenible este verano. Ulima Verde. https://www.ulima.edu.pe/sostenibilidad/blogs/una-lima-mas-sostenible-ve... |
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