Augusto Cabrera, abogado por la Universidad de Lima, docente y ministro consejero en la carrera diplomática, es miembro del equipo de negociaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú en la vigésima edición de la conferencia de los Estados miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, más conocida como la COP 20 (Conference of the Parties), que se llevará a cabo en nuestro país del 1 al 12 de diciembre.
¿Qué tareas desempeñará este equipo en la COP 20?
El Perú es uno de los 195 países que forman parte de esta negociación, y como tal tiene que defender su posición de país vulnerable y geográficamente diverso que limita con el mar y cuenta con bosques, glaciares y otros recursos naturales. De otro lado, el Perú asumirá la presidencia de esta reunión y cumplirá un rol de búsqueda de consensos. En este marco, nuestro país vestirá un traje de neutralidad para escuchar a las partes y entenderlas, con el fin de acercar posiciones para viabilizar la elaboración de un acuerdo.
¿Cómo surgió tu interés en los temas medioambientales?
Los diplomáticos somos versátiles y trabajamos en las áreas que nos asigna el Ministerio de Relaciones Exteriores. Esta vez me tocó el campo del cambio climático, un tema apasionante y que plantea más de un desafío, sobre todo si tomamos en cuenta que es urgente mitigar la emisión de gases de efecto invernadero para que la Tierra no se caliente más. Este propósito generará impactos en los modelos energéticos, industriales y económicos del mundo, y afectará a los sectores público y privado.
Hablemos de tu trayectoria diplomática.
Fui parte del equipo del Perú que participó en el proceso de diálogo y negociación de la delimitación terrestre con Ecuador. También fui miembro de la misión del Perú ante las Naciones Unidas, en la que me encargué de los asuntos jurídicos. En ambas experiencias me vinculé con el derecho internacional público, que es precisamente la materia que enseño en la Ulima. Asimismo, trabajé en la Embajada del Perú en España. En ella me ocupé de varios rubros: migración, prensa, cultura y relación política con España. También estuve en China, donde cumplí las funciones de jefe de Cancillería y encargado de negocios. Además, en el Perú, fui subdirector de Protección a las Colectividades Nacionales, cuya tarea consiste en atender a los dos millones y medio de peruanos que están en el extranjero. Del mismo modo, laboré en la subdirección de Asia de la Cancillería y en la secretaría de la Presidencia de la República durante el mandato de Ollanta Humala, entre otros puestos.
¿Qué cualidades debe tener un profesional que desea emprender una carrera diplomática?
En primer lugar, una aguda lectura de la realidad social y política. Al respecto, ayuda mucho esa capacidad para procesar textos que permiten mejorar esa comprensión de la realidad. También son importantes la adaptación a distintos medios y la vocación de servicio por el país.
¿Qué razones te motivaron a estudiar Derecho en la Universidad de Lima?
Empecé en Ingeniería Industrial en la Ulima. Pero cuando estaba en el primer año de la carrera, me percaté de que esta no me motivaba lo suficiente. En plena crisis vocacional, recurrí a orientaciones psicológicas, y entre las posibilidades que me sugirieron estaba Derecho. Averigüé, analicé y decidí realizar un traslado interno. Ya en Derecho, la carrera me gustó. Las materias realmente me interesaban y entendía con facilidad lo que me enseñaban.
¿Qué resaltas de tu paso por la Ulima?
La calidad de la plana docente y las participaciones interesantes y motivadoras de mis compañeros, que hacían que las clases fueran aún más atractivas y me impulsaban a realizar consultas. También me involucré en actividades extracurriculares, las cuales enriquecen la vida universitaria, otorgan al centro de estudios un perfil más humanista y ofrecen posibilidades de realización en varias disciplinas. En mi caso, fui miembro de la representación estudiantil y participé en un círculo de estudio de derecho internacional público. En la Ulima siempre me siento bien acogido.