Hace dos años, los gemelos Stephan y Christopher Vargas formularon una idea de negocios que se ha transformado y perfeccionado en el tiempo. ¿El resultado? Presla Cita, una herramienta todo en uno que ayuda a mejorar la gestión administrativa de las empresas que prestan servicios, con el fin de ganar tiempo y dinero.
Stephan estudia Ingeniería de Sistemas, y Christopher, Ingeniería Industrial, ambos en la Universidad de Lima. Su afán de perfeccionamiento los ha llevado a pensar en todos los detalles y a buscar la asesoría de distintos profesores asesores de la Oficina de Emprendimiento de esta Casa de Estudios, con un resultado muy positivo, pues ya tienen cinco clientes satisfechos y están formando un equipo de vendedores para seguir creciendo.
¿De qué se trata su emprendimiento?
Stephan: Se llama Presla Cita y es una herramienta enfocada en las empresas que venden servicios. Su misión es mejorar la interacción de la empresa con sus clientes. Esto se logra a través de un servicio en la nube que se conecta de forma segura con la página web del cliente y le permite contar con cinco herramientas de trabajo únicas en cualquier momento, en todo lugar y en cualquier dispositivo: sistema de reservación de citas y eventos; sistema de campañas email marketing; sistema de pagos on line seguros y sistema CRM para gestionar la base de datos de clientes. Si no se cuenta con una página web, esta también sería parte del producto, por eso es un servicio todo en uno. Presla te simplifica el proceso de gestión administrativa y puedes acceder desde una aplicación móvil o desde la web. Es muy práctico.
¿Cómo surgió la idea?
Stephan: La idea ha venido evolucionando a lo largo de dos años. Comenzó como un consultorio de expertos en línea, para que el cliente pueda ser asistido por un asesor vía Skype. Era una buena idea, pero no muy viable, así que la convertimos en otra idea: una oficina en la nube. Queríamos simplificar el modelo de negocio y ofrecerles un sistema a las empresas para que ellas mismas gestionen su capital humano. Luego esto se convirtió en Presla fase I, una herramienta para que las empresas puedan vender y atender desde su página web por videollamada. Esa idea se llevó a cabo, pero el conjunto de clientes potenciales era muy reducido, así que, finalmente, surgió Presla fase II, que se adapta más a la realidad de la empresa peruana. ¿Qué empresa no quisiera ahorrar en Recursos Humanos para gestionar sus citas, manejar una base de datos y ganar tiempo y dinero, ofreciendo un mejor servicio al cliente?
¿Cómo consiguieron clientes?
Christopher: Conforme ofrecíamos el producto a los potenciales clientes, ellos nos contaban sus necesidades y poco a poco armamos un producto que resolviera estos problemas.
Stephan: Un factor importante es que ganamos una representación para vender un producto del extranjero de efectividad comprobada, que ya está siendo usado en otras empresas alrededor del mundo. Pero como no ofrecía todo lo que queríamos, lo complementamos con nuestra tecnología.
¿Cuánto les ha costado crear Presla Cita?
Christopher: Presla Cita es resultado de mucho tiempo de trabajo y, sobre todo, de perseverancia.
¿A quiénes está dirigido este producto?
Stephan: Es un servicio para empresas que brindan asesoría o consultoría, como estudios de abogados, despachos psicológicos y agencias turísticas que buscan mejorar su gestión administrativa. Todas las empresas necesitan un orden y con Presla Cita lo pueden lograr.
Christopher: Ahora estamos enfocados en la labor de ventas. Mi hermano está formando un equipo de ventas. Antes nosotros visitábamos a los clientes y les brindábamos el servicio, eso nos ha respondido muy bien, ahora queremos ir más allá.
¿Con cuántos clientes cuentan?
Stephan: Tenemos cinco clientes y todos están felices con el producto. Ahora estamos reclutando personas para vender.
Christopher: Ahora último contactamos a un cliente que, ni bien se instaló el sistema en su web, recibió el mismo día ocho confirmaciones de citas en su página web. Funcionó rápido y le está sirviendo bastante.
¿En algún momento se han desilusionado y han querido abandonar el proyecto?
Stephan: No. Pero sí hubo un momento en que dejé el proyecto en stand by, porque necesitaba más recursos, así que comencé a trabajar en otra empresa para reunir capital y también para aprender. Luego me lancé nuevamente.
Christopher: Yo comparto mis labores. Por un lado, apoyo a mi hermano en este negocio, pero además estoy practicando en la Sociedad Suizo Peruana de Embutidos S.A., que produce y comercializa las marcas Otto Kunz, La Segoviana y Milkunz, como practicante comercial. Me gusta el trabajo, constantemente aprendo e interactúo con casi todos los agentes de la empresa, veo y analizo bastante información e indicadores de todas las áreas.
¿Qué los llevó a elegir la Universidad de Lima para estudiar?
Stephan: Yo era emprendedor antes de ingresar a la Universidad. Elegí la Universidad de Lima por su enfoque de gestión de las tecnologías de la información. En ese entonces no me visualizaba como programador, pero cuando quise emprender en el rubro tecnológico, me di cuenta de que contratar a un tercero para que programe me hubiera salido más costoso. Además, no era lógico, ya que si mi core es tecnología, debía hacerlo yo. Eso me impulsó a meterme de lleno a la programación. Gracias a mi interés en el tema y a los cursos que llevé en la Universidad, pude afianzar mis conocimientos.
¿Cómo les ha ido trabajando juntos?
Stephan: Muy bien. Yo era muy soñador y mi hermano me aterrizaba, así que nos complementamos bien. Christopher comunica mejor sus ideas, es más puntual y concreto. Estamos contentos con lo que venimos logrando.
Christopher: Trabajar con mi hermano me ha dado experiencias y muchos conocimientos, pues es bastante metódico. Constantemente sigue un plan muy definido, con tiempos para cada cosa, siempre mide los resultados y establece objetivos. Y, claro, como hermanos y socios tenemos discusiones, pues a veces uno desea persistir en sus ideas; sin embargo, aprendimos a ser bastante tolerantes y manejar nuestras diferencias.
¿Tuvieron dificultades durante la creación del proyecto?
Stephan: Programar no es fácil. Esto nos ha demandado mucho sacrificio. Por otro lado, normalmente la gente desiste frente al riesgo, pero yo gestioné el riesgo. Aprendí que un emprendimiento no se trabaja en un año, sobre todo no es así cuando innovas, porque hay un proceso de descubrir, de crear algo nuevo, y eso toma tiempo y esfuerzo.
¿Cómo los apoyó la Oficina de Emprendimiento de la Universidad de Lima?
Stephan: Nosotros pedimos asesorías con profesores de diferentes especialidades, sobre modelos de negocio, finanzas, temas legales, de logística, marketing, recursos humanos, etcétera. Con su ayuda fuimos mejorando las ideas y, gracias a esta comunicación, desarrollamos la capacidad de transmitir nuestras ideas a las empresas. Además, todos los profesores de la Carrera de Ingeniería de Sistemas han sido de gran ayuda.
De ahí a tocar puertas…
Stephan: Pudimos haber tocado muchas puertas, pero ese no hubiera sido el camino correcto. Nosotros necesitábamos conocer las problemáticas de las empresas y sus necesidades para ofrecerles soluciones, y nada mejor que con la ayuda de profesionales de distintas áreas en la Oficina de Emprendimiento, que nos compartieron sus experiencias. Hemos realizado una investigación productiva y estamos contentos con los resultados. Pueden visitarnos en www.presla.co
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