Jorge Valencia Corominas, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima e investigador del Instituto de Investigación Científica (IDIC), conversa sobre el fruto de una de sus investigaciones, el libro titulado Delincuencia juvenil. Legislación, tratamiento y criminalidad y editado por el Fondo Editorial Ulima. La obra retrata la violencia producida por jóvenes y adultos en las últimas décadas, una de las principales preocupaciones de la ciudadanía actualmente. Con la intención de proponer estrategias para una respuesta preventiva y de tratamiento integral de la delincuencia juvenil, el libro revisa la evolución de este fenómeno, sus modelos de tratamiento, el marco legal nacional e internacional, así como los factores de riesgo predictores del comportamiento criminal juvenil.
¿Cuál es la principal intención de esta publicación?
Este libro tiene como objetivo analizar la problemática de la delincuencia juvenil y dar respuestas serias. Aquí las políticas anticrimen se hacen por espasmos y se fabrican por algunos medios de comunicación, entonces nosotros no podemos legislar en función de casos aislados de muchachos con tendencias psicopáticas, que aparecen cada década y que son enarbolados por los medios de comunicación. El libro analiza una serie de modelos: el punitivo penal, del siglo XIX; el modelo tutelar clásico, de principios del siglo XX; el modelo de responsabilidad, que trae la Convención sobre los Derechos del Niño; y el modelo de tratamiento diferencial. Entonces hay una serie de modelos que analizamos para construir una propuesta. Porque debemos entender la historia, hay que comprender los modelos para construir propuestas. También hay un análisis normativo, tanto a nivel internacional como nacional.
¿Cuándo empieza a trabajarse el tema legislativo en relación con los niños?
La protección internacional de los derechos de los niños surge ya desde la Liga o Sociedad de las Naciones Unidas, en 1924, con la adopción de la Declaración de los Derechos del Niño. La Convención sobre los Derechos del Niño no aisló al niño de una protección especial, porque el concepto viene desde inicios del siglo XX, desde la formulación del derecho internacional de los derechos humanos.
En el contexto nacional, ¿qué legislaciones abarca el libro?
Analizamos la legislación nacional del primer Código Penal que se tuvo en el siglo XIX, en el cual se establece una responsabilidad penal para los chicos a partir de los 9 años de edad, y eran juzgados por jueces adultos. Hasta que llega el modelo tutelar clásico de principios del siglo XX, con la Escuela de Chicago, en el que ya se establece una separación del tratamiento de los chicos respecto de los adultos. Lo interesante de este libro es que se analizan los factores predictivos de criminalidad, que son factores endógenos y factores exógenos. Por ejemplo, Eugenio Cuello Calón, un jurista catalán de principios del siglo XX, establecía que eran criminales los hijos de los criminales. Desde aquellos inicios de los estudios sobre la criminalidad juvenil, desde aquella época, esto ha cambiado muchísimo.
¿Cuál es el elemento clave para enfrentar la delincuencia juvenil?
Nos interesa mucho el tema de prevención, las políticas de salud hoy en la región giran en función de la prevención. Las políticas criminales tienen que plantearse en función de este tema, tenemos que evitar que haya jóvenes delincuentes con los llamados mecanismos no formales de control social, como son la familia y la escuela. Entonces es fundamental que el Estado comience a desarrollar políticas con estas instituciones. Un segundo tema es que, cuando un adolescente ya cometió una infracción contra la ley penal, lo fundamental y lo determinante es el tratamiento, y creo que el modelo peruano ahora no resocializa mucho a los chicos. Hay algunos jóvenes que sí son resocializados, pero lo hacen por un tema más de fe o por cuestiones de decisión personal, no cambian porque el modelo esté construido para que puedan cambiar.
El libro presenta un capítulo dedicado a historias de vida; cuéntenos un poco más al respecto.
Toda esta construcción teórica que hacemos en el libro termina con un análisis de historias de vida, de cuatro hombres y dos mujeres que están internos en los penales de Lima. Allí una psicóloga, Estefanía Simich, analizó conmigo cada una de las historias de vida, que son realmente desgarradoras, en las que hay un conjunto de factores endógenos y exógenos que conducen a la criminalidad. No pretendemos, de ninguna manera, hacer una alegoría sobre la criminalidad. Lo que pretendemos es proponer respuestas a las estrategias de lucha en el Perú y en la región contra la criminalidad juvenil, que han sido vinculadas estrictamente con lo que se llama el populismo penal: el incremento de las penas y las sanciones o la traducción de la edad de responsabilidad penal.
¿Cómo contribuye esta publicación a la lucha contra la delincuencia juvenil?
Creo que hay que apuntar a, en primer lugar, entender el fenómeno de la criminalidad juvenil; pero seriamente, a través de la academia y de la investigación. Creo que hoy, frente a propuestas populistas, hay que recurrir a la academia. Queremos luchar contra el criminal pero de manera científica, entonces creo que este libro es un primer diagnóstico serio que se está haciendo en el país sobre el tema de la delincuencia juvenil, que tiene una incidencia directa en cuanto a la inseguridad ciudadana. El principal problema del ciudadano del Perú y la región es este. Creo que la academia, y en este caso la Universidad de Lima a través de su Instituto de Investigación Científica (IDIC), está apostando por esto, porque estos libros no queden encarpetados y se constituyan en políticas de Estado.
¿A quién va dirigido el libro?
Es un libro que tiene un enfoque multidisciplinario; no es un libro, y sí puedo ser tajante en eso, solo para abogados. Es una publicación que un periodista, un comunicador, un psicólogo o un sociólogo pueden leer. Hay temas muy interesantes, de historias de vida de criminalidad adulta, que pasaron por una etapa de criminalidad juvenil, que los psicólogos perfectamente podrían analizar. No es un libro cerrado para un grupo de grandes juristas o grandes intelectuales, sino que lo puede leer cualquier persona y eso es positivo.
Según los casos analizados en la publicación, ¿cuáles son las principales razones para que un joven inicie una vida criminal?
Los factores endógenos y exógenos, condiciones desde la familia por ejemplo, condiciones del barrio, adicción a sustancias psicotrópicas y mucha violencia, sobre todo. Mucha violencia familiar, mucha violencia en el barrio, la disfuncionalidad de determinadas familias, la ausencia de cariño creo que son elementos claves para entender este fenómeno y revertir la situación a través de políticas de Estado.