Análisis normativos para generar cambios

Desde el 2017, María Antonieta Merino Taboada se dedica a la consultoría legal. Ha trabajado para diversas organizaciones globales, como el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Cooperación Alemana, así como para empresas consultoras internacionales como Jacobs & Córdova Asociados (México) y el consorcio alemán Niras y Ambero Consulting GmbH, donde se ha desempeñado en proyectos relacionados con la regulación y las políticas públicas. 

Además, ha participado en importantes conferencias internacionales, lo que ha enriquecido su enfoque de colaboración entre el sector privado y el público, al promover cambios estructurales efectivos. Ella estudió Derecho en la Universidad de Lima, y actualmente trabaja para Nalanda Analytica y colabora con Smart Regulation Peru.

¿Desde cuándo estás en el campo de la consultoría?
Dejé de trabajar en el Estado en el año 2017 y, desde entonces, comencé en el campo de la consultoría, donde he prestado servicios a organismos internacionales como la Cooperación Alemana, la OCDE, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y diversas consultoras internacionales. Estas suelen tener una base en el extranjero y convocan a consultores expertos en diferentes regiones.

¿En qué consiste la labor de consultoría que realizas actualmente?
Estoy asociada a una empresa consultora colombiana y tengo un contrato con un consorcio alemán. Además, presto servicios a una consultora aquí en el Perú. El trabajo del consultor es muy dinámico, ya que puede estar asociado a diferentes organizaciones. Básicamente, lo que buscan estos organismos en un abogado consultor es que realice estudios y diagnósticos. Por ejemplo, es posible que quieran saber cómo son las normativas en un sector específico o requieran diagnósticos sobre temas como la inversión o el desarrollo de políticas públicas. 

También, solicitan analizar los avances que ha tenido un país en una materia concreta de regulación, los desafíos que enfrentan las instituciones al implementar normas o desarrollar marcos específicos. Ahora bien, además de hacer estos diagnósticos, el consultor trabaja en estrategias junto con los organismos internacionales para ayudar a los estados a adaptarse a los cambios importantes, según estándares internacionales.

¿Podrías citar un ejemplo de lo que comentas?
Por ejemplo, recientemente trabajé en un proyecto en el que Perú necesitaba implementar medidas de regulación y políticas para que las industrias transiten hacia modelos de economía circular, una forma más eficiente de producir, que genera menos desperdicios y agrega más valor al trabajo. Este modelo permite usar menos recursos, ser más eficiente económicamente y reintegrar los desechos en el proceso productivo, lo que ofrece más valor en la cadena productiva. 

Mi trabajo consistió no solo en apoyar la parte estatal, sino también en articular con el sector privado. Esto incluye diseñar el marco legal, desarrollar políticas públicas y crear espacios de articulación o gobernanza en temas institucionales. Aquí es donde el rol del abogado en la consultoría se vuelve esencial. Uno de los casos más recientes en los que trabajé consistió en apoyar a la industria manufacturera del Perú para adoptar modelos de economía circular. 

Desde el lado legal, los asesoramos para ver qué normas funcionan y cuáles no, y para determinar las que pueden reforzar los marcos existentes. Muchas veces, se percibe al abogado solo como un solucionador de disputas o conflictos contractuales, pero su función es mucho más amplia. Hace diagnósticos para identificar qué normas son más eficientes o cuáles generan impacto positivo y para adaptarse a estándares internacionales. Este tipo de diagnósticos no es común en el Perú, pero son esenciales para que el país pueda adaptarse y cumplir con los estándares internacionales.

¿Qué te motiva de realizar este trabajo?
Me gusta mucho el hecho de que implica innovación, creación, articulación, diplomacia y diálogo. Busco un punto de equilibrio donde el sector público y el privado conversen, planteen sus necesidades y creen estructuras que funcionen para todos. Es un trabajo que demanda muchísimo análisis e innovación. Además de trabajar en este proyecto para impulsar la economía circular, mi principal aporte ha sido apoyar la que considero la reforma más importante para el Estado peruano, que es la reforma regulatoria para mejorar la manera en que el Estado produce sus propias normas. En este espacio he tenido la oportunidad de trabajar con el sector público y también con el Banco Interamericano de Desarrollo y la OCDE, en la creación de metodologías que permitan implementar estas reformas en la práctica. Por ejemplo, al explicar a los funcionarios, desde la óptica tanto de un abogado como de un funcionario, cómo mejorar la elaboración normativa con estándares internacionales y óptimos.

¿Qué satisfacciones te ha dado tu labor como consultora?
Muchísimas. Uno normalmente piensa en ser abogado de una empresa, en el Estado o en un estudio. Esta oportunidad apareció y la tomé, y me ha dado muchas satisfacciones. No solo he trabajado en el Perú, sino también en otros países. He formado parte de grupos internacionales de expertos. Actualmente, estoy asociada a una consultora colombiana y formo parte de un grupo de expertos iberoamericanos en temas de regulación. El próximo mes, en octubre, viajaré a Costa Rica para brindar una charla y llevar a cabo una capacitación al gran regulador que tienen allá. Una semana después, viajaré a México para participar en el evento más grande de regulación en Latinoamérica. Me gusta mucho la posibilidad de crear cosas que tienen un impacto real y generan cambios estructurales. Además, desplegar mi labor como abogada más allá de mi país me llena de satisfacción. Ver otras realidades y evaluar cómo funcionan las normas en otros países es un ejercicio de reflexión muy interesante, porque me da la posibilidad de identificar qué prácticas podrían adoptarse en cada país.

¿Cómo ha influido en tu crecimiento profesional el hecho de tener contacto con múltiples realidades y personas?
Trabajar con otras organizaciones y conocer diversas realidades me han dado la oportunidad de intercambiar experiencias y reflexionar sobre diversos temas. Además de mi labor como consultora, me ha sido útil escribir sobre estos temas en un diario. Fui invitada hace más de un año a participar como columnista en Gestión, donde reflexiono sobre la reforma regulatoria en el país y cómo se deben diseñar las políticas públicas desde una perspectiva diferente, más holística y transversal, al combinar la visión del sector privado y la del Estado. Mi trabajo es muy enriquecedor y tiene un impacto positivo. Aunque mi función principal consiste en analizar regulaciones, he aprendido de otras disciplinas como la economía, la psicología y la tecnología. También, a hacer seguimiento a las medidas adoptadas para verificar si generan impacto. Parte de mi labor es absorber otras habilidades que enriquecen la labor de un abogado en consultorías de este tipo.

Cuando empezaste a estudiar Derecho, ¿en qué pensabas especializarte?
Quería especializarme en derecho corporativo, pensaba que sería una abogada empresarial. Llegué a tener algunas prácticas en ese rubro, sin embargo, hacia el final de la carrera, me comenzó a interesar mucho el área de competencia. Mi experiencia profesional comenzó en Indecopi, donde veía temas relacionados con este campo. Luego hice una transición natural hacia la regulación y decidí enfocarme en el nicho en el que creía que podía aportar más.

¿Qué otra experiencia laboral ha sido gratificante para ti?
Estoy convencida de que se aprenden cosas muy valiosas de cada experiencia. Pero una de las más interesantes fue cuando tuve el honor de representar al Perú en la última reunión del grupo de expertos en mejores prácticas regulatorias del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizado en Lima. Aunque no era funcionaria pública ni representaba a una corporación, fui invitada como experta a ofrecer una charla para los funcionarios de las 21 economías de APEC. Además, recientemente viajé a Pucallpa para dar otra charla en un APEC descentralizado. 

Igualmente, una de las labores más gratificantes para mí ha sido apoyar al Banco Mundial en un estudio sobre cómo la regulación puede generar barreras, especialmente en regiones. También, trabajé con el Banco Mundial para medir el impacto de barreras en Piura, y apoyé a la OCDE en un estudio para el Perú, lo que fue un gran honor, ya que generalmente solo trabajan personas de la organización en estos proyectos.

Trabajar en la elaboración de documentos legales que van a ser aplicados en el país es una gran responsabilidad. ¿Cómo has asumido esto?
Lo es, sin duda. También es una gran satisfacción. Saber que una metodología que desarrollé la emplean ahora las instituciones o que un estudio en el que participé forma parte de lo que las instituciones deben hacer es la mayor satisfacción que se puede tener en el trabajo.

¿Dirías que te has desarrollado en trabajos menos convencionales para abogados?
Sí, es verdad, y eso me ha demandado mucho trabajo y persistencia. También ha significado asumir grandes oportunidades, pues he sentido que podía hacer una diferencia. Es un gran mito suponer que este tipo de trabajo no es para un abogado. Se piensa que un profesional de este campo debe estar en un estudio, en el Poder Judicial, en una empresa o en el Estado. No se percibe que pueda desarrollar trabajos para organizaciones y consultorías, pero claro que puede aportar en estos ámbitos.

¿Has llegado a trabajar en el ámbito corporativo?
Solo en calidad de practicante, porque luego me incliné hacia este tipo de trabajo. Hice una práctica en una empresa de seguros, casi al final de mis estudios universitarios. Creo que experimentar distintas opciones es muy importante para un profesional en formación, ya que le ayudan a definir hacia qué área dirigir su carrera.

¿Has viajado mucho por tu trabajo?
Sí, he viajado bastante. Debido a mi rol como consultora para organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo. No solo he trabajado con organizaciones peruanas, también he tenido la oportunidad de hacer un diagnóstico en Costa Rica. Además, recuerdo que cuando estaba en Indecopi llevé un programa de las Naciones Unidas, en Suiza. Años después, apliqué a un fellowship que me dio la posibilidad de trabajar en el Instituto de Inversiones Sostenibles de Suiza, en Ginebra. Asimismo, he representado al Perú en países como Vietnam y Tailandia. En la región, he viajado a México, Colombia y Costa Rica. Valoro mucho estos viajes, porque me dieron la oportunidad de conocer otras culturas y formas de ver las cosas, lo cual enriquece mucho.

¿Cómo te fue en la época de estudiante en la Universidad de Lima?
Me encantó estar en la Universidad. Cada etapa de la vida es importante, pero considero que mi tiempo en la Universidad de Lima fue maravilloso. Estudiaba bastante e hice grandes amigos con los que sigo en contacto hasta hoy. Le tengo mucho cariño a la Ulima, y me alegra mucho ser docente a partir del presente semestre académico, en la Maestría de Derecho Empresarial, en la que dicto el curso de Derecho Regulatorio. Es una experiencia maravillosa. Ver cómo ha cambiado la Universidad físicamente, pero, al mismo tiempo, sentir que sigue siendo la misma me genera una enorme alegría cada vez que piso el campus.