De niño, era una promesa del karate. Hoy es un campeón. Mariano Wong le ha dado muchos logros al país y el karate le ha dado a él humildad, control, disciplina y respeto.
Además de su exitosa carrera deportiva, está labrándose otra en la Universidad de Lima, donde estudia Administración. Este ciclo ha decidido hacer una pausa en los estudios para concentrarse en su preparación para los Juegos Panamericanos, a desarrollarse en Lima, y donde espera darle otra alegría al Perú.
¿Cuándo entraste a la selección nacional de karate?
Al cumplir 12 años entré a la preselección nacional y después de algunos campeonatos nacionales integré la selección. Entonces comencé a viajar y gané mi primer campeonato sudamericano y el primer panamericano.
¿Por qué decidiste especializarte en kata?
Me gusta mucho, es una pelea imaginaria y no es tan agresivo como el kumite, que es pelea. Es una rutina individual que dura de dos a tres minutos, me ayuda a controlarme y requiere mucho esfuerzo técnico. Realizo movimientos de ataque y defensa con saltos, movimientos explosivos y suaves. Se valora la perfección del movimiento, la técnica, la fuerza y la altura de los saltos. Su evaluación es compleja y un tanto subjetiva, por eso a veces los árbitros no se ponen de acuerdo en el fallo. Mi senséi Akio Tamashiro ha sido subcampeón del mundo en kata y me entrena muy bien. Recuerdo que yo jugaba fútbol también y una vez él me dijo que no sabía qué tan bien me iría en el fútbol, pero que en karate iba a llegar lejos, eso me marcó la pauta.
¿Cuáles han sido tus mayores logros?
He sido seis veces campeón sudamericano en diferentes categorías y una vez campeón panamericano. He ganado la medalla de plata en los Juegos Bolivarianos y la de bronce en los Juegos Odesur. También he ganado la medalla de bronce en el Mundial, en kata por equipos, junto con dos compañeros
¿Qué esperas de los Juegos Panamericanos, que se van a realizar en Lima?
Espero ganar el oro para el Perú. Para eso me estoy preparando muchísimo.
¿En qué consiste tu preparación?
Se basa en una parte técnica y otra física. En kata se evalúan ambas partes, la perfección de la técnica y la parte física, que consiste en fuerza y resistencia. Aparte, mantengo una dieta equilibrada, voy al psicólogo y hago terapia de prevención de lesiones. Entreno dos veces al día. Por las mañanas, con la selección nacional en la Videna: con Yimmy Moreno entreno la parte técnica y con Rolly López hago la preparación física. Por las tardes entreno con Akio Tamashiro.
¿Cómo es el kata grupal?
Se hace una rutina con tres personas y los movimientos tienen que ser muy coordinados, como si estuvieras viendo un espejo, como el nado sincronizado.
¿Qué cambios has notado en ti desde que practicas karate?
De chico era muy movido y travieso, y el karate me ha transformado en todo sentido, se volvió mi estilo de vida y me ha inculcado disciplina, respeto, puntualidad y orden. Todo eso me ha ayudado a crecer como persona. Además, todos los que practicamos karate somos muy sanos y este es un arte marcial que promueve mucho el respeto hacia los demás y hacia nuestro oponente.
¿Cómo te organizas para estudiar y trabajar al mismo tiempo?
Cuando estaba en el colegio no tenía mayores problemas, porque entrenaba solo una vez al día. Ahora lo hago en doble turno y a veces se me complica por los cursos de la Universidad, pero ya tengo mis horarios definidos y cuando viajo para representar al país en alguna competencia, converso con los profesores con anticipación y me dan facilidades para presentar los exámenes en otras fechas.
¿Qué es lo más bonito que has experimentado con el karate?
Una de las cosas más bonitas que he vivido ocurrió en el campeonato mundial, donde gané la medalla de bronce en kata por equipos, en España. Mis papás estuvieron presentes, significó mucho para mí que estuvieran ahí, acompañándome, y que me vieran en el podio. En otra oportunidad, en un campeonato sudamericano, en Cartagena, Colombia, campeoné en la categoría sub-21 y estaba con mi papá. Estábamos muy felices, me abrazó y solo faltaba que me premiasen, pero como anunciaron que la premiación sería en la tarde, mi papá aprovechó para llevar mi uniforme a lavar, porque yo competía al día siguiente en la categoría de mayores. El inconveniente fue que adelantaron la premiación de la sub-21 y mi papá se la perdió, no me pudo ver en el podio ni escuchar el himno. Le dio mucha pena, pero yo le dije: “No te preocupes, te prometo que mañana subo al podio”. Era mi primer sudamericano en la categoría de mayores… y cumplí mi promesa, quedé en tercer lugar y mi papá pudo verme en el podio. Fue muy emocionante.
¿Qué se siente ser premiado en un país extranjero y que en ese momento se entone el himno de tu país?
Es una sensación indescriptible. Estar en el podio y escuchar tu himno, poder cantarlo mientras todas las personas de diferentes nacionalidades están en silencio, escuchando con respeto, es muy emocionante. Son unos segundos que parecen eternos. Después de haber sacrificado tantos momentos con tu familia, con tus amigos e incluso los estudios, luego de haberte esforzado tanto y por tanto tiempo, y de pronto verte en el podio y escuchar tu himno solo puede generarte el sentimiento de que valió la pena.
¿Por qué sientes que vale la pena sacrificar tantas cosas por el deporte?
Porque es mi mundo y una pasión muy poderosa. Es algo que compartimos con los deportistas con quienes entrenamos, por eso y por todas nuestras vivencias, en el día a día y en los viajes, surge entre nosotros una amistad muy fuerte.
¿Cómo te ves en el futuro, cuando termines tus estudios de Administración?
Acabaré en dos años y me gustaría relacionar mi carrera con el deporte. Tal vez abrir un gimnasio o un dojo donde entrenar karate, un gimnasio o un complejo deportivo para la enseñanza de artes marciales y CrossFit.
¿Qué te parece tu carrera de Administración?
Me gusta, me parece muy amplia. La verdad es que al comienzo no sacaba muy buenas notas, porque no estaba seguro de mi vocación o tal vez porque aún no veía los temas que ahora me interesan tanto. Actualmente, mis notas reflejan mi interés por mi carrera. Estoy en octavo ciclo y me ha ido muy bien, estoy en el tercio superior. Siempre llevo cursos en verano para poder inscribirme en menos de seis cursos en el ciclo regular. He manejado bien mis horarios, pero este ciclo he decidido no llevar ni un curso, para concentrarme para los Panamericanos.
¿Cómo te ha ido representando a la Universidad de Lima en karate?
Representé a la Ulima por primera vez en los Juegos Universitarios que se realizaron en Chiclayo y gané dos medallas de oro, en individual y en equipos. Luego, las últimas competencias nacionales fueron en Tacna y gané la medalla de oro en individual y la de bronce por equipos. Soy el capitán de mi equipo, eso me hace sentir muy orgulloso. Y quisiera añadir que todo lo que he logrado en el deporte ha sido gracias al apoyo de mi familia, en primer lugar, a mis amigos de la Federación Peruana de Karate y al apoyo de la Universidad de Lima en mis estudios, por supuesto a mis entrenadores y a mis auspiciadores, Adidas y Vinifán.
La familia es especialmente importante en la formación de un deportista, cuando son niños y necesitan tanto apoyo, ¿verdad?
Es difícil lograr esto sin el apoyo de los padres, se necesita que un adulto apoye constantemente, que colabore con los traslados, que haga recordar al deportista muchas cosas. Y es muy importante que los papás estén presentes en la formación de todo niño, en general.