La prensa y los espacios públicos

El 8 de mayo, en el Aula Magna T-4 de la Universidad de Lima, se llevó a cabo la mesa 14 del Congreso Internacional “Comunicación, Ciudad y Espacios Públicos”, realizado en el marco de la VII Reunión Mundial de Cátedras UNESCO en Comunicación. El eje tratado en esta mesa fue el de Ciudadanía y Activismo, en donde Andrea Gómez, doctora en Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, habló del tema “Las Ferias de San Telmo: la problemática en torno al uso del espacio público”. Luego de su ponencia, conversamos con ella sobre esta tesis que fuera trabajada en conjunto con Leonardo González y Sebastián Novomiski.

Su ponencia está basada en una tesis que ha servido para observar cómo se desempeñan los distintos actores en la Feria de San Telmo.
Sí, una tesis de grado del 2016.

¿Existe una posición de su parte y de los otros investigadores o solo se trataba de observar cómo los actores se comportaban?
Se trata de un trabajo de corte exploratorio, descriptivo. Sin embargo, teníamos también nuestras hipótesis sobre la construcción de identidad de esos grupos a partir de sus prácticas.

La de San Telmo no es la única feria, ¿por qué la eligieron?
En un primer lugar nos planteamos trabajar sobre la Plaza Dorrego, sobre antigüedades. Ese había sido el primer objetivo, ver el tema del consumo, enfocarlo más a las prácticas feriales, pero cuando fuimos al territorio nos encontramos con que eran diez cuadras. Entonces ahí viró el objetivo de la investigación.

Las características de cada uno de estos personajes se han polarizado entre los formales y los informales. Y los inmigrantes, que según dijo no son muchos, le han dado pie a los primeros para criticar a los segundos…
Sí, como que se sobrevisualiza, si bien son un número pequeño con respecto al número total de feriantes, son parte de ese chivo expiatorio. En general, todos los vendedores son estigmatizados, más allá de si son inmigrantes o no.

¿Se tienen datos de dónde son?
De países limítrofes y de Centroamérica. Generalmente, los vendedores de Centroamérica son jóvenes, son estudiantes que no tienen un puesto fijo sino que son vendedores ambulantes de alimentos.

Los parques son espacios públicos pero algunos municipios tienden a cercarlos, a no dejar que el público los utilice. ¿Es lo que sucede con las calles, que también son un espacio público, en San Telmo?
Claro, ahí está justamente la problemática, porque los actores estarían privatizando el espacio público para circulación, para la vida de los vecinos. Y ya que mencionamos a las plazas, a lo largo de la calle Defensa hay una plaza, que es la Plaza Dorrego, que desde 1970 está ocupada por feriantes de antigüedades y esto sí está autorizado por el gobierno. Esa es una feria legal. También hay sobre la calle algunas que están autorizadas, otras que no. Nosotros nos centramos a ver los sentidos, circulantes, sobre todo con respecto a qué venden. Ese va a ser un factor determinante: no va a ser lo mismo vender antigüedades en la plaza que productos industrializados en la calle. Pero si va a haber esto de la plaza pública privada, es difícil establecer un límite, son conceptos que siempre están solapados.

¿Cómo se debería tratar esta problemática?
No hay un “deber ser”, nosotros estamos haciendo una descripción, evidenciando una situación y vemos que hay tensión entre los mismos actores. La propuesta es hacer un diagnóstico de qué es lo que pasa entre los feriantes, hacer una planificación comunicacional, algún tipo de organización de los feriantes, pero por supuesto también está el poder de decisión del Estado. Serían dos pasos: a nivel de feriantes para poder ver qué pasa ahí con esas tensiones, pero también a nivel del Estado, aunque eso ya nos excede.

¿Qué papel está jugando la prensa en este ambiente?
La prensa hegemónica, los diarios más importantes del país han tomado una posición en contra de los feriantes que están ahí por trabajo, y hemos visto una correlación de este tipo de discurso sobre San Telmo, sobre otros barrios, sobre otros tipos de ocupación, no para ferias sino para viviendas, un caso muy importante es la ocupación del Parque Indoamericano en Villa Soldati, y las coberturas siempre remarcan estos términos: ocupación, toma, ocupación del espacio público, privatización, etcétera. Son términos que se reiteran. En el caso de Villa Soldati también había muchos inmigrantes, siempre está asociado. Por lo general los medios tienen esa postura.

¿No es lo ideal el aprovechamiento del espacio público?
Claro, sí. Hay un aprovechamiento del espacio público como el lugar de trabajo, como punto final de la cadena productiva, como dice un grupo de feriantes de la Cooperativa El Adoquín; de hecho el Estado avala la presencia de algunos grupos, ha sido positivo, han transformado lo que era una zona insegura en una zona peatonal, turística. Antes, hasta 1970, era la Plaza Dorrego. Se le sigue asociando a la Plaza Dorrego con la Feria de San Telmo; sin embargo, son diez cuadras de distancia. Desde el año 2001, luego de 2011, también hubo un crecimiento, se llegó desde unas cuadras antes de Dorrego a Plaza de Mayo.

La utilización de esta zona data de 2001 a raíz de la crisis argentina de ese año, ¿y la de 2011?
Sí, la primera fue a raíz de la crisis. En la del 2011 no hemos identificado una causa exacta pero siempre los problemas económicos estuvieron. Tiene que ver con estas fluctuaciones económicas. Y se sigue expandiendo. La Feria de San Telmo son diez cuadras, pero también abarca una zona aledaña.

¿Vieron si en otros lugares se vive un ambiente similar?
Para hacer nuestro estudio, en lo que es la investigación previa, el estado de la cuestión, hemos visto el caso de otras ferias en la ciudad de La Plata, en espacios públicos, en la ciudad de Buenos Aires. También hemos encontrado material sobre “las saladas”, que son ferias de productos industrializados en edificaciones precarias, algo así como lo que hay acá en Lima con Polvos Azules. Hay trabajos de este tipo de ferias y los hemos retomado como parte del estado de la cuestión.

¿En estos espacios hay personajes totalmente distintos a los de la Feria de San Telmo?
Sí y no. Creo que también está el asunto de la estigmatización. Por ejemplo, en un trabajo que tomamos hacían el estudio comparativo entre un shopping y una salada. Ahí estaban todos estos discursos, podíamos ver una correlación, sobre todo en la inmigración en las saladas.