Profesor de EAE Business School explica el negocio detrás del Mundial en clase magistral

La fiebre del Mundial se vive con fuerza, y la Dirección de Cooperación Externa y la Facultad de Ciencias Empresariales y Económicas de la Universidad de Lima, organizadoras de la clase maestra “Mundial de fútbol 2018: más allá del deporte”, no son inmunes a ella. Así, el lunes 4 de junio, en el Aula Magna T-4, el profesor Francesc Rufas, de EAE Business School de Barcelona, España, habló ante un atento público sobre las oportunidades financieras que brinda el Mundial para organizadores y comerciantes en general. 

El también director de Enginy señaló que el impacto económico que los mundiales de fútbol generan en el país anfitrión, si este no cuenta con la infraestructura necesaria y tiene que edificarla desde cero, es muy poco, comparado con mundiales anteriores. Rufas dijo: 

“Hay una serie de ventajas en la participación en un mundial de fútbol, tanto desde la perspectiva de la organización del mundial, como en la imagen del país. Cómo se proyectan ciertos valores en lo que al final terminamos llamando la imagen de la Marca País y que permiten posicionarla a través de unos atributos culturales, en relación con su capacidad tecnológica; consiguen cierta notoriedad, sobre todo de los equipos que consiguen llegar lejos en ese mundial”. 

Rufas añadió: 

“¿Cuánto puede ser el efecto económico de un organizador? Es catastrófico el énfasis inversor que esos gobiernos, de forma agresiva, están haciendo para intentar construir una imagen de marca equivalente a una superpotencia, que en realidad son países que, como en el caso de Rusia, tienen deficiencias estructurales importantes. Esto acaba llevando a un nivel de déficit público que ese país no puede ver compensado con los beneficios del Mundial, que son a nivel de atracción de turistas e inversiones”. 

Para Rufas, los mayores beneficiados terminan siendo los equipos de los países clasificados y las empresas de estos, ya sean auspiciadoras o no, si saben sacarle provecho adecuadamente. El especialista concluyó: 

“¿Quiénes salen más beneficiados? Aquellos países que no son organizadores y que reciben una pequeña parte del protagonismo del mundial, sobre todo si llegan a una posición final del campeonato, que permite la ilusión colectiva que genera una cantidad de ingresos que se transmiten a través de venta de televisores, camisetas, consumos en cafeterías, restaurantes, piqueos, etcétera; ingresos que pueden llegar a niveles del 15 al 50 por ciento de incremento durante el Mundial”.