Cuando Renzo Chiappina terminó el colegio, hace 11 años, sus profesores le propusieron que dejara sus datos para recomendarlo como profesor particular a los padres de familia. Era un estudiante aplicado y le interesó la idea de generar sus propios ingresos, así que paralelamente a sus estudios de Comunicación en la Universidad de Lima, se dedicó a nivelar a los alumnos del Markham, su propio colegio, en sus tiempos libres.
El tiempo fue pasando, y los alumnos, multiplicándose. Y como el día no tiene más de 24 horas, Renzo no podía atenderlos a todos, así que comenzó a derivar a sus clientes con Diego Monteverde, su primo y en ese entonces estudiante de Psicología también en la Ulima. Diego venía de La Inmaculada y, en poco tiempo, llegó a la misma situación de su primo: no tenía tanto tiempo para tantos alumnos y decidió derivarlos con otros profesores. Entonces se les ocurrió la idea de crear un equipo de profesores y de consolidar esto como un negocio de clases particulares, con una metodología especial. Así nació la academia MYC Private Home Tutoring.
¿Qué características tienen las clases particulares que ustedes brindan?
Renzo: Tienen un valor agregado desde el punto de vista psicológico, ya que llevamos a cabo un acompañamiento no solo académico, sino también psicoeducativo. A cada alumno le asignamos un tutor y damos las clases a domicilio. También se les asigna un psicólogo y vinculamos a los padres en el proceso. Buscamos que el alumno incremente su autoconocimiento en técnicas y hábitos de estudio y que se defina un objetivo con la familia.
¿Cómo encaran los diferentes modos de aprendizaje de las personas?
Diego: Los chicos necesitan saber que tienen ciertas habilidades; no quiere decir que sean mejores o peores que otros, simplemente tienen un perfil, y algunos aprenden mejor sentados frente a un escritorio, mientras que otros caminando o de alguna otra manera. Eso es lo que debemos descubrir para potenciar aspectos que están bajos y mantener aquello en lo que puntúan bastante alto. Finalmente, lo que queremos es que el alumno potencie sus habilidades y ya no necesite un profesor en casa.
¿En qué año se encuentra la mayor parte de sus alumnos?
Renzo: Sobre todo, alumnos de tercero y cuarto de secundaria del Markham, Cambridge y Newton, que tienen como objetivo principal las examinaciones internacionales de fin de año, que son muy rigurosas. Dicto diferentes cursos, no matemáticas. Desde que empecé, mi trabajo ha sido el de un tutor, me he preocupado siempre por brindar soluciones y ayudar a resolver cualquier tipo de examen.
¿Cómo es la metodología de enseñanza que emplean?
Renzo: En los años de experiencia que he tenido dictando clases particulares logré determinar un componente fundamental, que se basa en la generación de una buena empatía y camaradería, casi complicidad.
Diego: Los tutores que elegimos son estudiantes universitarios, excelentes profesores. A ellos los capacitamos en cuanto a la metodología y los dirigimos respecto a cómo deben ser las clases.
Renzo: Tratamos de que el alumno no vea al tutor como un profesor, sino como un amigo, que les ayuda a trabajar, y que sientan en todo momento que es divertido estar con él. Así conseguimos reducir al mínimo el índice de cancelación de clases o de postergación.
¿Qué hacen cuando encuentran un alumno que no tiene motivación para estudiar y tiene malas notas?
Renzo: Un bajo rendimiento del alumno tiene repercusión en su autoestima, pero es algo que se corrige en un tiempo. Pasa con mucha frecuencia que el alumno se esfuerza y dedica tiempo para prepararse para los exámenes, pero los resultados de los exámenes son mucho más bajos de lo esperado, no reflejan su esfuerzo. En ese caso, nos corresponde investigar qué sucede. Sin duda, el chico es inteligente, pero puede que le falte planificación, orden, o que no haya encontrado un método correcto para estudiar. Eso se puede revertir.
Diego: Es común que nos llamen para dar clases cuando el estudiante ya tiene un problema. Pero en ocasiones no conviene esperar que a uno le vaya mal, pueden prepararse para que les vaya bien. Por otro lado, una vez nos tocó una chica que tenía todos los conocimientos y le iba muy bien en los simulacros de exámenes que hacíamos, pero al momento de enfrentarse al examen real sus niveles de ansiedad se elevaban y bloqueaban sus ideas. En ese caso se identificó el problema y se coordinó con la psicóloga de nuestro equipo, quien le dio unos consejos.
¿Los padres comprenden que una nivelación toma tiempo?
Diego: Algunos padres quieren ver resultados inmediatos, pero si el hijo está muy atrasado, primero hay que nivelarlo y luego revisar los contenidos que están tratando en su salón. Así que conversamos con ellos y les explicamos la situación. Queremos que los padres formen parte del proceso de aprendizaje de sus hijos y les pedimos que no los presionen.
¿Cómo se distribuyen el trabajo en MYC?
Diego: Yo me encargo de hacer la selección de los tutores, y Renzo, de la capacitación, a través de la metodología que ha desarrollado. Renzo también da clases.