Olenka Giampietri Kisic es una destacada Relationship Manager del BBVA Suiza, donde se especializa en inversiones y gestión patrimonial para clientes peruanos de alto patrimonio. Su día a día consiste en asesorarlos en la toma de decisiones de inversión para alcanzar sus objetivos financieros.
Su enfoque integral abarca desde la protección patrimonial hasta la estructuración de soluciones de inversión y la gestión de emociones en momentos de volatilidad del mercado. Ella siguió la Carrera de Economía en la Universidad de Lima.
¿De qué manera asesoras a tus clientes en relación a sus inversiones y manejo patrimonial?
Mi labor implica conocer al cliente y ayudarlo a cumplir sus objetivos patrimoniales a corto, mediano y largo plazo. El objetivo es colaborar con los clientes en el logro de sus objetivos y generar un impacto positivo en sus vidas.
¿Cuáles son los mayores retos que enfrentas en este rol?
Se presentan muchísimos retos todos los días. Como cada cliente es distinto, el desafío es diseñar el portafolio o la solución perfecta. Conozco los nombres, los apellidos y hasta los teléfonos de todos mis clientes, que son unos 110 en total. Pero el mayor desafío es que somos seres emocionales y las inversiones requieren paciencia, templanza y visión de largo plazo. A veces, este aspecto puede ser complicado para algunos clientes, que son más emocionales. En esos casos, mi objetivo es darles tranquilidad, serenidad y la información necesaria para que puedan tomar decisiones informadas y con la cabeza fría.
¿Cómo manejas las situaciones de crisis o tensión en el mercado con tus clientes?
Muchos se ponen nerviosos durante las crisis financieras, las guerras, las elecciones o situaciones similares. Nosotros actuamos como guías, les explicamos qué ocurre y tratamos de calmar esas emociones para que tomen buenas decisiones. Curiosamente, en los momentos de pánico en el mercado es cuando surgen las mayores oportunidades de inversión. Sin embargo, el cliente puede asustarse y vender en lugar de comprar.
Algunos estarán dispuestos a asumir inversiones más arriesgadas que otros. ¿Cómo evalúas esto para hacer una propuesta?
En primera instancia, cuando abrimos una cuenta, le planteamos una serie de preguntas a la persona, con la finalidad de identificar su perfil de inversión: puede ser muy conservador, conservador, moderado, agresivo o muy agresivo. Con base en esto, les proponemos un portafolio de inversión. Diría que los peruanos, en general, son conservadores o moderados. Como banqueros, nuestra tarea consiste también en educar a los clientes. Si tienen poco conocimiento, les ayudamos a conocer los diferentes tipos de activos existentes en el mercado. Por ejemplo, los clientes peruanos suelen saber mucho de depósitos y fondos, pero quizá no tanto de acciones o bonos. Por otro lado, el miedo o haber tenido una mala experiencia puede desanimarlos de invertir en ciertos activos, que podrían ser excelentes oportunidades. Además, es importante que entiendan que la rentabilidad viene acompañada de riesgo, que hay una relación directa entre estos indicadores.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Hice prácticas en el BCP, en el área de Mercados y Estudios Económicos. Luego, pasé a trabajar en Credibolsa, hoy Credicorp Capital Bolsa. Ahí hacía operaciones de trading para clientes institucionales. Después de un tiempo, trabajé con clientes naturales y me di cuenta de que eso me gustaba. Con los clientes institucionales tú solo ejecutas las instrucciones que te dan, pero a las personas naturales les enseñas, les explicas y les propones inversiones. Tengo una vena educadora, así que me encanta trabajar con clientes. En esa época estuve en Renta Variable, específicamente con el tema de acciones. Iba con el banquero privado del BCP a visitar a los clientes y les hablaba sobre eso.
¿Cómo llegaste a trabajar en BBVA?
Me llamaron de BBVA para trabajar en su casa de bolsa. Decidí aceptar y regresar al área institucional, porque siempre he querido trabajar en el extranjero, y el BBVA es un banco global. En BBVA Bolsa manejaba tanto clientes institucionales como retail. Después de cuatro años y medio, decidí hacer una maestría en Banca y Finanzas en la Universidad de Utrecht, en Holanda. Antes de terminarla, me llamaron del BBVA Perú para que regrese como banquera. Estuve tres años en esa posición, y luego BBVA Suiza me contactó para unirme a su equipo de banqueros y atender a clientes peruanos.
¿Cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado a lo largo de tu carrera?
Todos los días me enfrento a retos. Pero si tuviera que elegir uno, diría que fue cuando tenía 26 años y me dieron la responsabilidad de asesorar a clientes de alto patrimonio, un desafío que no muchos lograrían a esa edad. Con esta experiencia me di cuenta de que la edad es un número y que, con profesionalismo, actitud y curiosidad, se puede lograr lo que uno quiere. Fue un desafío que me preparó para asumir el liderazgo y marcar la diferencia en un ámbito tan exigente como el de la gestión patrimonial.
Igualmente, pasé por un gran reto cuando estaba en BBVA Bolsa. Al principio, solo manejaba clientes institucionales, pero hablé con mi jefe y le propuse una idea. En ese momento, la Bolsa de Valores de Lima estaba lanzando ETF y nuevas acciones, así que le dije que, dado que ya había trabajado con clientes retail en el BCP, podría desarrollar ese negocio en el BBVA. También le propuse educar a los banqueros de BBVA Suiza sobre acciones y los nuevos ETF.
¿Cómo respondió tu jefe a esa propuesta?
Estuvo de acuerdo, y el resultado fue un éxito total. En un momento, yo generaba el 35 % de todos los ingresos de BBVA Bolsa. Desarrollé un sistema de alertas en Excel, con el que los clientes me decían cuánto estaban dispuestos a perder; por ejemplo, un 10 %. Cuando las acciones bajaban o subían, los contactaba y decidíamos qué hacer. La idea era vender el 50 % si la acción había subido mucho, así tendrían el otro 50 % en efectivo para reinvertir; y si subía nuevamente, al menos estarían dentro de la acción y de la subida.
¿Cómo te fue con este sistema?
Me fue excelente, y los clientes estaban muy contentos. Actualmente, percibo que la gente está más dispuesta a invertir en bolsa. Se ha perdido un poco el temor, y he notado mucha más curiosidad por parte de los clientes sobre los ETF y las acciones. En cuanto al peruano, generalmente es conservador y moderado, suele tener depósitos a plazo, bonos y fondos de depósitos o de bonos; no suele entrar mucho en el mercado de acciones. Sin embargo, ha demostrado un creciente interés hacia el mercado de valores. También hay temas como los criptoactivos, que han generado un apetito por conocer y unirse a esta ola de rentabilidad. En BBVA Suiza tenemos custodia de criptoactivos, como Bitcoin y Ethereum. Varios de mis clientes tienen ese tipo de activos. Son usuarios sofisticados, no necesariamente jóvenes, pero cada vez más interesados en este tipo de inversión.
¿Se aconseja invertir en criptomonedas?
No se podría aconsejar de manera general, porque es un activo relativamente joven. Bitcoin tiene unos 14 años y Ethereum es incluso más reciente. Pero, definitivamente, los criptopactivos han venido para quedarse y están revolucionando la manera en que hacemos las cosas. Lo bueno de los criptoactivos, por ejemplo, del Bitcoin, es que no son afectados por la inflación. En cambio, el dólar u otros activos sí lo son. Además, el Bitcoin tiene una oferta limitada, como el oro, y es cada vez más aceptado.
¿Es un activo adecuado para todos?
Es un activo muy volátil y no es recomendable para todos, especialmente no para aquellos que no toleran pérdidas o son adversos al riesgo. Sin embargo, creo que tener un 1 % o 2 % de tu portafolio en criptoactivos puede ser beneficioso. Si por alguna razón cae, solo representaría una pequeña parte, y si sube, puede generar una rentabilidad interesante en el conjunto del portafolio. Este es un activo que muchas personas todavía no comprenden, pero tiene una tecnología excelente detrás.
Además, este año se aprobaron doce nuevos ETF relacionados con Bitcoin, y ahora comienzan a probar sobre Ethereum. Esto no solo permite que cualquier persona interesada en comprar Bitcoin lo haga, sino que también abre la puerta a inversiones por parte de clientes institucionales. Así se incrementa el volumen y la demanda, y se reduce la volatilidad, porque las compañías no compran para vender al día siguiente por su visión más estructural.
¿Qué fortalezas profesionales has desarrollado a lo largo de tu carrera?
Creo que una de mis fortalezas es la flexibilidad. Es importante adaptarse a los distintos entornos. También creo que el manejo del estrés es fundamental. Durante mi carrera, he enfrentado mucho estrés, porque este mundo de las inversiones puede ser muy volátil. Sin embargo, hay dos maneras de verlo: como un tema muy estresante o como uno muy interesante. Yo he elegido la segunda. De todas esas experiencias, incluso de las no tan negativas y las crisis en el mercado, se aprende mucho.
Por ejemplo, ¿qué has aprendido?
Ha habido momentos en el que los clientes me han llamado para decirme: "Olenka, vende todo". Recuerdo mucho el caso de un nuevo presidente en el Perú que generó que la bolsa se cierre al día siguiente de su elección, porque se caía en picada. Había mucho miedo. Pero hubo quienes aprovecharon ese momento para comprar y, finalmente, generaron mucha rentabilidad. Son estos momentos en los que uno aprecia el verdadero perfil de los inversores.
Cambiando de tema hacia asuntos más personales, ¿qué haces en tus tiempos libres?
Tengo una página de Instagram que se llama Finance for Everybody. La creé porque, cuando estaba dentro de la bolsa, estaba mucho más en contacto con las noticias, y me gusta estar actualizada y compartir conocimientos sobre el mundo de las inversiones, con la idea de ayudar a otros a entender mejor estos temas. Por otro lado, en mis tiempos libres me gusta leer y hacer hiking. Aquí en Suiza hay bosques espectaculares, y a mí me gusta estar en contacto con la naturaleza, me relaja salir con mi familia y mis amigos.
¿Cómo te fue en la Universidad de Lima?
Amé mi Universidad. Era chica cuando escuchaba a mi hermano y a mi papá hablar maravillas de la Universidad de Lima, pues ambos estudiaron ahí Economía. Yo también pasé una linda época en la Ulima, tuve grandes profesores. El nivel de la Universidad es muy bueno y me encantaron los talleres de Mercado de Capitales. Ahí comenzó mi amor por la bolsa. Además, hice grandes amigos. Me encantó estudiar en la Ulima y la recomiendo a todos.