Ulima lanza proyecto de cursos virtuales

Acorde con los principios de su modelo educativo, la Universidad de Lima ha implementado este verano el Proyecto Institucional de Cursos Virtuales en Pregrado. Se trata de cuatro asignaturas que nuestros estudiantes de Ingeniería de Sistemas e Ingeniería Industrial pueden llevar a distancia. Nadia Rodríguez, directora de la Carrera de Ingeniería de Sistemas y vocera del proyecto, nos informó sobre sus objetivos y alcances.

¿En qué consiste el Proyecto Institucional de Cursos Virtuales en Pregrado?
Se trata de un piloto de virtualización para pregrado. En este caso hemos empezado con asignaturas de Ingeniería de Sistemas y de Ingeniería Industrial.

¿Por qué se eligió a estas carreras?
Se escogieron cursos de Sistemas porque, por la misma naturaleza de la Carrera, los profesores ya cuentan con competencias para manejar este tipo de herramientas. Lo mismo en Ingeniería Industrial, donde se identificó a dos docentes que ya tenían experiencia impartiendo cursos en este tipo de formato.

¿Quiénes son los docentes?
Los profesores Hernán Quintana y Carlos Torres, de Ingeniería de Sistemas, y Juan Carlos Seminario y Guillermo Davies, de Ingeniería Industrial.

¿Con qué cursos ha empezado el proyecto?
En estos momentos son cuatro asignaturas: Programación Web y Fundamentos de Electricidad y Electrónica, en Sistemas; y Marketing Estratégico y Taller de Mejora de Procesos, en el caso de Industrial. Actualmente participan alrededor de 100 alumnos. Se están haciendo controles parciales para saber qué tan beneficiosa es la experiencia.

¿Qué herramienta utilizan para impartir estas clases?
Se utiliza el sistema de gestión de aprendizaje Blackboard que tenemos en la Universidad. Al virtualizar las asignaturas, estamos dando un paso más en el aprovechamiento de esta gran herramienta. Nuestros alumnos ya estaban familiarizados con sus opciones básicas. La versión que permite la virtualización de las clases se llama Blackboard Collaborate. Los alumnos se adaptan muy rápido. Saben que son parte de un proyecto piloto y están muy prestos a colaborar con su Casa de Estudios.

¿Por qué se optó por incluir clases virtuales?
El paso a la virtualización es una megatendencia mundial que no es de ahora, se empezó a incursionar en ese formato a fines de los noventa. Los beneficios son amplios, por ejemplo, la flexibilidad para los alumnos: hay muchos alumnos que por trabajo no pueden llegar a una clase presencial y podrían tomar estos cursos desde sus centros laborales o desde sus casas. El formato es sincrónico, es decir, se dicta en simultáneo: el profesor está conectado y está brindándoles clases en vivo a los alumnos.

¿Se trata íntegramente de un modelo virtual?
No, estamos combinando la modalidad presencial con algunas sesiones virtuales. Así, se cumple con el objetivo de mantener la calidad de acuerdo con nuestro modelo educativo. La calidad en la educación de la Universidad no va a estar en duda en ningún momento al dar este paso, por el contrario, va a afianzarse.

¿Qué otros beneficios reciben los alumnos?
Estas sesiones virtuales tienen la opción de grabarse. Quedan almacenadas para que el alumno las pueda consultar posteriormente y pueda revisar algunos tópicos. Lo que estamos haciendo es aprovechar las ventajas de ambas modalidades para que la experiencia del estudiante sea la mejor, y también la del docente. Otro de los beneficios es que se promueve mucho la autodisciplina, la autogestión y la automotivación de los alumnos porque, al estar en un formato virtual donde el facilitador no te está viendo si estás prestando atención o no, el estudiante tiene que desarrollar ese compromiso con la enseñanza y el aprendizaje. Adicionalmente, tanto alumnos como docentes aprenden a emplear estas herramientas de colaboración digitales que les suman y les ayudan para insertarse en el mercado laboral, que hoy es mucho más tecnológico.

¿De qué manera este paso ayuda a la internacionalización de la Universidad?
Ayuda muchísimo: nos pone en sintonía con una megatendencia global. Las principales universidades del mundo tienen modelos de virtualización también. Amplía el alcance que tiene la Universidad a otros alumnos y elimina las fronteras para aquellos estudiantes de provincias cercanas que podrían venir a tomar solo algunas clases presenciales aquí y otras de manera virtual.

Sobre esa base, ¿se ha pensado en que las clases presenciales sean los fines de semana?
Sí, justamente es parte del diseño. Se ha pensado muy bien para ver de qué manera beneficiar al estudiante, por ejemplo, haciendo coincidir las clases presenciales con los fines de semana, para que su logística individual sea más eficiente.

¿Desde cuándo se venía barajando la inclusión de este modelo de enseñanza en la Universidad?
El modelo educativo de la Universidad contempla el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, y su implementación en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Hacia el año 2015 se adquirió una plataforma educativa importante y en este momento estamos aprovechándola mejor. Tenemos todos los recursos como universidad, así que por qué no utilizarlos en la innovación del proceso de enseñanza y aprendizaje.

¿En qué nivel se encuentra el proyecto?
Nos encontramos en un primer piloto. Dependiendo de los resultados, de hacer algunos ajustes, la proyección es hacer otro piloto con más asignaturas, imagino que todo este año, porque estamos hablando de 12 carreras. Cada carrera, cada asignatura, tiene ciertas características particulares. Así es que vamos a ir poco a poco ampliando. Ya tenemos proyectado ampliar el piloto a otras carreras a lo largo de este año. Podrían sumarse algunas asignaturas de Estudios Generales. Las autoridades proyectan que en un futuro se adicionará un modelo virtual a nuestro formato presencial en un 20 o 25 por ciento.