En plena pandemia, a Juan José Aguilar y sus socios se les ocurrió brindar el servicio de gestionar la logística de las empresas que ofrecen sus productos a través del comercio eléctrico, y así nació The Hub. Desde enero hasta ahora han reunido a 25 clientes, a quienes ayudan a enfocarse en la esencia de sus negocios y crecer. Juan José estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Lima. Asegura que esta carrera le dio herramientas para pensar estratégicamente, usando tecnología.
¿Podrías explicar cómo funciona exactamente el servicio que das con tu empresa?
The Hub es una empresa que hace fulfillment, nos encargamos de las órdenes de los clientes que tienen canales digitales y venden a través de un e-commerce. Centralizamos todos sus canales digitales en una plataforma para gestionar las órdenes, almacenamos sus productos, hacemos picking y packing, realizamos los envíos y la logística inversa. Esto les permite a las empresas ahorrar costos, tiempo y, sobre todo, concentrarse en crecer.
¿Qué problema percibiste que te dio la idea de crear este negocio?
Esta idea surgió porque, al iniciarse la pandemia, realizamos varias asesorías a algunas empresas con canales digitales y nos dimos cuenta de que uno de los grandes problemas era la gestión de órdenes. Además, había una gran necesidad de mejorar los procesos logísticos, no solo de envíos, sino los internos: de almacenamiento, de gestión de órdenes, de compra a proveedores, de inventarios. Casi nadie tenía el inventario correcto ni sabía cuánto había por vender, procesaban las órdenes y se equivocaban, enviaban otras tallas u otros productos. Todo esto es natural, porque al no contar con un sistema, con una tecnología específica, manejar inventarios puede ser bastante complicado. Por eso se nos ocurrió que, en vez de asesorar a las empresas globalmente sobre su negocio, era mejor ayudarles a gestionar la parte donde tienen más problemas, donde gastan más dinero o tienen más dificultades.
¿Esa gestión incluye programación de un sistema?
Sí, tenemos una plataforma. Ahora hay muchos canales por los cuales vender: páginas web, marketplace, redes. Esto obliga a los comerciantes a partir sus inventarios. Por ejemplo, cinco polos en la web, cinco en redes y cinco en el marketplace. Pero puede ser que en la web se acabe el stock y quien esté interesado en ese producto ya no lo solicite. Nosotros hacemos integraciones. Nos integramos con todos sus canales digitales o con la mayoría, y, cada vez que se genera una orden en algún lugar, The Hub centraliza esas órdenes, jala las órdenes de todos lados y devuelve a todos sus canales el inventario en tiempo real. Esto hace que la empresa esté más sincronizada con lo que pasa físicamente en sus almacenes. Nuestro sistema da soporte tecnológico, permite que todo esto sea automatizado.
¿Qué beneficio implica esto, en términos de dinero y tiempo, para las empresas?
PwC hizo un estudio en Latinoamérica y demostró que los e-commerce, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas, pueden gastar hasta el 70 % de su presupuesto solamente en fulfillment. Nosotros podemos reducir esa cifra hasta 40 %. Por otro lado, en los primeros tres meses de estadía de un cliente en The Hub, crece alrededor de 20 %. Esto por dos cosas importantes: la primera es que mejora la experiencia en su tienda, personalizamos sus órdenes y así el comprador siente que la marca le habla a él; en segundo lugar, porque, al ocuparnos de este tema, las marcas pueden devolver ese tiempo y esa inversión en estrategias comerciales, y así ponen el foco en crecer y se sienten respaldadas por The Hub en el sentido de que no tienen límite de crecimiento. Pueden lanzarse a crecer, sabiendo que atrás está The Hub para soportar la operación y su crecimiento.
¿Cuántos clientes tienes y qué tipo de empresas son?
Operamos desde enero de este año y tenemos 25 clientes. Los principales son pequeñas y medianas empresas. Estas aprovechan internet para mostrarse y vender más. De hecho, el 80 % de sus ventas se basa en la internet. Nosotros nos enfocamos en ellos y en que aprovechen la infraestructura y la tecnología de una empresa grande.
¿Has tenido otros emprendimientos?
Sí, desde que salí de la Universidad comencé a emprender. Primero tuve un negocio de flota y luego una empresa de fabricación digital, con la que dictamos muchos cursos y ayudamos a armar fab labs en universidades. Luego creé una empresa llamada Global Intel Perú, que era básicamente de sensores, analizábamos data a través de los sensores para determinar el comportamiento de maquinarias. Tuvimos un producto que era para taxis que estaban financiados mediante un crédito vehicular. Intentamos comprender el comportamiento de pago, de manejo y cuidado de los vehículos. Vendimos la empresa a una financiera de capitales extranjeros que adquirió el 50 %, entonces pasé a formar parte de esa compañía, que era un grupo ecuatoriano. Fue ahí que me encontré con el mundo corporativo. Pertenecía al comité de gerentes del grupo y comencé a tener opinión sobre ciertas cosas, sobre todo de tecnología y negocios, y me convertí en gerente de Valor Agregado. Tenía a mi cargo el desarrollo de negocios, un laboratorio de innovación donde básicamente gestionábamos o incubábamos y acelerábamos nuevos productos. Algo muy parecido a acelerar compañías. Acelerábamos nuevos productos que luego terminaban siendo compañías. Tuve a mi cargo alrededor de cien personas. Fue una experiencia muy buena. Yo siempre me he sentido una persona innovadora, tecnológica y apasionada por estos dos mundos, que, cuando se encuentran, son lindos. Pero nunca había tenido un presupuesto para llevar a cabo ideas, así que aquí pude volar y realizar ideas interesantes y aplicar tecnologías.
¿Luego para qué te fuiste?
Salí porque vendí todas las acciones de mi empresa para hacer algo nuevo. Pero justo vino la pandemia. Ahí fue que empezamos a hablar con empresas asesoras de comercio electrónico y, en el 2021, hicimos The Hub.
¿Han participado en concursos de emprendimiento?
Sí, hemos participado en algunos concursos. Ganamos el Startup Perú y accesos a aceleradoras. Ahora estamos en Brazil Venture Capital, que es un fondo de inversión.
¿Cómo les va en términos del negocio?
La empresa está teniendo un muy buen feedback del mercado. Desde enero, estamos creciendo alrededor de un 25 % mensual.
¿Tienes algún pasatiempo?
Soy papá de una niña hermosa y me gusta pasar tiempo con ella. Además, toco batería en una banda de punk llamada Bilis. Siempre he hecho música. Cuando era más joven grababa discos. Recientemente, nos hemos juntado con unos amigos para retomar los proyectos musicales y estamos ensayando. Esto, para mí, es una descarga de estrés espectacular y es de los mejores momentos de mi semana.
¿Cómo te fue en la Universidad de Lima?
Muy bien, la Universidad me dio otro foco. Yo elegí estudiar Ingeniería de Sistemas siendo muy joven y, de hecho, esperaba algo distinto de la carrera. Pero la Universidad de Lima me dio algo que creo que no hubiera encontrado en ningún otro lugar: un enfoque mucho más estratégico, más gerencial. Eso me sirvió no solo para mis proyectos tecnológicos y participar en distintos negocios financieros, de transporte, de logística, de fabricación digital. Recuerdo que, al llegar a una de las primeras clases de la carrera, uno de los profesores dijo: “En la de Lima vamos a formar gerentes”. Eso se me quedó grabado y descubrí, a lo largo de la carrera, que era cierto. No me formaron para programar, me formaron para pensar estratégicamente, usando tecnología. Ese perfil profesional es el que me ha abierto las puertas en todo sentido.