Con la intención de promover el conocimiento de la historia peruana de manera divertida, Eduardo Rosario Palacios creó el juego de mesa Hicieron Perú. Plantea preguntas en ciento cuarenta cartas, acerca de cuatro héroes de nuestra patria: Francisco Bolognesi, Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres y Alfonso Ugarte.
Eduardo estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Lima. Actualmente está desarrollando otros juegos y preparando estrategias para llegar a públicos masivos.
¿Cómo surgió la idea de crear el juego de mesa Hicieron Perú y con quién lo desarrollaste?
Tuve la idea desde niño, cuando jugaba con muñecos de las series y veía los dibujos más importantes de los ochenta. Siempre me preguntaba por qué no jugaba con muñecos de los héroes de mi país. Por otra parte, si bien desarrollé la idea solo, he recibido el apoyo de mi hermano en la distribución y venta del producto, entre otros asuntos importantes. Muchas personas piensan que crear o innovar es muy complejo, pero sucede que nunca se han dado la oportunidad de intentarlo.
¿De qué trata el juego?
Es un juego de mesa educativo, lúdico, con figuras de colección, y que fomenta la comunicación, los valores, la identidad nacional, la socialización, la unión familiar y la enseñanza de la historia del Perú. Plantea una trivia de preguntas y respuestas en ciento cuarenta cartas de cuatro héroes de nuestra patria: Francisco Bolognesi, Miguel Grau, Andrés Avelino Cáceres y Alfonso Ugarte. Se juega con un tablero, cartas, fichas y la figura de un héroe. El juego de mesa está alineado con el Currículo Nacional del Ministerio de Educación, según el cual los niños podrán desarrollar capacidades, desempeños, enfoques transversales y competencias, que son ítems pedagógicos imprescindibles en el desarrollo educativo de todo niño. Los jugadores pueden conocer el otro lado de la vida de nuestros héroes, esa vida que no nos contaron en los libros del colegio, y ver, antes que al héroe, al ser humano con errores, virtudes y defectos, y cómo, finalmente, se convirtió en héroe. Trabajé con dos historiadores en las diferentes etapas del juego y este fue revisado por docentes en Historia.
¿Cuántos jugadores permite el juego y más o menos de qué edades?
Es para dos a cuatro jugadores y pueden jugar desde los ocho años de edad a más.
¿Por qué le denominas “plan lector”?
Mi objetivo es que tanto el juego como el plan lector sean utilizados en los colegios como parte del plan de estudios. Eso es algo que deseo plantearle al Ministerio de Educación. Por ahora lo que ofrecemos es un conjunto de lecturas para conocer más de los héroes, a manera de cuento. Además, el juego incluye material para pintar y colorear, crucigramas y dinámicas en donde se resaltan los valores y principios que el estudiante debe desarrollar y aprender.
¿Qué posibilidades le ves a este negocio?
En el 2017, el Perú tuvo el cuarto mayor crecimiento en el mercado de juegos de mesa en América Latina. Definitivamente, con la pandemia, el mercado se ha estancado porque las prioridades en las compras han cambiado y están actualmente en otros sectores por obvias razones. Pero existe un potencial bastante grande, tomando en cuenta que ahora las personas han aprendido a valorar más el tiempo en familia, y un juego de mesa, independientemente del tipo que sea, propiciará la diversión y unión familiar, algo que nunca pasará de moda.
¿Ya lo estás vendiendo?
Sí. En el 2019 lo probamos en el mercado, vendimos todo el stock, luego llegó la pandemia y cambió todo el panorama. Actualmente estamos creando nuevas estrategias para llegar de una manera masiva, tomando en cuenta las prioridades de compra, que han cambiado mucho en nuestros clientes. Además, estamos en un proceso de creación de otros tipos de juegos que esperamos salgan pronto al mercado.
¿Dónde venderás tu próxima producción?
Contamos con estrategias predefinidas luego de algunos estudios de mercado. Una de las primeras estrategias es atender el mercado educativo privado y público, y luego, de manera masiva, en las principales tiendas de juguetes y libros, como supermercados, librerías y tiendas por departamento.
¿Por qué decidiste emprender con juegos de mesa?
Los juegos de mesa representan parte de mi niñez y considero que son una herramienta pedagógica muy poderosa para formar en los niños valores que necesitamos con urgencia en la actualidad. Y hay otra razón no menos importante, y es que desde la creación de nuestra marca Histoys Perú, nos propusimos que nuestro juego de mesa Hicieron Perú llegue hasta los lugares más alejados de nuestro país, ahí donde internet y una computadora son un sueño. Nuestra misión es llevar educación y diversión a los más necesitados y sabemos que una de las formas más rápidas es con algo físico, no virtual.
¿Siempre has jugado juegos de mesa?
Desde niño siempre me gustaron los juegos de mesa; recuerdo mucho que en la época del terrorismo no se podía salir con tanta frecuencia y me pasaba muchas horas jugando con mis hermanos juegos que tienen la capacidad de desarrollar habilidades como la memoria, la concentración, la estrategia, etcétera.
¿Qué otros trabajos has tenido anteriormente y qué podrías comentar al respecto?
Ahora estoy dedicado cien por ciento a mis emprendimientos. Pero antes mi padre tenía una empresa de telefonía y nos enseñó que antes de sentarnos en un escritorio deberíamos ir a la calle a aprender a vender, así que fui vendedor de teléfonos públicos y, años más tarde, llegué a venderlos en la recordada Feria del Hogar. Por otro lado, trabajé en el Banco de Crédito por casi once años ocupando diferentes puestos.
¿Cómo te fue en tu época de estudiante en la Universidad de Lima?
Considero la época universitaria una de las mejores de mi vida, no solo por el conocimiento que adquirí y por la exigencia de la Carrera, sino también por los profesores, la infraestructura y las amistades que cultivé. Además de esto, tuve la oportunidad de practicar en la Universidad en Servicio Técnico (Sertec) y gracias a ello se me abrieron muchas puertas al buscar oportunidades laborales. Finalmente, la investigación que realicé para este emprendimiento pude efectuarla gracias a la Biblioteca Ulima, además de las consultas que realicé a diferentes docentes, entre otras cosas. Mi nexo con la Universidad va mucho más allá de las aulas y siempre le estaré eternamente agradecido.