Julio Ramón nunca deja de innovar, transformar, facilitar las cosas y buscar mejoras. Hace casi nueve años creó la empresa Perú Apps, la cual se posicionó rápidamente entre las tres compañías más importantes creadoras de aplicaciones para móviles en el Perú. Poco después, comenzó a brindar todo tipo de servicios de TI para grandes empresas. Este año, cambió de razón social y Perú Apps se convirtió en Moventi. Así ha logrado la internacionalización. Tiene un equipo de 90 personas y factura 9 millones de soles al año. Él estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Lima.
¿Cómo lograste ingresar con tu empresa al mercado estadounidense?
Eso fue entre enero y febrero de este año. Decidimos buscar tickets más altos en el extranjero. La pregunta era cómo hacerlo sin viajar, porque no tenía cómo renovar mi visa a Estados Unidos en ese entonces, ya que mi cita para este trámite era para mucho más adelante. Entonces le propuse al gerente comercial, Gonzalo Bermejo, que trabaja desde hace años conmigo, que viajara a Estados Unidos para crear la empresa como razón social y que abriera las cuentas bancarias. Para eso le di un porcentaje de participación de la empresa. Luego enviamos correos a empresas de tecnología de Estados Unidos, ofreciendo nuestros servicios de tercerización. No apuntamos al cliente final, sino a las agencias. Nosotros les ofrecíamos realizar el desarrollo más barato y de buena calidad.
¿A cuántas empresas mandaste ese correo y cuántas te respondieron?
Le pedí al gerente comercial que, junto con su equipo, ingresara a Google y pusiera: “Listas de agencias digitales”. Esto, en tres ciudades estadounidenses. Consiguieron un total de 250 agencias medianas y grandes, y les mandamos el correo a todas ellas. La mitad nunca respondió, muchas dijeron que no estaban interesadas, unas diez pidieron más información y cinco solicitaron una reunión. De esas cinco, conseguimos dos clientes. Una de las empresas tercerizaba el desarrollo de software con una empresa ubicada en India, pero era un poco complicado por la zona horaria. Cuando allá estaban de noche, en Estados Unidos era de día y viceversa. Este problema no lo tendrían con Lima y, además, les ofrecimos un costo efectivo. Actualmente, Estados Unidos terceriza muchos servicios en Latinoamérica. La guerra entre Rusia y Ucrania es un factor que ha provocado que miren más a esta región, donde se tercerizan servicios a un mejor precio y con buena calidad.
¿Qué tan complicado fue abrir la empresa en Estados Unidos?
Por recomendación de un amigo empresario, acudimos a un experto que ayuda con la creación de la razón social y brinda asesoría contable para realizar las declaraciones. Todo eso es más práctico en Estados Unidos que acá. Estamos tratando de trabajar más proyectos afuera; ahí, estos son más grandes y el ticket promedio que te pueden pagar es mucho mayor. Nuestra facturación en Estados Unidos representa más o menos el 15 % de nuestra facturación total, y eso que recién hace un año estamos allá. Quisiéramos incrementar ese porcentaje. Me gustaría que, en el 2025, el 70 % de nuestros proyectos fueran del extranjero.
¿Por qué a las empresas les conviene tercerizar los servicios que tú brindas?
Porque no es el core de su negocio. Y ahora la competencia está dura, porque los salarios en tecnología han subido mucho. Un desarrollador sénior que antes ganaba 4.000 o 5.000 soles en la planilla de una compañía, ahora tranquilamente puede pedir esa cifra, pero en dólares, porque muchas empresas de Estados Unidos contratan personal de Sudamérica. El gran filtro para conseguir esos trabajos es hablar inglés perfectamente, porque la compañía necesita comunicarse directamente con el desarrollador y la información debe fluir. El idioma marca la diferencia entre ganar 3.000 soles y 3.000 dólares.
¿Por qué cambiaste el nombre de Perú Apps a Moventi?
Llegado el momento, me pregunté cómo me presentaría en Estados Unidos. Perú Apps se escuchaba muy local y hace mucho tiempo que no solo hacemos aplicaciones. Sobre todo, ahora hacemos outsourcing de equipos de DTI. Colocamos programadores, desarrolladores, diseñadores y gente de toda la onda digital en otras compañías. Antes, un 70 % a 80 % de nuestro trabajo consistía en el desarrollo de aplicaciones, hoy ese porcentaje se ha reducido a 30 %, el resto lo dedicamos a la intermediación laboral u outsourcing. Claro, todo se trabaja virtualmente. Precisamente, a raíz de la pandemia nuestra forma de trabajar cambió.
¿Cómo te afectó la pandemia?
En los primeros tres meses de la pandemia hubo una inactividad absoluta, pero después vino una pequeña ola de requerimientos de varias empresas cuyos proyectos habíamos iniciado. Después se empezaron a disparar los encargos, en parte gracias al programa Reactiva Perú que lanzó el Gobierno. Nosotros lo aprovechamos, como muchas empresas, y eso nos abrió varias oportunidades, y logramos un crecimiento a finales del 2020, también en el 2021. Este año queríamos facturar 10 millones de soles, pero ya efectuamos las proyecciones y llegaremos a 9 millones de soles. Varios proyectos se han quedado en stand by, debido a la difícil coyuntura actual, pero lo hemos compensado con el ingreso de nuestra empresa en Estados Unidos.
¿Qué es lo que se viene para ti?
En el transcurso de los últimos dos años, hemos tenido dos ofertas concretas de adquisición de nuestra empresa. Esto por parte de una compañía en Estados Unidos y otra en el Reino Unido. En ambos casos hemos declinado, pero luego de pasar todo el proceso, porque yo quería saber cuánto valía Moventi. Hasta el momento, no hemos abierto ni 1 % de accionariado, pero podríamos hacerlo en el 2025. Para ello requerimos facturar 30 millones de soles al año y tener un equipo de 300 personas. Con ese objetivo, voy a abrir una ronda de capital, posiblemente el próximo año.
Finalmente, ¿cuánto valía tu empresa?
Para eso hay que sacar el famoso ebitda, que es la utilidad antes del impuesto, menos amortización. Prácticamente, es la rentabilidad de tu empresa. Nosotros andamos más o menos por el 10 % de rentabilidad al año. El año pasado cerramos con seis o siete millones de soles. El 10 % de eso son unos 700.000 soles. Quien quiere comprar tu empresa te ofrece un múltiplo entre 3 y 5 veces el ebitda de tu compañía, o sea 3 o 5 veces los 700.000 soles. Ese es más o menos el valor que me ofrecieron. ¿De qué depende que te ofrezcan esa cifra multiplicada por 5 o por 3? De varias cosas: si tienes tus procesos estandarizados, contratos a largo plazo con tus clientes, si tus balances financieros están de acuerdo con las normas que ellos piden, si tu marca está registrada, si todo está focalizado en un cliente o en varios, etcétera.
¿Cómo te sientes por haber hecho crecer tu empresa y dar trabajo a varias personas, sobre todo considerando que el inicio fue duro para ti, porque incluso rechazabas buenos puestos con tal de hacer realidad tu negocio?
Tengo un sinfín de emociones. Es gratificante por el hecho de ver cómo ha evolucionado la gente en la empresa… Muchos empezaron sin experiencia y, con el pasar de los años, han madurado y crecido profesionalmente. Por otro lado, no hay que olvidar que esto implica estrés y presión. Estoy buscando cerrar un ciclo. Cuando me buscaron para comprar la empresa, no estaba listo, pero calculo que, en dos años, podría emprender otro gran proyecto, en otro rubro tal vez. He visto la necesidad de hacer un cambio, me gustaría explorar otras cosas.
¿Cómo consideras que te preparó la Universidad de Lima?
Creo que el pensamiento del ingeniero, en general, se enfoca en pensar todo el tiempo en pasos y procesos. La Universidad de Lima nos prepara para eso y nos da tantos cursos de distintos temas, desde base de datos, formación financiera, de operaciones, de recursos humanos… que al final nos beneficiamos con una educación holística que nos permite desarrollarnos en cualquier rubro y en cualquier lugar. Me da mucho gusto decir que tengo seis gerentes en la empresa y cinco de ellos son de la Universidad de Lima, cuatro de ellos son compañeros de mi carrera, estudiamos juntos. Y ellos son quienes sostienen la empresa.