Por mucho tiempo, la fotografía fue considerada un elemento que adornaba el texto. En los últimos años, sin embargo, ha cobrado importancia en tanto medio de información y registro histórico.El libro El bosque ilustrado. Diccionario histórico de la fotografía amazónica peruana (1868-1950) es una muestra de lo anterior, un trabajo arduo y encomiable de investigación fotográfica realizado dentro y fuera del Perú a lo largo de diez años. Los autores de esta obra son Juan Carlos La Serna, historiador y docente de Estudios Generales de la Universidad de Lima, y Jean-Pierre Chaumeil, director de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), de Francia. A continuación, Juan Carlos La Serna comenta los pormenores de su trabajo y reflexiona acerca de las aproximadamente 12.000 fotografías que revisó.
¿Cómo surge la idea de producir El bosque ilustrado?
En los últimos años, en las ciencias sociales y sobre todo en la antropología, ha surgido un interés por la fotografía, que va más allá de la portada de un libro. Cuando conocí al antropólogo y productor francés Jean-Pierre Chaumeil, ambos teníamos un interés por la imagen y cómo esta sirve para construir imaginarios que terminan influyendo en la forma en que construimos el territorio. Ambos somos amazonistas, por eso nos abocamos a recopilar fotos de la Amazonía a partir de postales, revistas, colecciones públicas y privadas, libros, etcétera.
¿Cuántas fotografías han pasado por sus manos durante todo el proceso de investigación?
Son cerca de 12.000 imágenes que hemos revisado, muchas de coleccionistas privados que tuvieron la gentileza de escanearlas para ofrecérnoslas y así incluirlas en el diccionario. En total, el diccionario tiene 547 entradas que permiten hacer una exploración general de 100 años de la fotografía amazonista temprana en el Perú.
¿Cómo son las primeras fotografías registradas?
Las primeras fotografías fueron elaboradas por una comisión financiada por el gobierno peruano en 1868, en su esfuerzo por ejercer el dominio sobre su propio territorio. Estas imágenes registran el territorio amazónico peruano y a la población indígena. Abarcan a una población que era desconocida para el imaginario urbano y se esperaba que se “civilizara”. Era una época en la que los barcos a vapor exploraban nuevos territorios y en el Perú se esperaba lo mismo en los ríos, pero no se sabía cuáles eran navegables. Podemos encontrar fotos de exploradores, del río y de la población. También animales que llamaban mucho la atención.
Entre las más recientes, ¿cuáles destacan?
De las fotos más recientes, nos acercamos a fotógrafos muy conocidos, que han trabajado en el mundo serrano y costeño, pero que en algún momento miraron la selva. Están Martín Chambi, Juan Manuel Figueroa, Enrique Brüning, Eulogio Nishiyama, etcétera.
¿Con qué afán se han tomado estas fotos?
Básicamente, encontramos dos miradas. Por un lado, incidieron en el exotismo, el afán explorador y en decirle al mundo “yo lo vi primero”. Tenemos una gran cantidad de fotografías de peruanos, alemanes, polacos, franceses y británicos en esa línea. Por otro lado, está la mirada del Estado peruano, que lleva a cabo esfuerzos por incorporar a la población, a través de caminos, ferrocarriles, construcción de puentes, etcétera. Incluso hay artistas fotográficos contratados por empresarios caucheros. Julio César Arana fue uno de los más importantes caucheros, sobre él recayeron graves denuncias de explotación y esclavitud hacia la población indígena. Por eso contrató a un fotógrafo que más adelante se convirtió en su yerno, Silvino Santos, quien tomó fotos bellas.
Pero parcializadas.
Absolutamente. Arana usó la fotografía para defenderse de las denuncias y luego las hizo circular en diferentes espacios, mandó elaborar una película y la repartió a los medios de comunicación. Tuvo éxito en su objetivo.
¿Hubo una contraparte?
Sí, el diplomático Roger Casement, por ejemplo, investigó las atrocidades cometidas contra los indígenas y llegó a tomar algunas fotografías en que se veía algo de lo que él denunciaba. Pero no eran buenas imágenes. Otros fotógrafos importantes son Charles Kroehle y George Huebner, también exploradores de la Amazonía en la época del auge del caucho. En sus fotos no se ve al indígena como parte del paisaje, sino ya como un individuo. Estas fotografías serían la contraparte.
¿Han encontrado manipulaciones de las fotos?
Por supuesto, algunas fotografías de la población amazónica peruana han circulado como si se tratara de vietnamitas. Tal cantidad de material circuló que terminó siendo descontextualizado.
¿Qué otro tema importante de reflexión ha surgido a partir de la visualización de las imágenes?
Un tema interesante es la erotización de la mujer. La antropología europea y la americana vieron a los indígenas casi como objetos, sin erotismo en la mirada. Por eso las imágenes de mujeres desnudas circularon libremente y no generaban otro interés que la descripción de las características físicas, era parte de un ejercicio científico. A fines de los 50 ya se nota una erotización y la pose de cuerpo de la mujer evidencia esa erotización. Esto tiene que ver con el turismo y con esa idea de mujer ardiente que tenemos de la selva.
¿Hay fotografías referentes al deterioro del ecosistema?
El compromiso medioambiental nace en el Perú después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy nos impacta, pero hace 100 años no había una preocupación medioambiental. Antiguamente, inclusive, el Estado impulsaba métodos de extracción de minerales que hoy no se permiten. No había una intención de registrar la deforestación o contaminación.
¿El diccionario incluye sus reflexiones a partir de las imágenes?
No. Pero Jean-Pierre y yo hemos presentando ponencias y artículos donde hacemos una reflexión de todo esto y explicamos cómo fue el proceso de investigación.
¿Cómo se ha llevado a cabo el proceso de recopilación de información?
Hemos tenido un gran apoyo por parte de muchas instituciones, que nos han brindado material y nos han permitido reproducirlo. Tuvimos apoyo del Archivo Histórico de la Marina, de la Biblioteca Nacional del Perú, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Pontificia Universidad Católica del Perú y de coleccionistas privados. Todos han sido sumamente generosos. En Francia también nos apoyaron: la Biblioteca Nacional de Francia, donde está la Sociedad Geográfica de París. También hay gente de Alemania que ha colaborado, de Estados Unidos. Si no con material directo, nos han dado pistas para realizar la búsqueda y, sobre todo, nos han motivado a continuar la investigación.
¿Qué criterios emplearon para la selección de imágenes?
Seleccionar las fotos fue un enorme desafío. Queríamos que cada entrada tuviera una o dos fotografías. Las mejores tenían que ir a tamaño grande y en mejor calidad de papel. Ahí tuvimos algunos desencuentros Jean-Pierre y yo, porque yo soy historiador y mi entrada es más institucional, me interesa el rol del Estado en esta construcción del proyecto nacional, a partir del acercamiento a la población. Jean-Pierre es antropólogo, cuestiona esta entrada. Pero todo lo hemos discutido en muy buenos términos, por supuesto, como parte del trabajo.
¿Existen investigadores que hayan realizado trabajos parecidos al de ustedes?
Un diccionario similar es el de Boris Kossoy, que recopiló fotos de Brasil en general. En el Perú, Natalia Majluf y Eduardo Wuffarden publicaron uno editado por Telefónica. También Jorge Villacorta hizo un trabajo importante, una entrada a la fotografía.
¿Dónde darán alguna conferencia sobre este libro?
Bueno, el diccionario fue presentado en julio pasado, en la Feria del Libro, en Lima. En Iquitos también se ha presentado, la idea es que tenga repercusión en la selva. La semana pasada se presentó en Francia, en la Casa de América Latina, en París. Además, habrá un congreso de historia amazónica en Lima, al cual vendrán especialistas extranjeros franceses, colombianos y ecuatorianos. Ahí ofreceremos una presentación de este trabajo.
El bosque ilustrado. Diccionario histórico de la fotografía amazónica peruana (1868-1950) es coeditado por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) y el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). |