Pormenores de la literatura picaresca

Scott Infanger, profesor asociado de la Universidad del Norte de Alabama y especialista en lengua y literatura española y portuguesa, expuso el tema “La muerte, la risa y la creación del pícaro” en el Aula Magna A. La actividad fue coordinada por el Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima.

Infanger ofreció varias definiciones e interpretaciones tomadas de los resultados de una investigación centrada en cuatro obras emblemáticas del género: La vida del Buscón llamado don Pablos (escrita por Francisco de Quevedo), Moll Flanders (Daniel Defoe), Memorias de un sargento de milicias (Manuel de Almeida) y Lazarillo de Tormes (anónimo).

El expositor señaló que la novela picaresca surgió en el siglo XVI, una época en la que había reglas estrictas sobre la posición de las personas y no existían posibilidades para el ascenso social. Añadió que, en este contexto, una de las metas de los protagonistas era escaparse de su situación y alcanzar un nivel social de mayor prestigio. Infanger también indicó que las obras de la literatura picaresca comparten algunos criterios de relato:

“La narración transmite un sentido de confesión, ya que el narrador o la narradora enseña sus pecados al lector con la supuesta intención de proveerle una lección moral. Además, la narración es agradable por el humor y el absurdo de las situaciones. Recordemos que esta narración proviene de un personaje humilde y marginal, con poca educación formal”.

Asimismo, acotó:

“En estas obras se produce un cambio en los protagonistas. Al comienzo, ellos no quieren reírse y reconocer el humor de las situaciones en las que se encuentran. Pero después de sufrir y de rozar incluso la muerte, ellos tienen que aceptar el humor para escapar de la sociedad, entrar en el carnaval, renacer y ascender. En otras palabras, para aceptar el abuso de los demás, ellos se ríen de sus vivencias y se convierten en pícaros”.