Las múltiples facetas de Sebastián Salazar Bondy

En el Auditorio ZUM de la Universidad de Lima se realizó el Coloquio “Sebastián Salazar Bondy: Todo esto es mi país”, organizado por nuestro Programa de Estudios Generales dentro del marco de la Cátedra Vargas Llosa. Miembro de la Generación del 50, Salazar Bondy (Lima, 1924-Lima, 1965) fue poeta, crítico, narrador, periodista y dramaturgo. Su obra más célebre es el ensayo Lima la horrible (1964), en el que critica la idiosincrasia limeña de la mitad del siglo XX y los rasgos de una “arcadia colonial” excluyente y obsesionada con el pasado colonial en desmedro de otras etapas de la historia peruana, entre otras anotaciones punzantes. Cabe recordar que en el 2015 se cumplen los 50 años de la muerte de Salazar Bondy.

Durante la inauguración, Óscar Quezada, rector de la Universidad de Lima, afirmó:

“Sebastián nos demostró que cuando un hombre vive intensamente y se expresa con talento y honestidad, poniéndose en el lugar del otro, deja huella. Lo que vamos a hacer en estos días es rastrear la complejidad de esa huella y su polivalencia, releerla, reinterpretarla y analizarla”.

Quezada también rindió un homenaje al recientemente fallecido escritor peruano Carlos Calderón Fajardo (1946-2015), que destacó tanto en la novela como en el relato corto e iba a participar en el coloquio. El rector acotó: “Es un autor que sigue vivo en su obra, porque los autores mueren físicamente pero no semióticamente, en tanto sus obras continúan hablando, significando y dando sentido”.

Legados y pensamientos de Salazar Bondy

En el primer panel, titulado “Actualidad de Sebastián Salazar Bondy: voz desde la vigilia”, intervinieron Ricardo González-Vigil, crítico literario; Rodrigo Quijano, poeta, curador y gestor cultural; Marco Martos, escritor y miembro de la Academia Peruana de la Lengua; y Gustavo von Bischoffshausen, antropólogo, historiador y especialista en bibliotecología y ciencias de la información.

Quijano resaltó la faceta de crítico de arte de Salazar Bondy:

“Él fue un defensor de la figuración y no de la abstracción. Para Salazar Bondy, las imágenes —ese paradigma sensible y fundacional del arte— constituyen no solo el eje del recorrido de la humanidad que se inicia en las cuevas de las artes rupestres y que llega hasta hoy, sino que posee la particular virtud de mostrar o esconder esa cualidad histórica y simbólica que reconocemos como ideología. En este respecto, ‘Lima la horrible’, por ejemplo, es un excepcional ensayo editado y armado sobre la base de una denuncia a las imágenes de una ideología particular y oligárquica, y está escrito de una manera casi audiovisual, adelantándose así, de un modo profundamente creativo, a lo que hoy sería un documental muy personal”.

Por su parte, Martos remarcó la influencia de Bertolt Brecht —un autor que apostó por la atemporalidad de las obras teatrales para reflexionar sobre la realidad, entre otras premisas— en el quehacer teatral de Salazar Bondy, además de valorar su producción poética. Martos aseveró:

“La de Salazar Bondy es una poesía contemporánea, peruana y limeña. Un verso suyo menciona ‘el cielo sin cielo de mi ciudad’. En sus poemas también aparecen los afectos de los amigos, la mezcla de la costa con el cuerpo de una mujer o los sentimientos más íntimos. En su poema ‘Testamento ológrafo’, el poeta recuerda toda su vida, su afecto por su mujer y los momentos más intensos de su escritura”.

En el segundo panel, “La poesía de Sebastián Salazar Bondy: confidencias en voz alta”, expusieron los poetas Carmen Ollé, Carlos López Degregori y Paulo César Peña. Sobre los poemarios El tacto de la araña y Sombras como cosas sólidas de Salazar Bondy, Ollé sostuvo:

“En ‘El tacto de la araña’, el título ya nos prepara, mediante una metáfora delicada, para ingresar en el mundo interior del poeta a través de un tono personal y subjetivo. Ahí el poeta se mira en el espejo de la ciudad de Lima, en su desértico paisaje. En cambio, ‘Sombras como cosas sólidas’ destaca por su denuncia social, en la que se percibe la impronta del Vallejo de ‘Los heraldos negros’ y ‘España, aparta de mí este cáliz’”.

El docente de literatura Mario Granda, los arquitectos Wiley Ludeña y Manuel de Rivero, y el historiador Ricardo Portocarrero fueron los ponentes del tercer panel, titulado “Lima la horrible: la ciudad como utopía”. Ludeña hizo hincapié en la vigencia de la valoración que hizo Salazar Bondy de la sociedad limeña y de la ciudad de su época, y subrayó sus observaciones sobre la huachafería urbana y sus críticas al “lado perverso del capitalismo dependiente y su impacto en el mundo urbano”.

El cuarto panel, “La narrativa de Sebastián Salazar Bondy: mucha realidad por revelar”, contó con las participaciones de Antonio González, investigador y miembro de la Academia Peruana de la Lengua, y los escritores Roberto Reyes y Carlos Schwalb. Schwalb centró su discurso en el libro de cuentos Náufragos y sobrevivientes. Él comentó:

“En esta obra, Lima, además de escenario, es un protagonista más. Los personajes están atrapados en sus circunstancias y en este monstruo que es Lima, que los somete de mil maneras, ya sea a nivel económico, social o cultural. Como señala el mismo Salazar Bondy en el prefacio, los personajes no eligen sus destinos y no son dueños de sus actos; más bien, ellos son víctimas de las circunstancias, náufragos o sobrevivientes. Por eso, de algún modo, son personajes absurdos”.

En el quinto y último panel, “Homenaje a Sebastián Salazar Bondy: testamento ológrafo”, los ponentes fueron Juan Rivera, dramaturgo y director de teatro, y Ernesto Ráez, dramaturgo, actor e investigador del teatro. Rivera anotó que a Salazar Bondy siempre le costó hallarse en las expresiones artísticas experimentales o abstractas, y que él pretendía que el arte no se contentara con ser únicamente una diversión de salón, sino que tuviera un carácter de expresión personal y un sentido crítico y de conexión con la realidad.