Alejandro Susti, reconocido escritor y docente e investigador de la Universidad de Lima, ha publicado recientemente Aspavientos, una incursión en el género del microrrelato que evidencia la versatilidad de este autor, quien en este libro presenta, en la mayoría de relatos, a un individuo que mira el mundo con escepticismo. Las historias, divididas en tres volúmenes, ironizan sobre la confección del tejido social, desarrollan situaciones fantásticas y abordan con humor las relaciones de pareja. En esta conversación Susti profundiza sobre diversos aspectos de esta publicación.
Sus últimas publicaciones han estado más orientadas hacia la poesía y el ensayo. ¿Cuándo y cómo surgió la idea de empezar a escribir este libro y cuál fue su motivación principal?
En realidad, desde mi libro anterior, Staccatos (2014), he ido incorporando algunos elementos narrativos en mis textos. En ese caso, sin embargo, aún estaban subordinados a una mirada subjetiva y personal del mundo. Para este nuevo libro, decidí escribir relatos muy breves —microrrelatos en su mayoría—, lo cual implicaba adoptar otro tipo de estrategias de escritura: delinear personajes con precisión, narrar acontecimientos desde una voz situada dentro o fuera del relato, hacer un uso del lenguaje muy minucioso, incluir diversas voces en el texto, etcétera.
¿Qué desafíos creativos y temáticos particulares enfrenta al momento de escribir narrativa breve y cuál es su forma de afrontarlos?
Por su brevedad, en el microrrelato se intensifican los elementos propios de toda narración: el lenguaje adquiere un mayor protagonismo; la historia se reduce a sus mínimos componentes, pues no hay lugar a digresiones, historias secundarias, paralelas, como sucede en la novela; la intertextualidad —el diálogo con otros textos— también se hace más evidente. Un microrrelato es una pieza de relojería en la que cada elemento cumple una función previa y claramente establecida. Toda redundancia resulta inútil. En mi caso, además, decidí hacer uso de otros recursos del género, como la ironía, el humor, la intertextualidad y el absurdo.
El libro se divide en tres volúmenes que incluyen cincuenta textos en total; ¿cuál es la explicación de esta organización y cómo podría definir cada una de las partes que conforman este libro?
En el primer tomo de Aspavientos, ironizo sobre prácticas, costumbres e instituciones que forman parte de nuestro tejido social: la corrupción en la política, la tramitología burocrática, la hipocresía de ciertas clases sociales, el arribismo y otras más. El segundo tomo incluye textos fantásticos de temáticas basadas en películas de culto, obras literarias, eventos históricos, y también incluye textos líricos. El tercero está dedicado a las relaciones de pareja: se presentan desencuentros, separaciones, desengaños, tratados con humor y sarcasmo.
¿Cuáles son sus principales referentes al momento de escribir relatos cortos y cómo ha quedado plasmada esa influencia en sus relatos?
Aspavientos contiene pequeños homenajes a escritores fundamentales en el desarrollo de la narrativa breve latinoamericana: Macedonio Fernández, Virgilio Piñera, Juan José Arreola, Augusto Monterroso, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges e, incluso, el uruguayo Felisberto Hernández. A excepción de Cortázar, Borges o Monterroso, los demás son “escritores de culto” que se han mantenido lejos de las resonancias de la fama, pero cuya obra ha influido en otros autores latinoamericanos.
¿Cuál considera que es el hilo conductor de esta gran cantidad de relatos y cómo describiría su voz narrativa?
En principio, el sujeto que narra, en la mayoría de estos textos, es un individuo que ve descarnadamente el mundo que lo rodea; se trata de un sujeto sumamente escéptico, crítico, irónico, que ha dejado de creer en los rituales y los mitos de la sociedad y se dedica a revelar sus contradicciones y paradojas.
¿Podría explicar su proceso creativo? ¿Parte de un tema inicial, se deja llevar por una primera escena o postal?
He intentado escribir con la mayor libertad posible estos textos. Hay mucha experimentación en Aspavientos y eso es posible porque el microrrelato es un género que permite experimentar con diversos lenguajes, aproximaciones, ángulos, desde y con los cuales narrar una historia. Se trata de un género híbrido que incorpora elementos de los otros géneros literarios.
¿Por qué eligió el título Aspavientos?
Según el diccionario de la RAE, se trata de una palabra compuesta que connotativamente significa ‘demostración excesiva o afectada de espanto, admiración o sentimiento’. La palabra aspa, por otra parte, hace recordar a las hélices de los aviones o de los molinos y, en general, a todo tipo de instrumento cortante, lo cual se asocia con el carácter de los textos: no buscan agradar sino producir un impacto, una especie de corte en la mente del lector, que ponga de relieve algo grotesco, un absurdo, un sinsentido. En segundo lugar, si la tomamos en su sentido literal, la palabra alude a la conducta de ciertos individuos que buscan a toda costa ser reconocidos, tema también presente en el libro. Por último, es una palabra poco usual en títulos de libros.
¿Cuáles son sus próximos proyectos literarios? ¿Piensa continuar con los relatos breves o recurrir a otros géneros?
Actualmente tengo terminado un nuevo libro de poemas y estoy viendo con qué editorial nacional o extranjera publicarlo este año. Además, estoy trabajando en un libro de relatos.