La astrobiología es una disciplina científica que estudia el pasado, presente y futuro de la vida en el universo a partir de los aportes de distintas ciencias. En ese espíritu transdisciplinario, la Asociación Peruana de Astrobiología (Aspast) y la Red Peruana de Divulgadores Científicos escogieron nuestra Sala Ventana Indiscreta como sede del III Seminario de Astrobiología del Perú, realizado entre el 17 y el 18 de marzo.
El evento contó con el apoyo de la Universidad de Lima a través del Programa de Estudios Generales. Juan Carlos García, su director, aseguró que la astrobiología y el Programa de Estudios Generales no son tan disímiles, pues comparten el mismo ánimo interdisciplinario. En esa línea, el programa planteó exposiciones desde diversos frentes acerca de los múltiples temas abordados por la astrobiología, esto con el fin de acercar al público a esta disciplina a través de otras con las que tal vez estén más familiarizados.
Así, Jorge Bueno, presidente del Instituto de Astrobiología de Colombia y asociado a la NASA, vía videoconferencia, dio la primera ponencia: “Extremófilos, psicrófilos y halófilos: candidatos habitables en Marte”. En ella, mencionó el descubrimiento de agua líquida en Marte y cómo podría ser un indicio de que los microorganismos resistentes a condiciones extremas podrían estar habitando el planeta rojo. “El papel de la astrobotánica en la terraformación” fue la segunda exposición, a cargo de José Antonio Mamani, secretario general de la Aspast, en la que extendió a las plantas lo dicho por Bueno acerca de los microorganismos, pues existen algunas con un alto potencial de desarrollarse dentro de las estaciones espaciales para el consumo de los astronautas. Entre las candidatas más aptas está la quinua, que es conocida por desarrollarse muy rápido.
El encuentro continuó con la presentación de Víctor García-Belaunde, fundador y director ejecutivo de la Sociedad Secular y Humanista del Perú, titulada “Stephen Hawking y su postura en torno a la vida extraterrestre”, en la que difundió las opiniones del científico británico acerca de, por ejemplo, la peligrosidad de anunciarnos ante el universo y la universalidad de la teoría de la evolución. A continuación, el biotecnólogo César Orihuela habló acerca de los “Efectos de la microgravedad en los seres vivos” y abordó los cambios que padecen los seres vivos ante una gravedad con un valor de -6, experiencia conocida como el síndrome de adaptación espacial. Por último, “Agua y vida en nuestro universo cercano”, con la conducción de la física Carlota Pereyra, fue la ponencia que cerró el primer día. En ella se insistió en que la presencia de agua líquida es la mejor pista para creer que existe vida en algún lugar del universo; sin embargo, Pereyra mencionó que podrían existir formas de vida que usen diferentes recursos energéticos.
Rafael Reyes, primer astrónomo peruano con grado de doctor y presidente de la Sociedad Peruana para la Enseñanza de la Astronomía, empezó el segundo día con la ponencia “Planetas extrasolares: métodos de detección”, explicando cómo detectar planetas cuyo radio estelar no se puede determinar a través de métodos directos. Le siguió César Chacaltana, presidente de la Asociación Peruana de Paleontología, quien tituló a su exposición “Presencia de graptolitos, cornulítidos y otros raros invertebrados fósiles del Paleozoico en el territorio peruano”, en la que destacó que la cordillera de los Andes ha podido conservar mucha evidencia de vida pasada, lo que permite investigaciones macro y micro en ese sentido.
Por su parte, Julio Valdivia, investigador asociado a la NASA, presentó “La papa en Marte: del Perú para el Sistema Solar”, exposición que le sirvió para charlar acerca de su trabajo recreando ambientes análogos a Marte en los que puede crecer este tubérculo, trabajo que incluye simulaciones desarrolladas en La Joya, Arequipa. “La astrobiología desde un punto de vista transdisciplinar” fue la ponencia de Octavio Chon, director y cofundador de la Aspast, quien evidenció la relación de la astrobiología con campos como la sociología y la filosofía, involucradas en la discusión de las consecuencias sociales e implicaciones éticas del estudio de la vida en otros planetas. Por último, David Laván habló del dispositivo de simulación de microgravedad que diseñó, destacando que solo la ESA y la NASA poseen uno similar, en su exposición titulada “Diseño e implementación de un microscopio de fluorescencia en microgravedad”.
El evento culminó con el agradecimiento de la Aspast y de la Red Peruana de Divulgadores Científicos a la Universidad de Lima, que se mostró siempre dispuesta a apoyar en la organización de este seminario. Además, se sortearon los libros Un universo para curiosos y Arquitectura cósmica inka entre los asistentes. Pero lo más importante que se llevaron los presentes fue entender que la diversidad de aproximaciones científicas al estudio de la vida en otros planetas puede ser tan inmensa como el universo mismo.