Giovannie Escribens es un economista que fue reclutado para gestionar personas, para mejorar procesos y ubicar a cada colaborador ahí donde mejor puede desarrollarse y más puede aportar. Trabaja como gerente de Recursos Humanos en Gloria, es consultor y, como buen egresado de la Universidad de Lima, ejerce la docencia en la Escuela Universitaria de Negocios y en el MBA de su alma mater.
En las siguientes líneas, comenta su experiencia profesional y esa conexión que ha establecido entre la economía y los recursos humanos, que lo ha perfilado como un profesional con grandes ventajas competitivas.
Eres economista, ¿cómo llegaste al área de recursos humanos?
Llegué mientras trabajaba en temas financieros. Seguí un MBA y dos materias me gustaron mucho: marketing y recursos humanos. Pueden parecer temas muy diferentes, pero están asociados, porque el personal es cliente y en cada área hay un público diferente. Si aplicas políticas iguales para todos, no va a funcionar. El marketing te ayuda en este tema.
¿En dónde trabajabas mientras estudiabas el MBA?
Era jefe de Tesorería en la Sunat, pero comencé a aplicar las cosas que aprendía en la maestría, a automatizar los procesos, hacer que la gente se sintiera comprometida y organizar actividades comunes. Ese trabajo me llevó a que me propusieran ser gerente de Desarrollo de Personas, con la misión de tratar de que la Sunat se convirtiera en la primera institución del gobierno en tener las mejores prácticas de gestión de personas. Tuve que revisar el mercado para conocer las prácticas en instituciones del Estado y también en el sector privado, para adaptar lo que fuera necesario. Finalmente, logramos un modelo de competencias, creamos un mecanismo de evaluación de personas muy simple, llevamos a cabo un proceso masivo de selección de personal, con 5.000 postulantes para 400 puestos, entre otras cosas, que más tarde fueron motivo de consulta por parte de otras instituciones del Estado.
¿Cuál fue tu siguiente trabajo después de la Sunat?
Fui a República Dominicana para trabajar en la administración tributaria y, al volver a Lima, entré al BCP. Ahí estuve dos años muy buenos, ejecutando mejoras estructurales. De ahí pasé a la empresa Orica Mining Services, que vende servicios de estudios técnicos en minas de tajo abierto y explosivos. Entré como gerente de Recursos Humanos a crear la oficina desde cero. Construí los procesos desde los asientos contables. Comenzamos a controlar mejor las horas extras, vacaciones, a medir el desempeño para conseguir aumentos salariales o bonos, y trabajamos el tema de compensaciones. El sindicato comprendió que si ayudábamos a la empresa a mejorar, al final las utilidades serían mayores para todos. Luego fui a Gloria, mi actual trabajo, por un compromiso de tres años que se cumple este verano.
¿Cuáles son tus funciones en Gloria?
Me ocupo de que todos sus procesos funcionen adecuadamente. Hice un trabajo de acercamiento a las gerencias de cada área para conocer los procesos, entender el negocio e idear soluciones adecuadas. Hoy en día, en Recursos Humanos es muy importante conocer bien el negocio para potenciar las áreas en función de las políticas y estrategias del negocio. Es necesario saber qué se debe hacer exactamente para lograr una mejora, con nuevas personas, con las mismas personas con nuevas capacidades, con nueva tecnología, con incentivos, etcétera.
¿Utilizas tus conocimientos de economista en recursos humanos?
Como economista manejo números, evalúo correlaciones entre una y otra variable, entiendo las necesidades de los gerentes de otras áreas porque hablo un lenguaje muy similar al suyo, conozco el tema de almacenes, finanzas, puedo leer el balance de los estados financieros. En fin, me resulta muy útil.
¿Qué nos puedes comentar acerca de las clases que dictas en pregrado?
En pregrado el objetivo es motivar a unos jóvenes con poca experiencia laboral, con intereses en formación y poca visión de futuro. Son jóvenes con múltiples distractores en las redes sociales y eso genera competencia para el docente. Yo acostumbraba dictar en maestría, pero al llegar a pregrado tuve que cambiar mis estrategias de enseñanza.
¿De qué manera?
He vuelto a lo tradicional, en vez de usar un documento en Power Point para hacer la clase, uso la pizarra, porque así podemos interactuar, hacer un gráfico e incluir ideas de los alumnos. También hay que echar mano de ejemplos de cosas conocidas por ellos y del humor. Además, una de las reglas de juego es que vale decir todo, así los alumnos se sienten en libertad de dar su opinión, porque nada se asume como una equivocación, solo hablamos de ideas.
¿Cuál es el objetivo en el curso?
Me interesa que el joven sepa que las herramientas que adquiere en mi curso pueden ser aplicadas en sí mismos para mejorar. Las herramientas que se aprenden en clase las puede aplicar tanto un manager de recursos humanos como el propio postulante a un puesto de trabajo. En el caso del postulante, este puede analizar si tiene el perfil y en qué necesitaría entrenarse para lograr ese perfil.
¿Y cómo es el curso de maestría?
En una maestría la motivación es muy diferente. Ahí se aprende a través de casos orientados a la toma de decisiones. Les planteo problemas de la vida real, como la necesidad de reducir personal. Deben saber que hay situaciones complejas en las que las decisiones se toman en equipo. Por otro lado, el líder es escogido, no autodecretado, el líder aglutina intereses de varias personas y es seguido por el propio interés de las personas, tenga autoridad jerárquica o no. El liderazgo inspira, mueve.