David Ruiz ha desarrollado una original aplicación de bienestar corporativo llamada Inmovo. Su objetivo es motivar a los trabajadores a practicar una actividad física, a leer un consejo saludable o a movilizarse en bicicleta hasta el trabajo, a cambio de una recompensa en puntos, que luego se canjea por un premio.
Él estudió Derecho en la Universidad de Lima. Trabajó en algunos estudios de abogados y luego se unió a un socio para crear una empresa de marketing deportivo y, finalmente, Inmovo.
Su conocimiento de las leyes y los derechos de imagen, así como su pasión por el deporte, se han conjugado, finalmente, para trabajar en algo que le hace sentir bien y reta su creatividad cada día.
¿Qué podrías comentar acerca de tu nuevo proyecto, Inmovo?
Inmovo es una startup orientada al bienestar corporativo, con la cual buscamos combatir el sedentarismo en las organizaciones, que es la principal causa de los problemas de salud y genera ausentismo, baja productividad, falta de compromiso, entre otros problemas. Les planteamos a las empresas una solución de bienestar corporativo distinta a las típicas que existen en el mercado y que no permiten medir mejoras ni progresos, como son los campeonatos de fulbito, olimpiadas, etcétera. Hemos desarrollado una aplicación que se llama Inmovo, que promueve y recompensa la actividad física.
¿Cómo funciona?
El usuario comienza sincronizando con alguna aplicación que registra actividad física. Cada kilómetro que el trabajador recorre, caminando, corriendo o en bicicleta, se convierte en puntos y estos puntos se canjean por beneficios. Tenemos un esquema de avance por niveles, brindamos contenidos de nutrición y de actividad física, un running coach online y planes de entrenamiento. Los usuarios ganan puntos por acceder, por sumar cada kilómetro y por leer cada contenido. También ofrecemos a las empresas que sus comunicados de Recursos Humanos lleguen a través de nuestra aplicación y que los colaboradores ganen puntos por leerlos. También tenemos programas de 14 semanas para que la gente pueda prepararse para una carrera y vea, día a día, el plan que debe seguir. Adicionalmente, informamos acerca de los principales eventos deportivos en el año. Si la empresa ve que hay varios inscritos para una carrera, por ejemplo, podría contratar un running coach, regalar polos, etcétera.
¿Cómo es el esquema de avance por niveles?
Al inicio, el usuario registra sus actividades y se ve motivado a superar sus propios niveles y a ir ganando insignias por logros especiales, como recorrer sus primeros cinco kilómetros. También hay otros reconocimientos, como “rey del finde” por registrar actividad sábado y domingo, puntos adicionales por dos días seguidos de actividad física, por dos semanas, etcétera. La idea es motivarlos a moverse. El siguiente nivel de motivación es el ranking al interior de la empresa, donde se compite sanamente con los compañeros y se empieza a conocer qué hacen los demás. Esto facilita que puedan formar grupos para correr o montar bicicleta. Finalmente, establecemos objetivos de kilómetros por empresa, de modo que todos los colaboradores sumen sus kilómetros para un objetivo común. En caso se alcance el objetivo, las empresas efectúan un aporte a alguna causa social. Para ello contamos con un convenio con la ONG Aldeas Infantiles SOS.
Finalmente, ¿qué se hace con los puntos?
Contamos con varios partners que nos permiten ofrecer beneficios que se canjean por puntos, como una gift card para comprar una bicicleta o un reloj de actividad física. Siempre buscamos innovar respecto de los beneficios que ofrecemos. También asociamos los puntos a los beneficios que tiene la propia empresa con la aplicación.
¿Cuántos clientes tienes?
Recién hemos lanzado la aplicación hace algo más de 2 meses y nos hemos reunido con más de 30 empresas con buenos resultados. Tenemos 6 demos solicitadas, 2 clientes y alrededor de 1.500 usuarios. Uno de nuestros clientes es Mondelez, la firma que vende Oreo en el Perú. A través de ellos, hemos llegado a Chile y Bolivia. Nuestro objetivo no es mantenernos en el Perú, apuntamos a toda la región.
¿Qué expectativas tienes con este negocio?
Hay un mercado del bienestar corporativo desarrollado en Estados Unidos y en Europa. Vemos que en Latinoamérica las empresas tienen cada vez mayor preocupación por el bienestar de sus trabajadores, y con esta aplicación van a poder obtener información sobre cuántos kilómetros recorren, qué intereses deportivos tienen, podrán comparar el desempeño entre quienes hace algún deporte y quienes no, sabrán el porcentaje de ausentismo que hay entre los sedentarios y los deportistas, etcétera. Estamos terminando la página web y, a través de esta, las empresas podrán acceder, en tiempo real, a información que los trabajadores ofrecen en forma anónima. Además, esta aplicación va más allá de promover la actividad física. También busca concientizar a las personas acerca de lo negativo que es generar emisiones de CO2 y la idea es propiciar un cambio en los hábitos de transporte.
¿Cómo así?
Promovemos que la gente vaya en bicicleta o caminando al trabajo. De un lado, reciben puntos por ello y, de otro, una calculadora les indica cuántas emisiones de CO2 evitaron generar al ambiente. Aparte de eso, les proponemos a las empresas que se fijen una meta al mes por kilómetros recorridos y una meta solidaria. Por cumplir la segunda meta la empresa hace una donación a una organización social. Otra posibilidad es, simplemente, entregarles a nuestros clientes un certificado de ahorro de C02.
Estás en una etapa creativa de búsqueda de soluciones para tu aplicación, ¿verdad?
Así es. Todo el tiempo estamos pensando qué cosas nuevas crear. Y tomamos muy en cuenta el feedback que nos dan los clientes, lo anotamos para estudiarlo y luego vemos si conviene aplicar la sugerencia y cómo. También personalizamos algunos detalles de la aplicación para cada empresa, ponemos sus colores corporativos, por ejemplo. Hay un banco que tiene un gimnasio que usan muy pocas personas, y la aplicación da puntos por ir al gimnasio.
¿Los usuarios manejan su propio perfil?
Sí, cada colaborador tiene un perfil y debe llenar algunos datos, como cuánto pesa, cuántas horas de sueño tiene, qué deportes practica, cuáles le interesan, etcétera. Toda esa información le sirve al área de recursos humanos para su gestión.
¿Qué tal ha sido el impacto de la aplicación entre los usuarios que ya tienen?
Muy positivo. Incluso hay algunas empresas que quieren comprar la aplicación para sus clientes.
Anteriormente, ¿cómo fue tu experiencia en la agencia Inyogo?
Muy buena. Yo he sido muy deportista, así que conozco las carencias de los deportistas. He sido seleccionado nacional de hockey, jugué en Bolivarianos y Sudamericanos, y actualmente soy vicepresidente de la Federación Peruana de Hockey. Seguí un programa de gestión deportiva en Londres y vi temas de gestión y marketing deportivo. Ahí me quedó claro que quería aportar a la industria deportiva nacional y trabajar profesionalmente el tema de la imagen de deportistas y los clubes, así como ayudar a las marcas a activar sus patrocinios para que resulten rentables. Al volver al Perú, me junté con mi actual socio, Julio Medina, y creamos Inyogo, en el 2016. Ahora estoy abocado a Inmovo, pero sigo en sociedad con Julio.
¿Cómo le va ahora a Inyogo?
Es la agencia líder en marketing deportivo. Representamos a más de 30 atletas, como André Carrillo, Alexandra Grande y Gladys Tejeda. Asimismo, somos la primera agencia en representar a paraatletas, lo cual nos enorgullece mucho. Todos ellos nos representarán en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, y algunos en los Juegos Olímpicos de Tokio. Trabajamos con marcas muy importantes, como Toyota, y asesoramos a otras marcas para que se vinculen adecuadamente con el deporte. Inyogo trata de ayudar a los atletas a trabajar con marcas su marketing personal, a manejar un calendario actualizado de sus competencias deportivas, a tener una presentación de impacto en los medios de comunicación, con alcance en las redes sociales. A las empresas las ayudamos a escoger la propiedad deportiva con la cual les conviene asociarse, como un atleta, un equipo, una federación, eventos, etcétera. Les ayudamos a activar su patrocinio, porque a veces se hacen inversiones importantes, pero estas no funcionan bien porque no basta aparecer con tu marca en una camiseta, el marketing deportivo implica llegar a una comunidad deportiva y para eso hay que ejecutar acciones adicionales, generar contenidos, experiencias, etcétera.
¿Cómo así dejaste tu carrera de derecho por el tema deportivo?
Yo trabajé durante 15 años como abogado, hasta que me hice socio de un estudio y sentí que debía hacer algo propio y elegí hacerlo en el deporte, que es lo que me hace más feliz. Pero el derecho me ayuda muchísimo, porque en el tema de patrocinio deportivo se trabaja mucho sobre derechos de imagen y es un tema bastante complejo en los deportes.
¿Qué recuerdos tienes de la Universidad de Lima?
Yo la pasé muy bien en la Universidad, desde Estudios Generales. Hice mis mejores amigos en la Ulima y tuve muy buenos profesores. Hasta el día de hoy mantengo contacto con ellos, porque a veces me convocan a eventos jurídicos referidos al tema deportivo y yo voy encantado.