En el 2006, cuando Juan José Granda-Paseta, abogado por la Universidad de Lima, trabajaba para un estudio de abogados, recibió la propuesta de ingresar al mundo de la minería, en la empresa sudafricana Gold Fields, que opera la mina Cerro Corona de Cajamarca. Pese a que no tenía experiencia en ese rubro, no dudó en aceptar el reto y se fue a vivir a esa ciudad. Después llegaron su esposa Mariana y su hijo de 1 año, Juan Alonso. Más tarde ahí nació su segunda hija, Sofía. Mientras tanto, él aprendía mucho sobre minería y conocía de cerca la realidad de las comunidades del entorno de la mina.
Cuando volvió a la capital, en el 2009, Juan José fue escalando puestos hasta llegar a su posición actual, vicepresidente de Legal, Compliance y Desarrollo Sostenible para la región América, donde se siente muy feliz por la importancia que tienen estos temas para su empresa y para el país.
¿Cómo manejas el tema de compliance?
Este es un tema sumamente importante, más aún en una coyuntura como la que vivimos actualmente en el país. Abordamos el compliance desde 2 puntos de vista: el cumplimiento legal y regulatorio propiamente dicho, y el aspecto vinculado con la ética y con todo lo referido a los mecanismos anticorrupción. Nos regimos por normas internas, como un código de conducta y una política anticorrupción que forman parte de un sistema de compliance muy riguroso que hemos implementado hace varios años, así como por normas internacionales, dado que nuestra matriz cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York. Una de estas normas es el Foreign Corrupt Practices Act (FCPA), que sanciona duramente a las empresas que, teniendo alguna vinculación con los Estados Unidos, cometen actos de corrupción en otros países.
¿Cuáles son las sanciones, por ejemplo?
Por lo general, se sanciona con multas muy altas, de 200 u 800 millones de dólares. El tema es tan importante que nos preocupamos por capacitar en compliance a todo nuestro personal y a los contratistas. Nuestro principal objetivo es que todos asuman este tema como un compromiso, desde la cabeza más alta hacia abajo. Todos en Gold Fields estamos capacitados para identificar y reportar este tipo se situaciones, y no nos tiembla la mano para tomar medidas, aunque eso implique detener nuestras operaciones y asumir las consecuencias que ello nos pueda acarrear. Tenemos muy claro que la decisión de alertar y denunciar la puede tomar cualquier persona de esta compañía e incluso fuera de ella, pues tenemos una línea ética que es de público conocimiento y puede ser usada por cualquier persona.
¿De qué manera capacitan al personal en compliance?
Realizamos capacitaciones de distintos tipos y de manera permanente. Por lo menos una vez al año, pasamos todos por una capacitación presencial. También tenemos capacitaciones online y recibimos información escrita a modo de recordatorio. Esto lo venimos efectuando desde hace 6 o 7 años, es decir, mucho antes de que se le diera la importancia que hoy tiene este tema en el país.
¿Qué podrías comentar sobre la parte de sostenibilidad, que también abarca tu cargo?
El desarrollo sostenible es uno de los aspectos más importantes en cualquier actividad extractiva. De él depende, en gran parte, el futuro y el desarrollo de las zonas donde se realizan dichas actividades. Los impactos que genera la minería están regulados y es nuestra obligación que estén siempre controlados y dentro de los límites que las normas establecen, a efectos de no comprometer, a futuro, el entorno y el medioambiente que nos rodea; por ello, uno de los aspectos importantes en lo que a desarrollo sostenible se refiere es lo concerniente al cierre de minas. El plan de cierre con el que toda empresa minera debe contar tiene por objetivo eliminar, mitigar y controlar los efectos adversos que la actividad minera pudiera ocasionar en sus zonas de operación, a fin de garantizar condiciones ambientales seguras a futuro, una vez que la mina haya llegado a su fin. El cierre de una mina puede costar varios millones de dólares y se encuentra regulado y bajo permanente supervisión de las autoridades competentes. La sostenibilidad es una de las obligaciones más importantes que toda empresa minera responsable tiene, y es uno de los principales compromisos que tenemos con las comunidades que nos acogen.
Entonces, los planes de sostenibilidad de una mina son enormes e involucran muchas aristas…
Así es. Son muchos aspectos los que involucra el desarrollo sostenible. Por ello, nuestro equipo trabaja muy estrechamente con las áreas a cargo de los asuntos medioambientales, de seguridad y salud, de la gestión del agua y la energía, del relacionamiento y desarrollo social, entre otras.
¿Te gusta tu trabajo?
Me apasiona. Valoro mucho lo que hago y la manera como se hacen las cosas en Gold Fields; valoro la oportunidad de haber vivido en Cajamarca también. Fue una época muy bonita. Así son las oportunidades: yo llegué a esta empresa sin saber nada de minería, ni siquiera había llevado el curso electivo de Derecho Minero en la Universidad. Cuando me contrataron, me explicaron que ya había una abogada minera en la empresa y que necesitaban un abogado corporativo, por lo que entré a ocupar ese puesto.
¿Cuáles son los países de la región de los que te ocupas?
Nuestra posición es regional y abarca toda América. Actualmente, en nuestra región tenemos la mina Cerro Corona, ubicada en la provincia de Hualgayoc-Bambamarca, en Cajamarca, y el proyecto Salares Norte en la región de Atacama, en Chile. En ambos países tenemos equipos legales y de desarrollo sostenible bastante sólidos, de mucha experiencia y de los cuales me siento sumamente orgulloso.
¿Dónde trabajabas antes?
Mi experiencia previa es en estudios de abogados. Empecé a practicar en el año 94, en Noriega y Asociados, cuando estaba en el tercer año de estudios. Ya entonces tenía claro que es muy importante hacer prácticas porque ese es el complemento perfecto de la formación universitaria. Yo tuve la suerte de trabajar en un estudio de pocos abogados, todos muy destacados. En poco tiempo gané su confianza y me empezaron a dar muchas más responsabilidades. En algún momento llegué a tener 30 procesos judiciales bajo mi supervisión y seguimiento, pese a ser aún practicante; además, me encargaba de temas laborales y contractuales. Adquirí mucha experiencia. Recuerdo que en mis horas libres en la Universidad me iba a los juzgados a ver los expedientes. Luego iba a la oficina y despachaba.
¿Hasta cuándo trabajaste ahí?
Estuve 6 años. En el año 2000 entré a Peña, Lozano, Faura & Asociados, otro estudio de pocos abogados, pero con una cartera de clientes interesante, muchos de ellos extranjeros. Estuve ahí otros 6 años y me llevé una experiencia muy valiosa. Tuve la oportunidad de trabajar directamente con los socios, quienes en un momento me hicieron socio júnior, categoría que no existía hasta ese momento. De ahí vine a Gold Fields.
A partir de tu experiencia, ¿qué les podrías aconsejar a los estudiantes universitarios?
Entre otras cosas, les diría que valoren mucho su etapa de formación en la vida universitaria, pues es valiosísima y clave para su desarrollo. Están en un momento en que deben aprender mucho y gozar a la vez, aprovechar su tiempo al máximo. Es muy importante que sigan prácticas preprofesionales, ya que las cosas son muy distintas en la cancha. Confíen en sí mismos como en nadie más. Hagan lo que hagan, siempre deben pensar en ser los mejores. No menos importante es el disfrutar la vida social que la Universidad también ofrece porque eso, a la larga, genera también oportunidades. Por ello, desde muy temprano uno tiene que mantener una línea de comportamiento y cuidar su reputación, así como mostrar siempre una actitud positiva hacia la vida y hacia el mundo que nos rodea. La generación de confianza en los demás es el resultado de todas las cosas que uno hace a lo largo de su vida. Otra cosa que considero muy importante en la etapa universitaria y la laboral es que se reten constantemente, que tomen riesgos y que siempre se atrevan a cuestionar y pensar distinto, fuera de la caja. Estudiar en la Universidad de Lima me abrió muchas puertas y me dio una visión muy amplia, así como amistades para toda la vida. Guardo los mejores recuerdos de mi etapa universitaria.