Semiótico Paolo Fabbri fue nombrado profesor honorario de la Ulima

El docente de la Libera Università Internazionale di Studi Sociali de Roma y uno de los principales semióticos contemporáneos, Paolo Fabbri, fue nombrado profesor honorario de la Universidad de Lima en una ceremonia realizada el 13 de noviembre en el Auditorio S.

Óscar Quezada, rector de la Universidad de Lima, le dedicó algunas palabras a quien consideró “un maestro y amigo de aventuras semióticas a lo largo de muchos años”. Destacó, entre otras virtudes, su “sencillez, amabilidad y habilidad crítica”. “Su curiosidad y sincero asombro, de auténtica raíz filosófica, hacen de Fabbri uno de los sabios más impactantes de nuestro tiempo, por eso es un acto de justicia incorporarlo como profesor honorario”, finalizó.

José García Contto, docente de la Facultad de Comunicación y semiótico, también resaltó la trayectoria de quien consideró, “sin que se trate de una hipérbole”, como “el semiótico más importante de Italia”. En esa línea, reconoció el valor de su trabajo, que “explora los límites de los modelos semióticos... y sirve de puente entre distintas escuelas”, producto de su formación con Umberto Eco y, posteriormente, con Algirdas Greimas.

Luego de la lectura de la resolución oficial que lo nombró como profesor honorario, leída por Bárbara Farfán, secretaria general de la Universidad, Fabbri agradeció el reconocimiento y, fiel a su formación académica, reflexionó brevemente acerca de qué significa el honor.

Mitos vivientes

La presencia de Fabbri en nuestro campus se debió a su participación en el seminario internacional titulado “Yes We (Zombie) Can! Mitologías de la cultura zombi en la sociedad contemporánea”, organizado por la Facultad de Comunicación y el Instituto Italiano de Cultura.

A lo largo de dos días, el académico abordó el fenómeno zombi desde la semiótica, una disciplina que puede analizar dicho concepto de forma muy natural. Esto porque en uno de sus instrumentos canónicos, el cuadrado semiótico de Greimas, se puede colocar a modo de oposición a la vida y la muerte, que a su vez dan lugar a la no vida y a la no muerte. Los zombis encuentran su espacio en el último lado del cuadrado, al ser definidos como “no muertos”, explicó Fabbri.

Además, definió sus características individuales: seres desprovistos de lenguaje, sin diferencias de sexo notorias, con control incompleto del cuerpo, caníbales y cazadores con un curioso espíritu animalista, pues solo comen carne humana. Asimismo, los consideró un equivalente laico del juicio universal cristiano y, por otro lado, al comportarse como una pandemia, los encajó dentro de una importante hipótesis antropológica: que la difusión del hombre en el planeta es similar a la difusión del cáncer en el cuerpo humano.

Por último, los abordó como un colectivo. “A diferencia de un ejército, los zombis son una masa abierta, elástica, lenta, en la que los individuos están homogeneizados”, aseguró. También comentó que es interesante que no se muevan siguiendo las órdenes de un líder, sino que lo hagan “de forma miope y en conjunto”. En esa línea, señaló que los zombis operan bajo “un interesante modelo de democracia, donde todos son iguales, no hay jefes y la ordenación se hace por coordinación miope”. Desde ese punto de vista, ironizó: “Tal vez la democracia ideal sea el modelo de ordenamiento zombi”.