Óscar Meza empezó haciendo teatro escolar para luego combinar su carrera actoral con sus estudios de Comunicación en la Universidad de Lima. Ahora trabaja en Collacocha —obra teatral de Enrique Solari Swayne de los años 50 que cobra actualidad en este contexto de déficit de infraestructura—, bajo la dirección de Rómulo Assereto. Ahí actúa como uno de los ingenieros que se ocuparán de la construcción del primer túnel trasandino por el que pasará la primera carretera que unirá la costa con la selva.
Óscar, egresado de Comunicación de la Universidad de Lima, nos cuenta los pormenores de esta puesta en escena, que podemos ver en el Teatro La Plaza, de jueves a martes, hasta el 29 de agosto.
¿Cómo fue la convocatoria para actuar en Collacocha?
Rómulo Assereto, que ya me había visto actuar antes, me pidió que leyera la obra para saber si me interesaba. La leí y me dejó la sensación de que se alababa el desarrollo por el desarrollo, sin importar lo que sucediera como efecto secundario. Cuando le comenté esta inquietud a Rómulo, me explicó que su intención era poner sobre el tapete la pregunta de qué tanto estamos dispuestos a dar a cambio del ansiado progreso. Ahí es donde la obra encuentra un punto muy interesante y se vuelve más atractiva, necesaria y actual.
¿Qué idea tienes del desarrollo?
No es mi intención decir que el desarrollo es un desastre, todos lo queremos, es magnífico, pero hay que ver qué camino tomamos para llegar a él. Luego de la obra, el público se queda con esa pregunta y veo que el teatro está lleno todos los días, por eso me parece que para la gente ese es un tema importante.
¿Qué comentarios han recibido?
He leído en redes sociales y he oído de amistades y familiares cuán importante y necesaria es esta obra, que nos habla mucho de qué es ser peruano, qué tan comprometidos estamos con el desarrollo de nuestro país y qué tanto nos importa.
Toda la ambientación, la escenografía, el vestuario y el maquillaje, también están muy bien.
Sí, la gente opina sobre lo bien que está la escenografía, el compromiso a todo nivel, el trabajo de producción es impecable, la dirección, las actuaciones de todos están a la altura. Realmente nos sentimos dentro de un túnel, que parece estar en los Andes, eso hace aún más impresionante el efecto.
Coméntanos, a grandes rasgos, cuál es la trama.
La obra trata de un grupo de ingenieros y obreros que construyen la primera carretera que unirá la costa con la sierra, alrededor de los años 50. Se trata de un megaproyecto que va a llevar máquinas y medicinas a la selva, alimentos y madera a la costa, es un proyecto ambicioso, necesario, urgente. El problema llega cuando al ingeniero líder del proyecto, Echecopar, interpretado por Leonardo Torres, le informan que continuar el trabajo podría ser peligroso, porque se corre el riesgo de que se filtre agua si siguen excavando. Aun así, él decide seguir adelante, porque para él el progreso no puede esperar. Y van a tener que sortear un montón de problemas luego de esta decisión que, al parecer, no es del todo acertada.
¿Cuándo empezaste a hacer teatro?
Empecé en mi colegio, pero al ingresar a la Universidad, en el 2006, me dediqué de lleno a los estudios todo ese año y también en el 2007. A fines del 2008 mi profesor de teatro del colegio, Paco Solís, me convocó para participar en El señor de las moscas, que fue un superéxito de taquilla y llegamos a presentar en un par de festivales internacionales. Yo asumí el papel protagónico y recuerdo haber presentado varios trabajos en la Universidad relacionados con esa obra, sobre todo acerca de cómo influye el teatro en la educación.
¿Has tenido oportunidad de trabajar fuera del mundo actoral?
Desde que salí de la Universidad he estado bastante ocupado en el teatro. También participé en el taller de actuación de David Carrillo, quien me convocó después para actuar en Qué tortura, y así me inserté en el medio profesional. También recuerdo con mucho cariño Números reales, de Rafael Dumett, obra peruana. Ahí conocí a actores extraordinarios, como Leonardo Torres y Andrea Fernández. La obra habla de Lima, de lo crudo que es vivir aquí, del estado de abandono en que están muchos chicos. También he actuado en Power Off, dirigida por Renato Fernández, obra de creación colectiva sobre cómo los medios de comunicación influyen tanto. Y otras más.
¿Podrías definir en qué momento de tu carrera actoral te encuentras?
Justo en este punto de mi carrera actoral siento que he cumplido bastantes sueños que me planteaba cuando estaba en la Universidad. Yo quería convertirme en actor profesional, vivir de esto. Ahora estoy en Collacocha y, a fin de año, en una obra en donde solo actuamos Alberto Ísola y yo. Cosas como esta me dicen que ya estoy cumpliendo lo que soñaba.
¿Qué queda pendiente?
Desarrollar un poco esas inquietudes que tuve cuando ingresé a Comunicación, de la Universidad de Lima, que es básicamente hacer cine. Me gustaría volcarme al mundo audiovisual, dirigir o emprender algún proyecto social que implique teatro. Una preocupación constante es ver que las salas de teatro no están llenas, pese a que la calidad actoral de las puestas en escena es muy alta y los temas que se tratan son bastante buenos; me gustaría saber cómo hacer para elevar el interés de las personas por consumir espectáculos de mayor calidad. Intuyo que mi carrera de Comunicación me va a ayudar a enfocar y darle sentido a esta preocupación.
Collacocha se presenta de jueves a martes a las 20.00 horas, y los domingos a las 19.00 horas. Venta de entradas en Teleticket de Wong y Metro, y en la boletería del teatro. |