Kate O’Connor, licenciada en Comunicación por la Universidad de Lima, ganó una beca de la Fundación Carolina de España que le permitió visitar España y Bélgica y conocer los pormenores del sistema europeo, así como dialogar con líderes mundiales y empresarios. Esta beca solo se destina a los estudiantes que destacan por su excelencia académica en las universidades de Iberoamérica. Se trata de las Becas Líder de la Fundación Carolina, del Programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos. En esta entrevista, nuestra graduada habla sobre esta experiencia y su pasión por la investigación, la semiótica y la docencia, pues es profesora universitaria.
¿Cómo se produce tu acercamiento a la Universidad de Lima y de qué forma orientaste tu formación una vez aquí?
Cuando aún estaba en el colegio, mostraba una inclinación más vinculada a la literatura o la filosofía, pero en el camino pude descubrir realmente cuál era la carrera que deseaba estudiar. Revisé los programas de diversas universidades y carreras, y la formación que vi que se brindaba en la Universidad de Lima me llamó la atención, especialmente en el tema de Comunicación. Entré pensando que quería estudiar periodismo y fue en el camino que descubrí otras posibilidades, así que me incliné más bien por empresa y desarrollo, especialmente en la parte de desarrollo. Influyó que mis cursos favoritos eran los teóricos, me encantaban Temáticas para el Desarrollo, Comunicación Política, ese tipo de asignaturas fundamentalmente.
¿Podrías contarnos cuáles fueron tus primeros pasos en el terreno profesional?
Las primeras prácticas que hice no estuvieron tan orientadas, pero ya después vi el tema de responsabilidad social en Alicorp y cuando egresé seguí trabajando un año más en responsabilidad social, esa vez en AFP Integra. Cuando todavía era estudiante practiqué en Honda del Perú los primeros meses en un área de satisfacción al cliente, donde sobre todo analizaba cuantitativamente los reportes que hacían los concesionarios. Fue una experiencia interesante en el sentido de que me dio un primer contacto con el mundo laboral de modo estricto, aunque en el camino me di cuenta de que no era realmente hacia donde me inclinaba profesionalmente. Posteriormente, en la misma empresa, practiqué unos meses en publicidad, lo cual también reafirmó que no era la especialidad a la que me tenía que dedicar. Se puede decir que fui descartando. Yo ya había tenido cierto contacto con las responsabilidades que uno asume cuando está trabajando porque durante dos años trabajé en AIESEC, que es una organización internacional que cuenta con una sede aquí en la Universidad de Lima.
Cuéntanos más sobre aquella experiencia en AIESEC.
Estuve un año como miembro de un área y el siguiente año como vicepresidenta de Relaciones Externas, que era un área en la que básicamente me encargué de ventas y relación con clientes como empresas, ONG y otras instituciones. Siento que esa primera experiencia, desde muy jovencita, ayudó a que asumiera las siguientes con más calma.
¿Cómo llegas a la docencia universitaria?
Durante el último año de carrera me dediqué fundamentalmente a cerrar bien mi paso por la Universidad y es al salir que, como mencioné, trabajé un año viendo nuevamente temas de responsabilidad social en AFP Integra. La experiencia fue buena. Me gustó el tipo de actividades que se desarrollan en esa área, pero de algún modo sentía que faltaba algo más que terminara de llenar mis expectativas profesionales. Es básicamente a principios de este año, en verano, que surge la posibilidad de ser profesora universitaria. Dejo de trabajar en Integra en febrero de este año y en marzo empalmo con el ciclo académico, tanto en la Universidad San Martín como en la UCAL. He estado dictando todo este ciclo y también voy a dictar el próximo; los cursos son Semiótica Publicitaria y Semiótica y Comunicación Visual.
¿Qué resaltas hasta ahora de tu experiencia como profesora universitaria?
Cuando de modo efectivo empecé a dictar, me di cuenta de que era precisamente aquello que me hacía falta, en comparación con lo que había vivido a nivel profesional antes. La posibilidad de generar un vínculo de aprendizaje con otras personas es especialmente gratificante, y de algún modo también la cátedra te abre otras posibilidades de investigación, lo cual se orienta más a lo que quiero hacer con mi vida en el futuro.
Y tu interés por la semiótica, ¿hasta dónde se remonta?
Lo descubro en la Universidad de Lima. Desde los primeros cursos en aquella dirección, como por ejemplo Estética, descubro que la investigación de esa naturaleza me resultaba especialmente apasionante. Cuando llevo el curso de semiótica, de algún modo las herramientas que encuentro despiertan ideas de investigación que se refuerzan en cursos posteriores, como en Análisis del Discurso y en Seminario de Investigación. Comencé a usar la semiótica ya no solamente para los cursos netamente de semiótica, sino que la empiezo a aplicar en otro tipo de asignaturas para buscar generar ideas, hallazgos interesantes de otra naturaleza. Incluso desarrollo mi tesis a partir de la semiótica.
Cuéntanos cómo llegaste al tema de tu tesis y su proceso de desarrollo.
Mi tesis surgió como un proyecto a largo plazo, lo venía pensando más o menos tres años antes de egresar. Mientras estaba en clases de cualquier otro curso ocasionalmente anotaba ideas en los márgenes de mis cuadernos, sobre hallazgos o ideas, conceptos que se me ocurrían a partir de lo que estaba escuchando. Poco a poco, ya en el curso Metodología de la Investigación, empiezo a hilar todas esas ideas sueltas y a construir un proyecto que luego llevo a Seminario de Investigación y posteriormente se convierte en mi tesis.
Fundamentalmente lo que intento lograr con mi tesis es cruzar la semiótica con el análisis político. Mi tesis se titula “Democracia peruana o crónicas de una muerte anunciada detrás del cinismo, las estadísticas de aprobación presidencial y la conflictividad social”. En ella intento hallar un estado de la confianza del electorado en el momento actual, y cómo ha ido evolucionando esta noción de confianza a lo largo del tiempo. Asimismo, cómo esta evolución ha afectado, por un lado, la relación de la población con figuras de autoridad; no solamente públicas y estatales, sino también cómo ha afectado a la empresa privada, cómo la problemática de la relación población-Estado ha terminado por impactar las posibilidades de relacionamiento entre la empresa privada y esa misma población. Y en función de eso planteo el análisis a través de herramientas de la semiótica, cruzándola también con otras disciplinas.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos de la investigación?
Lo que encuentro es que se ha ido configurando una recurrencia de lo que podríamos llamar desengaños, que de algún modo ha terminado por construir una tendencia que lleva al incremento de la intensidad de la pasión de la población, que a su vez se confronta o se detiene con una tendencia paralela; o sea, dos tendencias que de algún modo componen esta situación de confianza. La tendencia que de alguna manera frena a la primera, a la intensidad, viene a ser más bien una variable ligada a lo que yo llamé en mi tesis “la elasticidad de la confianza”. La elasticidad de la confianza partiendo del hecho de que naturalmente el ser humano desea confiar, prefiere creer que no creer, y cómo estas dos tendencias combinadas llevan a que la elasticidad de la confianza llegue a cero y que el nivel de escalada de esta intensidad pasional, frente al desengaño, posiblemente alcance un momento en el que quiebre el sistema. Un poco apocalíptica la propuesta, pero demuestra que vivimos en un período de gracia en el que aún podemos hacer algo al respecto.
Ahora háblanos sobre tu experiencia con las Becas Líder de la Fundación Carolina y tu participación en el Programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos.
La experiencia fue muy enriquecedora. Todos viajamos el 13 de junio, desde nuestros países, con rumbo a Madrid. La particularidad de esta beca es que se esfuerzan por reunir a los 50 mejores expedientes académicos de la región iberoamericana, chicos de distintas carreras: comunicadores, abogados, microbiólogos, médicos, ingenieros; gente de diferentes disciplinas y orientaciones que teníamos en común, fundamentalmente, ser los mejores de nuestras carreras. La experiencia intercultural, más allá de lo que vimos netamente en el programa, fue importante. Este programa fue construido para que que nos confrontemos con la realidad española, pues sobre todo viajamos por España y también pasamos un breve período en Bruselas, donde visitamos la OTAN y el Parlamento Europeo.
Lo que ellos deseaban era que nos expusiéramos a la posibilidad de dialogar, de un modo muy cercano, con representantes tanto del ámbito público como del privado. Tuvimos, por ejemplo, cenas con el gerente general del BBVA de España, o tuvimos un desayuno con la consejera del Banco Santander. La posibilidad de hacer preguntas o interactuar directamente con ellos de un modo tan cercano fue nueva, nos dio posibilidades que de otro modo, a esta edad, no hubiéramos podido conseguir. Tuvimos muchas conferencias con ministros, con parlamentarios diversos, hablando no solo sobre la situación en España o Europa, sino también de la relación entre Europa y nuestros respectivos países y la región latinoamericana. La experiencia nos ha servido a todos para entender un poco más cómo ellos habían construido ciertos modelos y hasta qué punto los podíamos reproducir en nuestros países, o hasta qué punto la visión de ellos nos podría ayudar también a entender un poco más lo que sucede dentro de nuestras realidades nacionales.
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
De momento estoy decidiendo los plazos en los que quiero hacer mi maestría, mi doctorado, definiendo en qué programas me gustaría inscribirme y en qué año. Durante esta segunda mitad del año me he propuesto ya ir afinando mis proyectos de investigación. También deseo seguir dictando clases en las universidades, me encantaría dictar más cursos en el futuro. La enseñanza universitaria es algo que no me gustaría dejar, más allá de en qué otros programas o proyectos me involucre. En relación con las investigaciones, tengo algunos planes vinculados con la teoría de la responsabilidad social, también pretendo continuar con el análisis político, no solo usando semiótica pero sí recurriendo siempre a ella como una herramienta que me permita analizar ciertos elementos.
Mira un video sobre Kate O’Connor aquí.